CAP.1 :Do you want to be a WWE superstar?

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"¡Hola! mi nombre es Alex Cruz tengo 19 años, mido 1,75, peso 68 kilos, estudio ciencias de la información en Madrid y mi sueño es luchar en la WWE..."

Quizás sea esta mierda de introducción la razón por la cual no me escogieron para entrenar en el famoso Performance Center de Orlando... Por el contrario allí estaba yo, a las puertas de comenzar un nuevo año de universidad normal y corriente sin ser consciente de lo que me tenía guardado el destino años más tarde.

Pero comencemos desde el principio: tras esperar varias semanas una respuesta por parte de la empresa más famosa de lucha libre, me di cuenta de que era una pérdida de tiempo y que lo mejor que podía hacer era centrarme en mi carrera universitaria.

Un día, mientras estaba en una de esas maravillosas clases de semiótica, en las cuales nadie atiende (porque los alumnos estamos más preocupados en hacer pasar el tiempo más rápido) mis ojos marrones se centraron en un vídeo sobre movimientos de lucha de un tal "A-Kid". Reproduje el vídeo durante 2 minutos (sin audio claro) y me quedé totalmente enganchado, tanto, que decidí detenerlo y esperar a que terminaran las clases para verlo en el piso que compartía con otros tres amigos.

Al llegar a mi habitación tire la mochila cerca de la cama, encendí el ordenador y busque en google "A-Kid". Durante aproximadamente unos 20 minutos de búsqueda sobre ese tío, encontré que aquel "tío" luchó contra Ricochet en una empresa llamada la Triple W. ¿Una empresa de wrestling en España? "No puede ser, porque no me he enterado de esto antes"- pensé-. Tras un tiempo asimilando toda esta información, me dispuse a analizar de arriba abajo la página web de la Triple W en busca de alguna escuela a la cual apuntarme y en un futuro, quien sabe, hasta yo también podría luchar contra Ricochet.

En pocos segundos encontré lo que estaba buscando... el Lucharama. Sin pensarlo dos veces envié un correo electrónico preguntando sobre un día de prueba que venía especificado en su página, esperando a que esta vez sí me respondieran. Para mi asombro al día siguiente recibí una respuesta por su parte, en el correo que enviaron se podía distinguir una tabla con los horarios de entrenamiento, además de un pequeño texto proponiéndome que asistiera la semana siguiente al día de prueba.

Tras leer el correo completo por algún motivo desconocido empecé a contárselo a todo el mundo, eso incluye a mis padres, a los cuales no les hacía mucha ilusión esta idea, y a uno de mis compañeros de piso Óscar. Él también es un aficionado al wrestling, entre los dos nos saltábamos la regla de "no hagas esto en casa" cada verano cuando montábamos combates imaginarios en la piscina. Nuestra paranoia llegó a tal nivel que incluso nos inventamos una empresa propia para nuestros combates, en los que luchábamos por un título de cartón dibujado.

Fue entonces cuando se me ocurrió que él también podría hacer el día de prueba conmigo, al proponerlo sus ojos brillaron y la respuesta fue un rotundo si, por lo tanto en mi correo de respuesta confirmé nuestra asistencia a la prueba.


-- Si quieres seguir de cerca la historia, visita la página https://thewrestlingstoryteller.blogspot.com/ -- 

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⏰ Last updated: Sep 20, 2019 ⏰

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