✦ PROLOGO

607 54 8
                                    

Park Jimin había vivido aquel edificio departamental por aproximadamente, dos años. Justo dos semanas antes de entrar a una prestigiosa academia de baile.

Él podría describirse como un amante de ver a la gente feliz, de hacerlas felices, por lo tanto, siempre trataba de estar feliz, de ver el lado positivo de las cosas.

Ese podría haber sido un día cualquiera, si es que hubiese obedecido los consejos de su mamá, y no aceptar el café que Hoseok, su compañero de la academia, le ofreció tras terminar de montar una coreografía.

Desde niño, Jimin no podía dormir si consumía cosas dulces por la noche, pues se mantenía despierto hasta la madrugada, y se la pasaba todo el día con sus ojos rogando por un poco de descanso.

De cualquier forma, ese día, aquel americano había estado de más, pues ahora, metido entre las sabanas con las luces apagadas, sus ojos se mantenían enfocadas en algún punto del techo.

Si no hubiera bebido aquel café, seguro podría estar bien al día siguiente. No bailar torpemente y destacar, ya que recibir cumplidos siempre era lindo.

Si no hubiese bebido aquel café, no hubiese escuchando el sonido de algo rompiéndose en el piso de arriba.

Se sobresaltó, parpadeando varias veces. Presto atención, y al no escuchar nada más que pisadas, pensó que sería su imaginación, y que debía volver a dormir.

Sin embargo, tras unos, quizá, quince minutos, se escuchó otro ruido, similar al sonido seco que producían las rodillas al caer de pleno en el suelo, acompañados de un llanto a penas y notorio.

Y Jimin, bueno, estuvo demasiado preocupado como para siquiera pensar en estar alucinando.

¿y si algo malo ocurría en el piso de arriba?

Haciendo una mueca, se levantó, colocándose unas zapatillas deportivas, y una sudadera, pues su playera de tirantes no lo protegería demasiado del frío de la noche.

Salio de su departamento, andando al ascensor, y colocando el piso de arriba, pensando en que diría al estar frente a ese departamento.

Cuando las puertas del ascensor se abrieron, dudo en sí salir o no, pero termino por andar por ese pasillo, en busca de esa puerta.

Toco un par de veces, removiendose en su sitio, balanceándose sobre sus talones, esperando a que alguien le abriese.

Tardaron unos segundos hasta que unas torpes pisadas anduvieran a abrirle, dejándole ver a un chico de cabellos castaños, un tanto alto y facciones preciosas. El chico era precioso, tanto que a Jimin le extraño no haberlo visto nunca.

Pero no penso demasiado en eso, no al notar los ojos rojizos del chico, hinchados y cristalizados.

Balbuceo un poco, antes de poder hablar.

-U-Uh... vine por... Por que escuche... algo rompiéndose. Me preocupé, y quería saber si todo estaba bien.

El castaño le sonrió, a penas y notorio, elevando las comisuras de sus labios tenuemente, mostrando a penas una sombra de sonrisa, pero Park no podía estar más cautivado.

Lo vió ladear su cabeza un poco.

-Creo que tus oídos te están engañando.— mencionó con rapidez.— Gracias por tu preocupación, eso es lindo de su parte, pero debo volver a entrar.

Jimin fruncio el ceño, haciendo una suave mueca.

-No estoy muy seguro que haya sido mi imaginación. ¿Estas completamente seguro que estás bien?

Él asintió.

-Desearía poder decirte algo del ruido, pero realmente no escuché nada.— comentó, mirando como buscando algo, antes de encogerse de hombros.— Debe haber sido el viento.

Y le sonrió de nuevo, como forzado, y Park notó sus pestañas húmedas, signo de lo mucho que estaba reteniendo el llanto.

Sintio aún más preocupación y curiosidad, pero asintio un poco.

-Oh, claro. El viento...— musitó, decidiendo dejar las cosas así.— Entonces... uh, creo que volveré a mi departamento.

-Disculpe que haya venido aquí por nada.— se disculpó amablemente.

-No fue... uhm, no fue nada.— se apresuró a decir, observándolo un poco más, ciertamente preocupado.

Pero volvió al ascensor, y a su piso, entró a su departamento y se tumbó en su cama.

Tras un rato, volvió a escuchar tenues sollozos, además de alguien recogiendo algún cristal roto.

Cerro sus ojos, queriendo obligarse a dormir.

-Debe haber sido el viento.— repitió.

Y Jimin sabía que debió de haber terminado así.

Pero estaba demasiado preocupado como para dejarlo pasar.

MUST HAVE BEEN THE WIND ✦ Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora