La rubia miro el reloj en la pared que marcaba ya casi la hora de terminar, solo cinco minutos más y terminaba su transmisión del dia. Después de darle varias vueltas y tras bastante insistencia de su abuelo y muchas conversaciones con Cristina la abogada que había llevado el caso de su madre sobre la lucha del colectivo homosexual y luego de una larga llamada a Gonzalo en San francisco, había ido a hablar con los chicos de la radio, a veces le sorprendía que los jóvenes de su edad fueran tan abiertos de mente pero cuando les dijo de que quería hablar en la radio les pareció una buena idea.
-Así que lamentablemente amigos ese es todo el tiempo que tenemos por hoy pero no lo olviden que estamos aquí para ustedes y que siempre es bueno saber que no estamos solos.- La rubia cerró el micrófono y terminó la transmisión de esa tarde.
-Voy a tener que demandarte por seguir usando mi frase.- Escuchó tras ella y al girarse vio a su novia en la puerta de la cabina sonriéndole.
-Crei que habiamos llegado a un acuerdo acerca de eso, yo te daba un beso y tu a cambio me dejabas usar tu frase.- Se acercó para dejar un beso en sus labios.
-Creo que no salí bien parada en ese acuerdo, tenía que haber pedido más besos.- Rió la morena.
-No es que no me encante verte cada vez que puedo pero qué haces aquí?- Pregunto mientras se recostaba de la consola.
-Pues que el ensayo terminó temprano asi que decidi venir a buscar a mi novia para invitarla a dar un paseo por el retiro, que te parece?- Le dijo colocandose frente a ella dejando caer sus manos en las caderas de la rubia.
-Que no estoy segura si te he dicho que te amo hoy- Sonrío Luisita entrelazando sus dedos en la parte de atrás del cuello de Amelia, haciendo que se acercara aún más.
-Uhmm creo que esta mañana cuando nos despedimos en casa.- Respondió dejando un pequeño beso en sus labios.
-Pues eso fue hace mucho ya- Sonrio.- Te amo.
-Y yo a ti cariño.-La beso nuevamente y esta vez Luisita no se separó al momento sino que siguio besandola por más tiempo.
La morena se dejó llevar, la verdad era que en la casa Gómez no tenían mucho tiempo para estar solas, si no eran Ciriaco y Cata queriendo jugar a cada rato, era Manolin o Marce con cosas del futbol, el punto era que no tenían estos momentos, lo bueno era que por lo menos ahora ya compartían la misma habitación, Amelia se apoyó en Luisita causando que la rubia quedara aun mas recostada sobre la consola y la escucho soltar un suspiro asi que decidio separarse.
-Cariño creo que mejor paramos porque no estamos en el lugar adecuado para estar haciendo estas cosas.- Dijo Amelia con su respiración bastante acelerada.
-No estamos haciendo nada malo Amelia.- Beso su cuello.- Además hablas como si nuestra primera vez no hubiese sido en el sofá del salón de mi casa sabiendo que alguien podía llegar en cualquier momento.- Siguió dejando besos en su cuello y la morena cerró los ojos recordando lo que Luisita le dijo, la rubia tenía razón, no era como si fuese la primera vez que se arriesgaban a hacer algo así sabiendo que podían encontrarlas, si el Kings hablara.
Amelia tomó la cara de su novia para reclamar sus labios nuevamente mientras que la rubia sonreía entre el beso sabiendo que había logrado su cometido, necesitaba esto porque por más que quisieran en su casa no podían tener la intimidad que le gustaría tener con Amelia, debía conseguir un piso urgentemente.
Las manos de la morena se deslizaron desde sus caderas hasta su trasero y despues bajaron por sus muslos para luego levantarla y sentarla sobre la consola, a Luisita se le escapó un gemido en consecuencia mientras rodeaba la cintura de su chica con sus piernas cruzando sus tobillos en la espalda de la morena, una de sus manos abandonó el cuello de Amelia para empezar a desabrochar su camisa y la morena no perdió tiempo en colar sus manos bajo el vestido corto que la rubia había escogido esa mañana, se deslizó hasta llegar a sus muslos acariciandolos.
La rubia terminó de abrir la camisa de Amelia apreciando lo bien hecha que estaba su chica sin terminar de despojarla de ella, no podían arriesgarse a quitarse toda la ropa por si a alguien en serio se le antojaba pasarse por la radio, Amelia llegó a la orilla de su ropa interior y paro para mirarla a los ojos.
-Si buscas a alguien que te diga que paremos, a mi es mejor que no me mires porque jamás te lo diré.- Fue la respuesta de la rubia ante la mirada.
Amelia sonrió y con ayuda de la rubia deslizó la ropa interior de Luisita por sus piernas librandola de la prenda que en esos momentos le estorbaba como nunca, la guardó en el bolsillo del short que llevaba y miró a su novia, Luisita se mordió el labio inferior y nuevamente la tomó por su cuello chocando sus labios, sin perder más tiempo que era algo que no tenían Amelia deslizó su mano por el muslo de la rubia hasta llegar a donde era esperada con ansias.
Luisita se separó del beso dejando salir un gemido al sentir a la morena, se aferró a su cuello acoplándose al ritmo que su chica establecía y enterró su cara en el cuello de Amelia tratando de esconder sus gemidos en él, la morena aceleró su ritmo dejándose llevar por los sonidos que tanto conocía de la rubia hasta que la sintió tensarse en sus brazos y soltar su nombre en su cuello, Amelia la abrazo dejando que se calmara y luego le regaló suaves besos regados por su cara hasta llegar a sus labios, estuvieron varios minutos así hasta que escucharon un sonido fuera en el pasillo así que se separaron rápidamente, Luisita le cerró la camisa a Amelia y esta le devolvió su ropa interior, se miraron y empezaron a reírse.
-Definitivamente mañana me pongo de lleno a buscar nuestro piso porque aunque estas locuras me encantan en serio necesitamos estar a solas totalmente.- Le comento Luisita a su novia mientras terminaba de arreglarse.
Amelia la miró y se acercó abrazándola por la cintura para luego darle un suave beso.- Te amo.- Dejó un último beso y la tomó de la mano para salir rápidamente rumbo a la casa Gómez, necesitaban una ducha y a esa hora no había nadie en casa que pudiera interrumpirlas.