¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
━━━━━━✧⎊✧━━━━━━
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¿DONDE PIENSAS ir?—interrogó Tony siguiendo a la pelinegra hasta el taller, ella se detuvo y ató su espesa melena azabache en una coleta alta.
—Me reuniré con una persona que me dará información sobre lo sucedido con mis padres, Tony, lo mencioné hace diez minutos.
Él resopló.—¿Quién es esa persona?
—Lamentó no poder decirlo, pero es mejor mantenerlo en secreto, es un jodido dolor en el trasero—Zelena hizo una mueca recordando al insistente hombre que llamaba a su celular casi todos los días—. ¿Me prestas uno de tus autos?
—No.
Zelena batió sus pestañas.—Por favor.
—Con una condición.
—No voy a besarte, Anthony.
El ingeniero resopló.
—Tenia que intentarlo—río levemente—. Toma el que quieras, menos esos dos—señaló a unos de colección. Zelena sonrió ampliamente y se acercó donde Tony guardaba todas las llaves.
Desbloqueó la alarma del auto y se encaminó al Gray Tesla Roadster. Abrió la puerta de piloto, se subió en el e hizo bajar la ventanilla.
—Diablos, te ves... perfecta.
—Basta, Tony—pidió Zelena, fingiendo estar avergonzada, aunque internamente estaba hecha un manojo de nervios. Últimamente, se ponía nerviosa con algunos comentarios que Tony hacia—. Regresaré en un par de horas.
Tony asintió y se acercó inclinándose un poco para verla mejor por la ventanilla.
—Cuídalo, un solo rasguño, Zelena Quinn y te irá muy mal.
