La sobrina de los Salvatore

CAPÍTULO 21

No sé cuánto tiempo pasé en su cama después de esa intensa sesión de sexo, que fue sumamente satisfactoria, pero puedo asegurar que de lo cansaba que me encontraba, me quedé dormida.

Cuando me desperté, lo primero que vi fueron sus ojos azules verdosos oscuros mirándome tan fijamente que parecía que podía ver en lo más profundo de mi alma. Su cabello rubio oscuro estaba revuelto, pero de un modo que le hacía ver muy atractivo y su brazo estaba alrededor de mi cintura, manteniéndome pegada a él.

   -Vaya, veo que despertaste, amor.- dijo sonriéndome.

   -Emmm... Sí ya veo, ¿cuánto he dormido?- pregunté un poco incómodo por la situación

   -Algo más de una hora, mis hermanos han de estar por llegar

   -¡Mierda!- exclamé levantándome de golpe de la cama, sin importar que estuviera desnuda ante él, y empecé a buscar mi ropa.

   -¿Buscas esto?- preguntó mostrándome mi sujetador azul capri, pero cuando intenté cogerlo lo alejó y caí sobre él, por suerte ya llevaba el pantalón puesto, aunque no había encontrado la lencería inferior por ningún lado- ¿Por qué tanta prisa, amor?- mis pechos estaban apoyados en su torso y había vuelto a agarrarme de la cintura.

   -Porque, por difícil que crean mis tíos que es, tu hermana es mi... amiga. Y me acabo de acostar con su hermano y por más que lo pienso no sé por qué.

   -Oh, vamos querida, no puedes decir que no lo has disfrutado.

   -Y no lo digo- digo quitándole mi sujetador y liberándome de su agarre para ponerme en pie- porque te digo que ha sido alucinante. Pero apenas te conozco, no sé si lo entiendes, pero no quiero que nadie sepa que nos hemos acostado, ¿vale? Solo te pido eso- por fin había terminado de vestirme y seguía sin encontrar la ropa interior inferior.

   -Como desees, pero hay una condición, - yo lo miré con cara de "enserio" y él con una sonrisa cautivadora se levantó de la cama completamente desnudo y se acercó mucho a mi. -serás mi pareja en el cumpleaños de mi hermana, que por cierto es en unas horas.

La condición me había sorprendido, entre eso y que mi fuerza de voluntad por no mirar abajo se estaba quebrando no dudé en aceptar.

   -Perfecto. - se acercó más y beso vorazmente mis labios- nos vemos amor.

Unos diez minutos más tarde llegué a casa, la cual se encontrado vacía, por primera vez desde que llegué al pueblo. Me duché, eché la ropa a lavar y me coloque un cómodo albornoz violeta claro y una toalla envuelta en la cabeza.

Una sed incontrolable llegó a mi de un momento a otro, así que bajé al sótano, para coger un par de bolsas a la vez que alguien me enviaba un mensaje. Al poco tiempo oí ruido de voces en la planta superior, entre las cuales pude distinguir perfectamente la de Caroline, la cual discutía con Damon, así que decidí posponer el mensaje. Subí a la entrada y allí me  encontré a mis tíos con sus respectivas parejas y con Bonnie.

   -Hola, Eli- me saludó una alegre Bonnie, la cual llevaba un vestido en los brazos.

   -¿Dónde se supone que estabas?- interrogó Damon mirándome de arriba a abajo.

   -Ya sabes, por ahí.- respondí con desinterés.- No sabía que vendríais tan pronto a cambiaros.

   -Decidimos que sería mejor empezar a cambiarnos un poco antes.

   -Bien, ¿vosotros también vais a cambiaros ya?- pregunté mirando a mis tíos.

   -Nosotros no necesitamos tanto tiempo- contestó Stefan.