♡; sᥱᥙᥣᥱmᥱᥒt

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—¡JeonGguk! deja de sonreir como un tonto— exclamó Jennie, mirando al azabache con el ceño fruncido, cruzándose de brazos. JeonGguk rió, al ver la expresión de su mejor amiga.

—Está bien, tranquila— rió. Jennie hizo una mueca, pero no se resistió a ser contagiada por la adorable sonrisa de conejo del azabache, que, sin darse cuenta, también comenzó a reír con él.

El auto del chofer de la castaña daba a todo dar, tratando de llegar lo antes posible a la graduación, para no perderse de nada. Los dos estaban emocionados, en especial JeonGguk, ya que Jennie, hace unas semanas, le había dicho que en la graduación encontraría a su alma gemela y su amor eterno. El azabache nunca fue bueno en eso de las relaciones, siempre fracasaba. Le eran infiel, no lo amaban, solo fue una apuesta o solo lo usaban de juguete sexual, aprovechándose de su eterna pasividad.

Pero esta vez será diferente. Pensó. Esta vez me amará una chica, estoy seguro.

JeonGguk, tu siempre tan ingenuo, niño mío.

Una linda sonrisa se esbozó en su rostro, mientras comenzaba a mover sus piernas de arriba a abajo, al notar como estaban cada vez más cerca del salón. Suspiró y cerró sus ojos.

—No puedo esperar a ver las hermosas luces de colores decorando el salón. Tampoco puedo esperar a verla a ella— chilló, ganándose una sonrisa por parte de la castaña, al ver lo ingeuo que era.

—Si, JeonGguk— sonrió —, ella— rió levemente para que el azabache no se diese cuenta. Si, era un error que JeonGguk pensaba que fuese ella y no él.

El auto aparcó junto a la banqueta. Jennie y JeonGguk bajaron, agradeciéndole al chófer por todo, y recordándole que tenía que regresar por ellos a las doce de la noche. Entraron entusiasmados al salón y quedaron extremadamente sorprendidos al ver todas las luces relucientes y de colores que adornaban el salón, adjuntado con las hermosas decoraciones y la música aleatoria que sonaba. Las chicas llevaban elegantes vestidos dorados o color pastel, con peinados increíbles o el cabello planchado. Los chicos llevaban elegantes solapas, camisas blancas y un pantalón negro, haciéndolos parecer de clase alta. Los dos se miraron y sonrieron. Se dispersaron, al ver a sus amigos a lo lejos, corriendo hacia ellos. Jennie las saludó con un abrazo y un beso, mientras que JeonGguk y sus amigos se saludaron con un trago y un apretón de manos.

Todo marchaba de maravilla, era simplemente espectacular y parecía un sueño hecho realidad. Por un momento, JeonGguk se sintió en las nubes. Hacían bromas entre ellos y reían a carcajadas. Sin razón alguna, el azabache desvió su mirada. Logró ver a un chico de cabellos azules, sirviéndose una copa de vino. Él lo vió y le sonrió. Por alguna razón, el azabache se sonrojó, pero solamente se limitó a devolverle el gesto. Sin embargo, sin razón aparente, se quedó enbobado, viéndolo, tratando de apreciarlo mejor.

—Y yo entonces, JAJAJAJA, hum yo, JAJAJA— trataba de decir JiMin, tratando fallidamente de reír, contagiando a sus amigos. Menos a JeonGguk. NamJoon lo miró y frunció el ceño, al ver su un poco extraño comportamiento. Los demás también lo miraron extrañados.

—¿JeonGguk? hum, ¿hola?

—tieRRA LLAMANDO A JEONGGUK. ¿HolAaaA? ¿hay alguien ahí?— dijo YoonGi, haciendo una mueca divertida, entrecerrando un ojo, arrugando su nariz y abriendo su boca. Los chicos rieron a carcajadas, pero JeonGguk seguía sin prestarles atención.

—Ahora vuelvo— contestó el azabache, en casi un murmuro.

Se dirigió hacia el chico y comenzó a conversar con él, dándose una mirada tierna y lindas sonrisas pícaras. Sus amigos rieron, haciendo gestos perversos, creyendo que los dos se gustaban.

amour vrai.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora