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Maratón

-Nos vemos -se despide la pequeña niña a su profesor.

-Cuídate eh...

-Layla -ríe.

-L-Layla -se le queda mirando, así se llamaba su hija, acosa era ella...

-¿Profesor?

-S-Si.

-Se encuentra bien, se quedo en la nada cuando le dije mi nombre.

-No es nada -le muestra una sonrisa nerviosa.

-Okey adiós -entra a su salón.

-Layla...

-¿Zabdiel?

-Oh Joel, ¿Qué sucede?

-¿Estas bien? tu cara muestra como si hubieras visto un fantasma.

-No es nada o eso creo.

-Cuéntame que te sucede.

-Layla.

-¿Que tiene?

-Creo que encontré a mi hija, además de que mi lobo reacciono con ella.

-Como me dijiste Zab, hay muchas Layla's en el mundo, no solo puedes decir que ella es tu hija.

-Pero yo lo siento.

-Yo también lo sentí con Dylan y ustedes no me creyeron -se cruza de brazos- pero dime, como la encontraste.

-La vi en un rincón, estaba manchada.

-¿Manchada?

-Si, dijo que se le había caído su lonchera pero yo no le creo.

-Y porqué no le creerías, digo, los niños no mienten.

-Lo se, pero algo en ella me hizo dudar de lo que me dijo, yo creo que alguien le ha tirado su comida y por eso salió llorando.

-Ya cálmate -acaricia su espalda con suavidad.

-Pero a todo esto ¿Qué haces aquí? -lo mira- pensé que estarías buscando tu salón.

-Eso hago, pero me perdí.

-Idiota -entrecierra sus ojos- déjame ayudarte.

-Gracias amigo.






Narra Dylan

-Eh... creo que ya debería irme -ya se estaba haciendo tarde para llegar al salón.

-Esta bien, no te preocupes puedes retirarte -me sonríe la señora.

Me despido y salgo corriendo a mi salón, pero mientras corría buscaba a Layla, oí que había tenido un problema con Priscilla y creo que no había terminado nada bien.

-Oh no... -sabía que cuando la puerta estaba cerrada era porque el profesor estaba en el salón.

Nervioso toque la puerta y no me abrían la puerta.

-Ya me dejaron afuera -me senté, recostándome en la puerta.

Estuve así un buen rato, hasta que siento que alguien toca mi hombro.

-¿Dylan?

-¡Layla! -me levante y la abrace.

-¿Que te sucede?

-El profesor no me deja entrar y parece que a ti tampoco te dejará.

-No hay ningún profesor en el salón.

-¿Que?

-Nos toca Educación Física.

-¡Genial! -grité de alegría, la profesora siempre dejaba que jugáramos fútbol- vamos rápido, seguro ya están jugando sin mí.

-No están jugando fútbol, es un nuevo profesor y este no dejará que juegues.

-¿Otro profe?

-Si y con este si vas a trabajar duro.

-Eso debería decirte yo a ti ¿no crees?

-Si, pero el profesor es bueno y me deja ir a mi ritmo -sonríe- y vamos que seguro debe estar esperándonos.

-¿Esperándonos?

-Le comenté que faltaba un alumno y me dijo que lo fuera a buscar.

-Entonces vamos, y por cierto ¿Cómo se llama el profe?

-Camacho.

-¿Camacho?

-Si idiota, Camacho así es su apellido.

-Hay ya no te alteres loca -alzo mis manos para que no me pegue.

-No te golpeo porque te quiero.

-Todos me quieren.

-Mi puño también te quiere.

-C-Cálmate.

Mientras íbamos al patio me encuentro con Priscilla.

-No que no sabías donde estaba tonta -se acerca a Layla de forma amenazante.

-No lo sabía y mejor aléjate que no me gusta la basura cerca -dice enojada, pero puedo notar unos pequeños .....- ¡colmillos! -grito resbalándome y caer, haciendo que todos se rían al verme.

-Dylan -se me acerca Priscilla- ¿te encuentras bien?

-Si gracias -me ayudo a levantarme.

-¿Que sucede aquí? -se acerca un señor, que suponiendo es el profesor- ¿me dirán?

-No sucedió nada profesor -hablo y miro con disimulo a Layla.

-Tu debes ser Dylan.

-El mismo.

-Un gusto -me sonríe- ahora quiero que me des 20 vueltas por llegar tarde.

-P-Pero -trato de justifícame, pero simplemente me pone una mano para me calle, solo quedaba hacer las tontas vueltas.

-Tu puedes hacer Dy -me grita Priscilla.

-Gracias Pris -le devuelvo la sonrisa, miro a Layla y solo veo que se va sentar sin decirme nada.

Ese profesor Camacho me cae mal al igual que el profe Joel.

Mi Origen |Chrisdiel|Joerick| TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora