Mentiré solo una vez más (BTS fanfic) /completa

Yoongi

Yoongi debería estar durmiendo pero en vez de eso pasea su vista de arriba abajo de la pantalla, leyendo una y otra vez los galimatías que Namjoon le ha enviado.

―Debería ser fácil para ti, esta vez ―le ha dicho―. Si no consigo descifrar la clave, podríamos tener un problema con la interfaz Yaza del campus y es posible que el decano me corte el pescuezo.

―¿Si la descifro me dejarás dormir en paz? ―se queja.

―Toda la noche... Te lo prometo.

Con la esperanza de poder dormir hasta bien entrada la mañana, Yoongi se pone a trabajar de nuevo, pero las luces brillantes de la calle distraen su atención una y otra vez.

«Escucho el océano desde muy lejos.

Camino por el sueño a través del bosque.

Voy hacia ese lugar que cada vez se aclara más.»

Yoongi lleva pensando en el acertijo más de una hora pero no se le ocurre cuál puede ser la clave esta vez. Si no descubre la palabra correcta, Namjoon no tendrá acceso al programa que está tratando de infectar a Yaza y por tanto, será imposible desactivarlo.

―Aaaah... Estoy tan cansado... ―murmura, frotándose los ojos enrojecidos por la falta de sueño. Lleva tantas horas encerrado en su habitación trabajando en esto, que está empezando a perder la noción del tiempo.

«Buenas noches, estimados ciudadanos. Que tengáis dulces sueños».

La voz del heredero Park Jimin resuena simultáneamente en su habitación y en todas las del país. Es impensable para los ciudadanos de Ilsam Town no tener activado el seguimiento del príncipe de la nación. Es casi como un teleshow de los antiguos mostrando cada uno de los movimientos que Jimin realiza en su agenda diaria. Reuniones con mandatarios de otros países, actos benéficos, conferencias y también su vida cotidiana, qué come y dónde, cómo se divierte o qué ropa prefiere comprar.

―Sí, venga, buenas noches ―murmura Yoongi, agotado.

Se incorpora para correr los aburridos estores que decoran su apartamento. Debería utilizar la IA doméstica, pero a Yoongi le gusta hacer las cosas por sí mismo. A su derecha, una puerta permanece cerrada. Yoongi la observa un segundo. No recuerda cuándo fue la última vez que entró allí. Pero solo pensar en lo que hay tras ella consigue que se le encoja el corazón. No está dispuesto a sucumbir de nuevo a antiguos recuerdos. A tiempos que perecieron y se enterraron en el olvido. No quiere regresar y sentir de nuevo el mismo dolor. Porque Yoongi sabe que hay cosas que nunca se superan. Uno puede abrazarlas y aceptarlas. Puede ser consciente de que forman parte de él y aun seguir adelante. Pero sigue doliendo. Siempre duele.

Se palpa el cuello, en donde un cordel sujeta la antigua llave que abre la puerta.

―Esta noche no vas a poder conmigo ―dice, más alto de lo que debería y sin ningún atisbo de titubeo en la voz.

«Escucho el océano desde muy lejos, camino por el sueño a través del bosque...»