Nuestro Amor [One~Shot]

Sólo nosotros

Habían pasado exactamente cuatro meses. Jungkook lo sabía a la perfección, jamás olvidaba el día en que ellos habían decidido, entre sufrimiento y lágrimas, dividir sus caminos.

Mentiría si dijera que no había sido la decisión más difícil de toda su vida. Mentiría si dijera que hoy, después de cuatro meses siquiera había logrado sacarlo de su mente, cuando lo cierto era que no pasaba ni un sólo día en que aquel muchacho rubio no apareciera en sus recuerdos, desgarrándolo cada vez un poco más. Y no, vivir en el mismo lugar definitivamente tampoco era de ayuda.

Lamentablemente para él, no había opción.

Jungkook odiaba con fuerza el hecho de que todo haya tenido que llegar hasta ese absurdo punto, y se atormentaba constantemente en que si lo hubiesen mantenido en secreto sólo un tiempo más, si hubiesen sido sólo un poco más cautelosos, nada de eso hubiese sucedido; y quizá hoy ambos estarían en una situación diferente. Probablemente él estaría abrazándolo por la espalda mientras le decía cuán hermoso se encontraba esa noche, o escuchándolo atentamente hablar de su día mientras él le hacía masajes que sabía que lo relajarían, y tal vez tener alguna que otra recompensa después. ¿Pero qué sentido tenía lamentarse ahora? Pensando en lo que pudo haber sido, y lastimosamente no fue.

Las personas a su alrededor, los fans, incluso los medios... Todos podían ser sus enemigos cuando algo no les agradaba, y no importaba cuánto intentara negarlo, la realidad era que el títere siempre sería manejado por el maldito marionetista.

Jungkook era consciente de que había sido una imprudencia. Sí, había sido una imprudencia enamorarse de Jimin. Había sido una imprudencia invitarlo a una cita, había sido una terrible imprudencia no haber luchado contra las inmensas ganas que tenía de besarlo, una y otra, y otra vez. Había sido una espantosa imprudencia confesarle que lo amaba más que nada en este injusto mundo, y había sido una descomunal imprudencia de su parte mantener ese amor por tres años. Pero por sobre todo, el peor error había sido ser feliz.

Le hubiese encantado decir que fingir le era fácil, después de todo la mayoría del tiempo tenía que hacerlo. Jamás dejaba que sus preocupaciones personales interfieran con su trabajo, pero la realidad era que esta vez, nada se comparaba a lo que estaba sintiendo.

Dicen que el dolor es inevitable, y que el sufrimiento es opcional... Pero Jungkook no estaba sufriendo porque elegía hacerlo, Jungkook sufría porque aquel dolor estaba demandando sentirse, incluso aunque él no lo eligiera.

No volvió a ser el mismo después de aquello, teniendo que evitar continuamente a Jimin, y que éste hiciera lo mismo con él. Los ensayos no eran más que un desastroso intento de distracción fallido, los viajes se habían convertido en una cruel tortura; las presentaciones alegres y todo el furor que habitualmente cargaba había desaparecido por completo. Él intentaba ser profesional, de verdad intentaba sonreír. Por los fans, siempre por los fans... Pero el simple hecho de tener que estar en el mismo lugar que él y no poder abrazarlo, era igual que ser un desgraciado adicto en abstinencia y encontrarse en una sala llena heroína. Jimin era su heroína.

Y por supuesto no pasó desapercibido antes los atentos ojos de Bang Si Hyuk, tomando medidas al respecto y obligando a cada uno a tomar la distancia requerida, incluso más de la que ya tenían. Les había hecho saber cuán decepcionado estaba de ellos, y que si esa actitud no cambiaba pronto, nada bueno vendría en el futuro.

Y Jungkook estaba harto, porque sabía que el CEO tenía razón. Nada bueno vendría en el futuro si ellos seguían en esa posición. Porque ignorar era más fácil que enfrentarlo, incluso sabiendo que eso no solo los afectaría a ellos, sino al grupo también; y por consecuente, a los fans. Joder. Ellos eran lo importante ahora, ellos eran lo importante siempre. ¿Jimin y él? Tal vez sólo eran unos cobardes, unos egoístas. ¿Pero, qué pasaba con el resto? Porque Jungkook también estaba harto de tener que pensar en el bienestar de los demás, ¿qué pasaba con su bienestar?