Único

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Tomó el afilado objeto entre sus temblorosas manos, sollozando en el proceso. Atravesó la carne de una sola apuñalada, apretando sus labios para no gritar de dolor. Segundos después, se encontraba en un baño de su propia sangre, esperando su llegada

-Viniste -afirmó la chica con una media sonrisa en su rostro.
Su cuerpo reposaba dentro de la bañera junto con un largo cuchillo de cocina incrustado en su abdomen. Estaba fría y su rostro palidecía con cada segundo que pasaba.

-¿Por qué debería contarle? -preguntó apretando sus dientes.

-No es una obligación, por lo que puedes pasar tus últimos diez minutos de vida en silencio. Aunque yo no lo preferiría así -confesó- Es una costumbre mía acompañar a las personas hasta que su vida se consuma por completo. Pero no me gusta aburrirme.

Se mantuvo unos cuantos segundos tratando de regular su respiración y pasó sus ensangrentadas manos por su cara, intentando calmarse. Durante esos pocos segundos, solo se podía escuchar el gotear de la canilla mal cerrada del lavabo.
Derramando un par de lágrimas, prosiguió a continuar.

-Presiento que también le genera aburrimiento escuchar siempre la misma historia, ¿No es así? -habló con dificultad mientras elevaba su mirada al techo- Tengo más curiosidad en saber qué opina usted de esto.

-¿A qué te refieres?

-¿Qué piensa de la vida? -formuló.

-Es una pregunta tonta, si te lo pones a pensar -respondió- Después de todo, yo no poseo una como tal. Por lo que esta no tiene ningún significado para mí.

-No esperaba menos escepticismo de usted -rió levemente- Por lo menos eso hace que no muestre ninguna lástima o pena por mí. Me siento muy cómoda con usted.

-Pero ya que preguntas, tal vez no tenga una definición de lo que es la vida para mí. Pero he tenido la oportunidad de hablar con personas que sí la tiene y su forma de verla es muy hermosa... -habló con aire pensativo. Antes de suspirar pesadamente- Esos recuerdos son los que hacen que se me haga más difícil hacer mi labor...Pero déjame preguntarte algo, ¿Por qué los humanos tienden a creer en que hay algo más allá de la muerte?

-No sabría responder a ciencia cierta su pregunta. Nos ha de ver como unos idiotas -dedujo. Sintiendo como su mente se iba apagando con cada gota derramada. Se le estaba acabando el tiempo- ¿Esto quiere decir que esto es todo?, ¿Voy a morir y dejar de existir?

-¿Creías que era diferente? .Lo quieras o no, es así. Yo sólo me encargo de separar el alma del cuerpo y dejarla libre para que pueda pasar al otro plano llamado vacío -comentó- Lo único que queda de ti es tu cadáver que dentro de poco se convertirá en comida de los gusanos.

-Qué final tan trágico me depara entonces -dijo irónicamente en susurros, audibles para su acompañante. Sabía que si perdía el conocimiento sería su fin, y por esta razón se mantenía batallando contra su hemorragia. Sólo con el único propósito de no detener esa conversación hasta que soltara su última pregunta- Necesito saber algo antes de irme, por favor.

-Di y pregunta lo que quieras -ordenó- Será tu última petición.

-¿Creé que desperdicié mi vida haciendo esto? -murmuró con la cabeza gacha, cubriendo su rostro con sus largos y desalineados cabellos.

-Esa pregunta deberías hacértela a ti misma, querida Rachel -contestó, acercándose a pasos lentos hasta ella- Esa rara naturaleza que caracteriza a los humanos nunca la comprenderé. El azar les regaló algo tan preciado y ustedes solo la malgastan en cosas sin sentido, sólo para ganarse el lugar en la plácida e inexistente eternidad. Si vas a vivir la vida con temor, ¿Cuál es el punto de esta?

Su pálida y huesuda mano se posó en el mentón de la joven y la atrajo hasta su rostro, con el objetivo de darle un frío beso que acabaría por fin con su sufrimiento.

-¿Puedo preguntar una última cosa? -cuestionó abriendo sus labios para casi sentir los del otro, levantando la mirada en el último momento. Su rostro se deformó a una sádica sonrisa que mostraba sus ensangrentados dientes- ¿Se puede engañar a la muerte?

De repente, los sonidos de las sirenas empezaron a hacerse presentes seguidos del fuerte golpeteo de la puerta principal y la voz del socorrista llamando a la puerta.
Quedó con tal perplejidad y asombro de la audacia de la chica que solo pudo soltar una sonora carcajada.

-Eres increíble, querida -se regocijó mientras se alejaba de ella- Me ha encantado esta maravillosa charla, pero me tengo que ir. Aunque no te preocupes, tendremos que vernos de nuevo en otra ocasión. Y esa vez juro que voy a probar esos dulces labios para acabar lo que empecé.

Se dirigió con resonantes pisadas hasta la puerta del baño, y antes de marcharse le propició una mirada que ella la consideró indescifrable.

-No te imaginas cuanto tiempo esperé por estar contigo. Espero y sepas que eres muy especial -mencionó dejando a Rachel con los ojos abiertos como dos platos- Que te hayas salvado no fue más que un presente que espero y sepas considerar. Vive una buena y próspera vida, mi querida.

Segundos después la puerta se cerró y la peli castaña se desmayó de tanta sangre que había perdido. Sin embargo, cuando los paramédicos llegaron, la encontraron con una sonrisa imborrable en sus labios. Después de todo, muerte le había obsequiado una nueva oportunidad y juraba por él que la aprovecharía, hasta poder reencontrarse nuevamente y poder contarle sus experiencias en vida.

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⏰ Última actualización: Nov 09, 2019 ⏰

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La Ansiada LlegadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora