Observa obras de arte anonadado. A los pocos minutos siente un toqueteo en el hombro. Se voltea.
–¡Buuuuuu! –dijo en tono de broma, al que casi le provoca un paro cardiaco– ¿Se asustó?
–No, cómo me voy a asustar –respondió con sarcasmo.
–Disculpe. Soy un ilusionista en entrenamiento y vengo a este lugar a practicar.
–¡Ah, no! ¿Y a usted le parece bonito andar por allí asustando a la gente?
–No, no me parece nada bonito, pero nadie se presta a ello.
–¿Por qué me asustó?
–Porque lo único que tengo es esto. Disculpe no lo voy a volver a molestar –desapareció y esta vez, no volvió.
ESTÁS LEYENDO
Feria de Sensaciones
De Todo23 historias cortas de intriga, suspenso, pasión y delirio... mucho delirio.