Parte única.

84 4 5
                                    

¿Mi error?

Dejarlo todo por él.

¿Mi peor error?

Casarme con él.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

Miro fijamente a la luna mientras en mis adentros le pregunto que pasará cuando ya no tenga fuerzas para seguir; las lágrimas bajan por mis mejillas mojando los moretones que dejaron sus manos, las mismas que hace un tiempo me acariciaban tan suavemente como si fuese un frágil muñeco de porcelana que podía romperse ante el mínimo toque.

¿Qué fue lo que nos pasó, Namjoon?

Tus caricias se volvieron moretones en mi cuerpo, tus dulces palabras dagas en mi corazón, tu amor una maldición que no quiero dejar por que aunque me lastimes cada vez más y más, mi amor hacia ti no se desvanece y eso es lo que más odio. Odio tanto el no poder odiarte que hace que me odie más a mi mismo por no tener las fuerzas suficientes para poder dejarte y me da miedo, miedo de que al irme te consigas a otra persona a la cual puedas acariciar en mi lugar, a la cual le puedas abrazar y hacerle el amor como me lo hacías a mí, ese miedo aumenta cada vez más al igual que el dolor que aparece en mi pecho cada vez que a mis fosas nasales llega el olor de otro perfume ajeno impregnado en tu fina camisa o logro percibir las marcas rojizas que descaradamente adornan tu cuello, mismas que claramente yo no había creado.

Mi mente no puede evitar recordar como has cambiado, me pregunto cuando fue la última vez que te vi porque no eres el mismo Kim Namjoom del que me enamore, eres un hombre desconocido que no ha hecho más que volver mi vida una completa desgracia. Estoy harto, cansado de todo, de tus malos tratos, golpes, manipulaciones, de que me hagas sentir como la mierda con solo una mirada tuya y que te la vivas gozando de destrozar mi dignidad y autoestima.

Un portazo me sobresalta sacándome de mis pensamientos, entro a la sala de star del pequeño apartamento que rentamos mientras limpio mis lágrimas tratando de que no queden rastros del liquido salado en tanto me dirijo hacia nuestra habitación, al entrar mi vista se posa sobre la maleta que está en la cama matrimonial mientras varias prendas también caen dentro de ella de forma apresurada, frunciendo el ceño en señal de confusión miré al que se supone era mi esposo.

¿Namjoon? ¿Qué haces?

Mi voz apenas se hace escuchar con un susurro tembloroso y asustado, temiendo que pueda hacerlo enojar y vuelva a golpearme hasta dejarme inconsciente, lo conozco bien, no sería la primera vez que me haga algo así.

— ¿Tú qué crees, Seokjin? Me voy de aquí, no soporto estar con un incompetente que no puede hacer nada bien, ni siquiera atender a su esposo como debería.

Mi vista de nueva cuenta se nubló debido a las lágrimas que habían regresado, apreté mis manos en puños y con brusquedad las limpié, no quería darle más el gusto a ése imbécil de verme llorar. Respiré profundo y sin poder evitarlo desvíe la atención al cuello ajeno, las marcas de labial ahí presentes hicieron que mi sangre comenzara a hervir en enojo y esa misma furia me dió el valor suficiente para enfrentarlo, para creer que por primera vez podría ganarle en una discusión sin saber lo que me esperaba más adelante.

Es por alguien más, ¿Cierto? ¡Vas a irte con tu maldito amante!

De un pronto a otro me había tomado del brazo, empujándome contra una dura pared y sin poder evitarlo un quejido asustado escapó de mis labios agrietados en tanto cerraba los ojos fuertemente por el dolor del impacto. La mano que anteriormente me tomaba del brazo ahora me asfixiaba, los duros dedos clavándose sin piedad alguna en mi piel.

MISTAKE;;NAMJINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora