10 El éxodo solitario

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Hace años trabajaba en la envasadora de Aguas del Norte. Las personas metían cualquier cosa dentro de los bidones de agua vacíos: lápices, piedras, autitos de juguete, relojes, auriculares, y un sinnúmero de nimiedades. Lo más curioso que encontré fue una hoja de papel, la que reproduzco a continuación:

"En los tiempos antiguos, los tres dioses, el Dios de lo que fue, el Dios de lo que es y el Dios de lo que será, posaron su vista sobre un pequeño planeta intrascendente y les pareció interesante la vida primitiva de la tribu Siam.

En esa tribu había un hombre moribundo y los dioses no tuvieron mejor idea que jugarse su vida a los dados. El Dios de lo que será resultó victorioso y un estado de euforia absoluta, le regaló el don de ver los días que vendrán.

El moribundo empezó a ver respuestas para las preguntas de la tribu a medida que se acercaba su muerte. En su última visión contó que se acercaban sequías, incendios y sangre en la tierra y, para salvarse, debían comenzar un éxodo al sur. Todos excepto él y su hija.

Es en este punto que la historia deja de ser pasado para ser presente:

La fresca brisa sopla. El moribundo observa a su hija cazar en medio de los montes; ella tiene en la mira de su arco a un venado cuando un ser abominable se interpone con su tiro.

La hija corre en busca de su padre, seguida por la abominación. Al encontrarse los tres, el moribundo tiene su última visión y susurra "Escúchalo" entre sus últimos respiros.

La hija, con la muerte de su padre desbordándose de los ojos, escucha a la abominación:

"Edelmann, es mi nombre, el caído del Abismo y traigo dos regalos para tu gente. El primero es el don de curar a los moribundos, pero cada vez que lo uses perderás parte tu tiempo en esta vida y el segundo es este". Edelmann extiende sus brazos, las nubes emergen en el día, pronto los refucilos y truenos se oyen hasta cubrir el cielo. La tormenta es furia y el caído junta las manos en un golpe seco que llama a un relámpago a sus pies.

El cielo se despeja rápido. Con un ademán la joven se acerca al sitio donde impactó el relámpago: hay un brote de planta, nacida del trueno.

"Esta magia se toma para potenciar el gen creador, se llama Café" y el caído se esfumó con el viento.

La joven inició su éxodo solitario para llevar esa magia nueva a los Siam."

Me maravilló la imaginación de algunos para explicar nuestra magia... ojalá pudiera tomar un café.


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