I

15 0 2
                                    

-Tomás es la ultima vez que te llamo, solo tres minutos más o subo para tirarte agua fria- se escucho desde abajo una voz femenina que retumbó por toda la casa, era mi abuela

-¡YA TE ESCUCHE, ABUELA!- grito levantandome de la cama con sus ojos aun cerrados a causa de la luz que le incomodaba, maldeci en voz baja por el hecho de tener que levantarse tan temprano un sábado sólo para ir a cumplir lo que mi abogado había arreglado para evitar ir a la carcel- Hubiera sido mejoretirado que me en cerrarán -murmuro por lo bajo para cambiarme lo más rápido y bajar a desayunar, iba a ser un día largo y no quería que empezara con mi abuela regañandome



-Puedo volver caminando, no hace falta que vengas a buscarme- murmure intentando sonreír de lado para dejar un pequeño beso en su mejilla-

Mi abuela asiste con su cabeza para luego dejar una suave caricia en mi mejilla- Por favor, intenta no meterte en más líos, Tom -súplica con tono preocupada paran luego suspirar, provocando que me sintiera algo culpable por hacerla pasar por todo esto-Te esperare con un gran almuerzo

Le devolví una sonrisa tierna como respuesta para luego asistir y salir del auto esperando que el mismo se alejara y asi por borrar mi sonrisa, volviendo mi rostro totalmente serio. Camino casi arrastrando mis pies adentro del edificio para comenzar a buscar la sala donde me tocaba la bendita clase

-¿Estas perdido? -una suave voz femenina hizo que me sobresaltará y provocando que me girará un poco para poder ver a una chica detrás de mu

Asistí levemente con una sin alguna expresión en mi rostro, no quería hacer amigos o verme amable con alguien, solo venir a cumplir lo que tenia debia e irme a la mierda

-Bien, permiteme esto para ver -dice la castaña tomando el papel que tenía entre mis manos, arruga su nariz para luego mirarme con una amplia sonrisa, rara, sin duda ella era rara- Estamos en la misma clase así que vamos juntos y queda por allá -dice señalando un de los últimos salones.

¿Acaso había escuchado bien? ¿Ella estaba para tomar la misma clase que yo? -Está bien -murmuro dándole una mirada total a la chica, era guapa pero no tenía aspecto de poder hacer algo malo, de seguro era una de estas típicas voluntarias, hija de alguien importante que solo venía a hacer buena prensa

-¿Esta todo bien? - pregunta algo nerviosa a causa de mi mirada, sabia que era eso porque se encontraba con sus mejillas algo teñidas de un débil color carmesi. Me limito a sólo asistir a lo que ella ríe bajo para comenzar a caminar adelante mío aunque ella intentaba estar a mi altura, sacandome conversación pero yo no quería que me vieran con una chica como ella.

Al llegar a la pequeña habitación, me doy cuenta que además de la falta de presupuesto, todos se conocían ¿Cómo lo sabia? Por los grupos formados, significaban que eran las distintas pandillas y obviamente conocía a algunos de ellos para mi desgracia.

Me ubique en unos de los asientos desocupados del medio del salón, cruce mis brazos sobre el pequeño escritorio adherido a la silla para cerrar mis ojos cuando un sonido estrepitoso se hizo presente en el lugar provocando además de llamar mi atención todo el salón quedará en silencion

- Buenos días, jóvenes -saludo, una señora de unos treinta y tantos con aspecto algo hippie, mostrando una sonrisa algo tétrica pero a la vez simpática, era rara como la mayoría de aquí- Seré su nueva profesora de filosofía en este plan que han implementando para la reformacion e inserción -explicaba mientras se desplazaba por toda la sala mirándonos a cada uno sin borrar su sonrisa- ¿Alguien sabe la razón?

El silencio era tajante y la participación nula causando que la maestra hiciera una mueca para luego asentar su mano sobre mi hombro, provocando que girará mi mirada intentando no mostrarme en pánico, realmente odiaba hablar en publico

-¿Cual su opinión respeto a eso? ¿Por qué cree que se hace eso? -pregunta mirándome con una sonrisa relajada esperando esperanzada mi respuesta.

Trague en seco para luego rascar mi nuca algo nervioso, era tímido y los murmurós bajos no ayudaban

-Se debe a que muchos piensan que la filosofía abre nuestra mente y nos ayuda cambiar el pensamiento.

Conocía su voz, era la de la chica que mi había ayudado a llegar a la sala y ahora me había salvado de hablar en público

-Exacto, señorita Lozano y diría que no me gusta volver a verla en esta situación -negó riendo para luego volver al frente de la sala y comenzar a dar la clase del día

¿Otra vez? Al parecer su imagen mostraba algo que no era y eso llamaba su atención.
Cuando las agujas del reloj dieron las doce en punto, la maestra Jatib suspiro alivida tomando rápidamente sus libros para salir de la sala provocando que el descontrol se hiciera presente en el aula pero mi atencion seguia en la chica, la cual se colocaba su mochila en su hombro para salir y por impulso comence a seguirla

-¿Siempre sigues a las chicas que te ayudan? -pregunto sin detener su marcha para luego soltar una leve risa

Mi confusión se hizo presente en mi rostro para luego reír junto a ella- Soy Tomás -murmure bajo provocando que la chica se detuviera y girará sobre sus talones para mirarme con una sonrisa de lado

-Se quien sos -me miro divertida arqueando una ceja- Cargos por portacion y distribución de droga, sumado a antecedentes de pelea y desacato a la autoridad, ¿Verdad? -pregunto sin dejar su tono divertido de lado

Me quede sin habla, casi nadie me conocía por mis metidas de patas y si lo hacían era porque ellos hicieron cosas peores pero yo también los conocía, a ella no


AlaïaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora