-Pero irnos en la noche...
-Es lo mejor, nos iremos al Templo Mayor esta noche ya lo he hablado con todos
-Pero es muy peligroso salir de noche, ¿no lo crees? -dijo Santiago
-Si, opino lo mismo, será mejor viajar de día -apoye a Santiago
-Además te estas olvidando de la fiesta -dijo Lidia
-¿Qué fiesta? -pregunte para después comerme un trozo de pollo
-Bueno los soldados y las demás personas, quieren hacer una cena mañana y un baile para festejar las victorias que hemos obtenido
-Me parece que es buena idea -conteste
-Si, tienes razón, ya lo había olvidado -dijo Acoalt y siguió comiendo-, con razón los soldados me vieron algo desepcionados cuando les dije que nos iríamos en la noche
-Claro, les arruina su diversión -dije y reímos
Terminamos de comer y lleve los platos hasta el lavadero, le di una cálida sonrisa a Lidia para agradecerle la comida y después me fui sentar a mi lugar
-Señorita me quiero tomar el atrevimiento de invitarla al baile de mañana -me dijo Santiago con una enorme sonrisa
-No lo sé -dije haciéndome la difícil
-¿Por qué?
-Bueno lo que pasa es que soy casada
-¿Enserio?
-Sí
-Pero su esposo no debe ser más guapo que yo
-Se equivoca señor, él es un hombre muy guapo, el más guapo del mundo y temo que no lo podré acompañar, pero gracias por la invitación
-Es una lástima ahora tendré que invitar a otra joven -dijo y bebió un poco de agua
Le dio un codazo en la costilla y luego nos empezamos a reír
-Me encanta ver así de enamorados a estos jóvenes -dijo Acoalt
-Sí, se ven encantadores -dijo Lidia mientras terminaba de limpiar la mesa
Santiago tomo mi mano y luego la beso
-Te veo al rato amor
-Si cariño, pórtate bien
-¿Yo? -dijo tocando su pecho con los dedos-. Siempre
-Más te vale -dije con una sonrisa y luego lo bese
-Te veo en la noche
-Si
Se levantó y se fue, me quede platicando un buen rato con Lidia y con Acoalt hasta que decidí ir a caminar
-Bueno los veo más tarde iré a caminar un rato
-Si princesa -dijo Lidia mientras lavaba los trastes, en mi estadía con esa mujer nunca la vi quieta siempre estaba haciendo algo si no era quehacer, era bordar pero nunca estaba quieta
-Con cuidado -dijo Acoalt
Asentí con la cabeza y me fui. A lo largo de mi paseo me encontré a mucha gente que me preguntaba cómo estaba y me deseaba buena salud, yo les agradecía y seguía con mi recorrido, camine por horas y cuando vi que empezaba a oscurecer decidí regresar a la casa, entre al cuarto y no había nadie, así que aproveche para bañarme, me cambie y me senté en la cama a leer. Se hizo tarde y Santiago no llegaba lo que empezó a preocuparme, cerré el libro y me levante a mirar por la ventana para confirmar que todo estuviera bien y así fue todo estaba tranquilo así que regrese a la cama y seguí con mi lectura. Pasaron unas horas y decidí dormirme, cerré el libro y cuando iba a soplarle a la vela entro Santiago
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La última princesa azteca
Ficção HistóricaLa historia de una chica que luchará por su libertad y la de su país.