father is in the castle

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3. Papá está en el castillo

En muy poco tiempo, la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras se convirtió en la favorita de la mayoría. Sólo Draco Malfoy y su banda de Slytherin
criticaban al profesor Lupin:

—Mira cómo lleva la túnica —solía decir Malfoy murmurando alto cuando pasaba el profesor—. Viste como nuestro antiguo elfo doméstico.

Pero a nadie más le interesaba que la túnica del profesor Lupin estuviera remendada y raída. Sus siguientes clases fueron tan interesantes como la primera. Después de los boggarts estudiaron a los gorros rojos, unas criaturas pequeñas y desagradables, parecidas a los duendes, que se escondían en cualquier sitio en el que hubiera habido derramamiento de sangre, en las mazmorras de los castillos, en los agujeros de las bombas de los campos de batalla, para dar una paliza a los que se extraviaban. De los gorros rojos pasaron a los kappas, unos repugnantes moradores del agua que parecían monos con escamas y con dedos palmeados, y que disfrutaban estrangulando a los que ignorantes que cruzaban sus estanques.

Chloe habría querido que sus otras clases fueran igual de entretenidas. La peor de todas era Pociones. La historia del boggart que había adoptado la forma de Snape y el modo en que lo había dejado Neville, con el atuendo de su abuela, se había extendido por todo el colegio. Snape no lo encontraba divertido. A la primera mención del profesor Lupin, aparecía en
sus ojos una expresión amenazadora. A Neville lo acosaba más que nunca.

Chloe también aborrecía las horas que pasaba en la agobiante sala de la torre norte de la profesora Trelawney, descifrando símbolos y formas confusas, aunque la profesora Trelawney se entristecia cada vez que veía a Harry (algo del primer día de lo que Chloe no tenía idea). No le podía gustar la profesora Trelawney, por más que unos cuantos de la clase la trataran con un respeto que rayaba en la reverencia.

Cuando empezó Octubre, un cartel anunciaba que la primera salida a Hogsmeade del curso sería en Halloween. Teseus, Harry y Emma no podían ir, pero Chloe tenía un tutor legal que le firmara el permiso y se pasaba los días haciéndole la pelota a su padrino.

Por el contrario, Fred Weasley aprovechaba cualquier encuentro con Chloe para pedirle una cita, y ella pasaba de largo sin siquiera mirarlo.

Un día antes de la salida, Remus le explicó a Chloe lo importante que era que se quedase en el castillo, así que se quedaría con su hermano y los mellizos Potter.

La mañana del día de Halloween, Chloe y Teseus se despertaron al mismo tiempo que los demás y bajaron a desayunar muy tristes, pero tratando de disimularlo.

-Os traeremos un montón de golosinas de Honeydukes -les dijo Hermione, compadeciéndose de ellos.

-Sí, montones -dijo Ron. Por fin habían hecho las paces él y Hermione.

-No os preocupéis por mí -dijo Harry con una voz que procuró que le saliera despreocupada-. Ya nos veremos en el banquete. Divertíos.

Las parejas de mellizos acompañaron a Ron y Hermione hasta el vestíbulo, donde Filch, el conserje, de pie en el lado interior de la puerta, señalaba los nombres en una lista, examinando detenida y recelosamente cada rostro y asegurándose de que nadie salía sin permiso.

—¿Te quedas aquí, Potter? —gritó Malfoy, que estaba en la cola, junto a Crabbe y a Goyle—. ¿No te atreves a cruzarte con los dementores?

Harry no le hizo caso y volvió solo por las escaleras de mármol y los pasillos vacíos, y llegó a la torre de Gryffindor.

—¿Contraseña? —dijo la señora gorda despertándose sobresaltada. Justo entonces, llegaron los demás que dijeron la contraseña.


Cuando los Weasley y Hermione hicieron su aparición aquella noche en la sala común, los gemelos arrastraron a Chloe a una butaca cercana al fuego y le dieron montones de caramelos de Honeydukes.

—¿Qué te parecería pagar tu deuda ahora? —le preguntó Fred.

—En tus sueños, Weasley.

—Vamos Chloe, no te hagas la difícil —dijo Fred acercándose peligrosamente a ella. Chloe intentó echarse atrás pero el respaldo de la butaca se lo impedía.

Fred aprovechó esa debilidad para juntar sus labios con los de ella. Chloe se sintió en una nube y le siguió el beso, pero luego recordó que eso estaba mal, así que se separó, aunque toda la sala común los había visto.

Teseus se acercó y arrastró a Fred hacia los dormitorios de los chicos mientras este gritaba:

- Se repetirá, linda.

Chloe no bajo al banquete aquella noche, estaba demasiado cansada como para hacerlo. Pero escuchó ruidos en la sala común y decidió bajar. No había nadie, pero se escuchaban gritos. Chloe salió y encontró al Director Dumbledore examinando el retrato de la Señora Gorda.

-Oh, señorita Black. ¿Qué hacía en la sala común?

-No tenía hambre, así que no bajé-. Chloe se encogió de hombros y se colocó junto a los gemelos y Teseus que la miraban con el ceño fruncido.

-¿Qué hacías sola?- le preguntó Teseus en un susurro.

-He dicho la verdad.

-¿Qué habría pasado si Papá hubiese conseguido entrar en la sala común?

-¿Que papá hizo qué...?

Mientras ellos discutían en silencio, el profesor Dumbledore los mandó a dormir al Gran Comedor. Donde diez minutos después se les unieron los alumnos de las demás casas.

-Los demás profesores y yo tenemos que llevar a cabo un rastreo por todo el castillo -explicó el profesor Dumbledore, mientras McGonagall y Flitwick cerraban todas las puertas del Gran Comedor-. Me temo que, por vuestra propia seguridad, tendréis que pasar aquí la noche. Quiero que los
prefectos monten guardia en las puertas del Gran Comedor y dejo de encargados a los dos Premios Anuales. Comunicadme cualquier novedad -añadió, dirigiéndose a Percy, que se sentía inmensamente orgulloso-. Avisadme por medio de algún fantasma.-El profesor Dumbledore se detuvo antes de salir del Gran Comedor y añadió-: Bueno, necesitareis...

Con un movimiento de la varita, envió volando las largas mesas hacia las paredes del Gran Comedor. Con otro movimiento, el suelo quedó cubierto con cientos de mullidos sacos de dormir rojos.

-Felices sueños -dijo el profesor Dumbledore, cerrando la puerta.

-Lo serán para ti- susurró Chloe.

Cuando Chloe se iba a poner al lado de su hermano, Emma se le adelantó. Buscando con la mirada un sitio libre, su mirada conectó con la de Fred y se ruborizó. Siguiendo su búsqueda por un saco de dormir, se dio cuenta que el único libre estaba junto a los gemelos. Genial.

Chloe iba a paso lento hasta allí, sonrojandose más y más a cada paso que daba. Fred levantó la vista y le sonrió. Chloe sintió que se derretía pero lo disimuló bien.

Cuando llegó al saco de dormir al lado de los gemelos, se sonrojó y se acostó sin mirarlos. Fred la observaba hasta que vio que se dormía y la abrazó por la cintura, ella lo hizo por el pecho inconscientemente. Y esa fue la primera noche que Chloe Black soñó con Fred Weasley.




sirena   f. weasley (PAUSADO Y SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora