Hermanos Morvant

1

El primer día en un nuevo lugar resulta muy extraño, si tú no sabes que se siente te lo paso a contar con mucho gusto. Al despertar distingues cada detalle, el color de las cosas es diferente, la forma en que todo está iluminado te resulta más brillante y sientes un olor extraño, es el olor de la casa, un lugar diferente que con el tiempo dejarás de distinguir, te sientes algo incómodo y te cuestionas si estás en el lugar correcto, al levantarte te sientes confundido ¿el desayuno ya estará listo? ¿el comedor está donde yo creo que está? ¿habrá alguien ya levantado? Hasta que reúnes la fuerza para salir de la habitación sintiéndote un poco avergonzado. Al levantarme me dirigí al comedor, Bastian y Onyx se encontraban ya en la mesa, eran las 20:00 de la noche ¡que temprano se han levantado! pensé, siempre era yo la primera en la mesa. El desayuno transcurría tranquilamente y en silencio como todas las noches, en ocasiones Onyx comentaba algunas cosas y yo la oía atentamente, era mi único contacto con el mundo exterior y cada historia que ella contaba me introducía más a este, Bastian me había advertido anteriormente que la visión de Onyx sobre la vida moderna era insana, incluso irreal (¿como la vida puede ser irreal?), pero ella era madura y sabía hasta donde llegar, yo era joven e inexperta y si quisiera copiar la conducta de mi hermana tendría el mismo final que mi madre
Si, y mañana a las 2:00 se organizará una fiesta de vecinos en casa de los Miller-
¿Quienes son los Miller?- Pregunté
Son los vecinos de a tres casas de aquí, son divertidos, sobre todo James- Bromeó de forma coqueta
¿Realmente conoces a esas personas?- cuestionó Bastian
Yo conozco a todo el mundo, cariño-
Hace tan solo unas horas nos mudamos- dije algo sorprendida
Los conocí en una fiesta que organizó la familia Caleb que viven en este mismo barrio- dijo y dio un sorbo a su café -Conocí a James y Samuel, sé que viven con alguien más, un humano-
¿Un humano?- pregunté sorprendida
James también es humano, hay varios en el vecindario, pero no son muchos-
Wow, que impresionante ¿verdad?- expresé con una sonrisa -Que en esta época los humanos y vampiros convivan, es algo genial-
No- dijo Bastian -Los humanos son seres inferiores. Humanos viviendo con vampiros...- suspiró icon desprecio -Somos más que simples mortales, el obligarnos a convivir con ellos es un insulto para cualquier vampiro- lanzó una mirada severa hacia mí
Bajé la mirada y Onyx suspiró
De todas formas debemos ir, sería descortés no asistir- replicó
A pesar de la divertida actitud de Onyx ella sabía cuando ponerse seria, así como sabía convencer a Bastian
Además el Conde Vladislaus asistirá-
Bastian lo pensó por un momento y contestó sin dirigirle la mirada
En representación de la familia Morvant deberías acudir, encargarte de mantener una buena imagen con nuestros semejantes-
¿Tú no asistirás?- preguntó Onyx
No, tengo trabajo que hacer-
¡Yo te acompañaré, Onyx!- dije entusiasmada
Imaginarme en un reunión, con otros vampiros ¡y humanos! era algo que me emocionaba, pero fue Bastian quien me puso los pies en la tierra e incluso un metro más abajo
Tú no asistirás- respondió de inmediato
Pero, ¡es una nueva vida! Aquí nada malo pasará, además estaré con Onyx- dije manteniendo una pequeña sonrisa
En otras ocasiones no hubiera insistido más, pero creía que Bastian aflojaría un poco esa cuerda imaginaria que tenía en mi, manejándome, apretando en ocasiones tanto que me dejaba si fuerzas para continuar, pero siempre mantenía la esperanza de que todo iba a cambiar. Bastian limpió sus labios con una servilleta manteniéndose en silencio y antes de levantarse mantuvo sus ojos cerrados
He dicho que no asistirás- su mirada atravesó mi frío corazón, no podía mantener la mirada fija -Y es lo último que diré-
Y luego se fue.
Me encontraba en mi habitación practicando piano, Bastian me había aconsejado que continuara practicando y sus consejos debían ser tomados como ordenes. Había días en los que me hacía tocar hasta que mis dedos se sintieran acalambrados y debía seguir hasta que no pudiera mantenerme erguida en el asiento, no entendía el porqué insistía tanto en que tocara, en ocasiones se quedaba mirándome hasta que acabase la canción y murmuraba "¿Donde está el sentimiento?". Mi mente se puso en blanco por un momento y mis dedos se movían de forma automática tocando las teclas, no dejaba de pensar en la casa, en el vecindario, en quién era el Conde Vladislaus, en qué harían en la reunión, pero sobre todo en qué era el cambio. ¿Eso era un cambio? ¿Las cosas realmente estaban cambiado? Dejé de tocar las teclas, tal vez tuviera una nueva casa y estuviera en un raro vecindario donde los mortales e inmortales conviven y beben cervezas juntos mientras oyen esa extraña música del siglo XXI, pero tal vez mi hermano seguiría siendo igual este en esta casa o en cualquier otra. Sentí un inmenso dolor en mi corazón y dejé de tocar, se me escapó un largo suspiro
Hey- dijo Onyx -¿Que sucede, Bella?-
No es nada, sólo que...-murmure-¿Siempre será así?- miré a Onyx
Ella también suspiró
Bueno, Bell, tú sabes porqué Bastian es así contigo- se sentó a mi lado -Y sabes que he intentado hablarle, he usado todos mis trucos ¡y mierda, si que es terco el hijo de p…!-
¡Onyx!- exclamé por sus palabra
Pero al momento de mirarnos no pudimos evitar las carcajadas como si fuéramos un par de niñas
Lo siento, Bell- continuó -La actitud de Bastian me estresa. Si no quería lidiar con la vida moderna no se hubiera mudado a Forgotten Hollow-
¿No nos mudamos por las propuestas de negocios que se le presentaron?- pregunté
Ay, hermana…Bastian dijo eso, pero ¿tu crees que necesitemos de eso? No necesitamos mudarnos por más de 1000 años, nuestra familia estaba bien posicionada allí, el dinero nunca fue un problema-
Entonces…¿Por qué nos mudamos aquí? –
Me miró y entonces sonó su celular
¿Aló?...Claro, ahora mismo estaré allí- colgó -Tendré que dejarte sola, tengo una reputación que mantener- dijo moviendo su cabello
Y de repente de marchó, y por segunda vez en el día me volvieron a dejar sola con mis pensamientos.
En un momento me encontré parada en medio de mi habitación, mirando a un punto fijo sin prestarle atención a lo que fuera que estaba viendo. Era tan extraño, como si aún estuviera en la vieja mansión Morvant con esos cuadros gigantes de nuestros antepasados observando cada uno de nuestros movimientos, esperando a que preservemos las viejas costumbres y estilo de vida, convirtiendo a los inmortales, bebiendo de ellos no sólo por necesidad sino por el simple motivo de sentirse superior a ellos
“Os juro que he de acabar con mi vida de la forma más atroz antes de convivir con los inmortales, somos seres creados para estar por sobre todo, nos burlamos de Dios y su creación inmortal, tan débil como él ha de ser”
Citó mi abuelo Alabaster Morvant en sus memorias, ya habían pasado más de 600 años de su muerte cuando yo nací. Durante mi niñez se me inculcó este pensamiento “Los inmortales son débiles, somos mejores que ellos". Fue a mis 10 años cuando vi por primera vez a un humano, era una familia extraviada que había acabado cerca de la mansión, los observé desde la ventana asomando tan sólo un ojo ya que aún era de día, los niños jugaban entre ellos mientras que los adultos hablaban, tal vez discutiendo como volver al camino. Los observé curiosa, ellos se veían normales, como cualquier otra familia, recordé entonces las memorias de mi difunto abuelo pensando en que tal vez él no era una buena persona.
Me asomé por la ventana, lo poco que podía ver por allí satisfacía a mi curiosidad. Esperaba ver a una familia de humanos. Tal vez te preguntes ¿Por qué insiste tanto con ver un humano o estar cerca de ellos? Porque nunca había estado cerca de uno, pero había oído (por Onyx) que su piel suele ser caliente y puedes sentir el latir de su corazón con sólo tocarles la mano, incluso mencionó de forma lasciva “Nunca imaginé que podría sentir tanto calor dentro mío”. Continúe mirando, pude divisar a una muchacha pelirroja con un uniforme de enfermera caminando por el parque, la seguí con la mirada y entonces se detuvo justo detrás de la oscura estatua que decoraba el centro del parque, para aparecer en el otro extremo, acompañada. Era un muchacho de aspecto “punk" con chaqueta de cuero decorada con tachas, su negra cabellera le llegaba a los hombros y tenía un medio recogido, era la primera vez en mi vida que veía a alguien con ese aspecto. Por alguna razón sentía nervios, mordí mi labio observándolo, ese look tan atrevido y extraño causaba en mi sentimientos desconocidos, retorcía las cortinas entre mis dedos sin apartar la vista de ese muchacho, tal vez humano. Los observé alejarse y solté las cortinas sintiéndome algo agitada.
Belladona-
Bastian había entrado a mi habitación cuando me encontraba curioseando por la ventana, había podido oírlo a tiempo para apartarme
Ya es temprano para que estés levantada- dijo- Te he dicho miles de veces que estés en tu ataúd para las 5:00-
Me quedé en silencio y asenti con la cabeza
Teniendo en cuenta la clase de vida que comenzaré a llevar me he decidido en adquirir un móvil, Onyx tiene el suyo y creímos que sería necesario que tú tengas uno…- extendió hacia mi una pequeña caja -Úsalo solo en caso de emergencia-
Tomé la caja, pero el la sostuvo con fuerza
No buscaras humanos, no hablaras con humanos, sólo te comunicaras con Onyx y conmigo- me miró fijamente a los ojos -¿Está claro?-
Volví a asentir y soltó la caja, se despidió con un sutil movimiento de cabeza y se marchó.
Por las noches, cuando cerraba el ataúd, me quedaba por largas horas imaginando cosas, me imaginaba teniendo amigos, hablando con ellos y riendo, yendo a un festival donde habrían golosinas y divertidos juegos, me subiría a uno de esos hermosos carruseles, exactamente encima de un caballo blanco decorado con detalles en dorado. Esa noche volví a imaginar, me imaginaba en la fiesta de vecinos haciendo amigos, habría niños humanos correteando por el lugar llenándolo de sus dulces risas divertidas mientras que algunas personas bailan y otras beben riendo en grupos, yo estaría allí mezclándome entre ellos, lo encontraría al muchacho punk, hablaríamos y él sería mi primer amigo.