T-ODD-O [REESCRIBIENDO] [+18]✔️

45. Anulación

Por amor, la gente también se separa.

Colette Stansonn

Ya íbamos de regreso a la empresa, había comido más de la cuenta, creo que cuatro pedazos de pizza eran pocos comparados a la cantidad que comí.

Mientras más me acercaba a la empresa, más nervios crecían en mi interior. Mi cerebro trataba de analizar las razones del contrato y trataba de entenderlo pero si él no me dejaba en claro todas mis dudas no había mucho que hacer.

—Oye Isa—la llame mientras estábamos de camino a la empresa.

—¿si? No me digas que sigues pensando en Odd y el supuesto contrato, por favor Lett, esto ha ido muy lejos. Más allá de un juego.

—Isabela, lo amo.

Mi declaración fue tan grande que llamó la atención de nuestro conductor designado.

—Si Philip, he dicho que lo amo, joder lo amo y me quiero casar con él, seguir viviendo con él y tener sus hijos por el amor de Dios. Sé que siempre exploto sin pensar las cosas y digo cosas hirientes hacia él pero simplemente no se como controlarme. Ahora siempre estoy a la defensiva, antes no era así.

Suspiré volviendo mi vista a la ventana, solo espero que acepte mis disculpas y luego le pediré una explicación, su parte de la historia.

—El también te ama, aunque siempre fue un imbécil, pero un imbécil lleno de amor.

Sonreí ante eso. Era mi imbécil.

Llegamos a la empresa, Philip se aparcó en la entrada para dejarnos bajar primero.

Ambas avanzamos hacia el elevador en silencio, estaba muy nerviosa. Quería remediar esto, todo este problema quería hacerlo desaparecer.

—Estoy nerviosa—hablé en voz alta.

—Tranquila, son Odd y Colette, nada los puede separar.

Asentí reconfortándome un poco, salí del elevador al segundo que las puertas se abrieron.

Avancé frente a Dina y me hizo una señal con la mano.

—Señorita Wallace, su prometido está en una reunión en la oficina ahora mismo.

¿Reunión?

Soy su asistente personal y estoy segura que no tiene reuniones a esta hora.

—Gracias por avisar Dina.

Sonreí hacia ella y despidiéndome de Isa caminé hacia las puertas de la oficina.

Toque la puerta dos veces pero al no escuchar nada entré.

—Muy bien Abogado Graham, mañana por la mañana tendrá los documentos firmados.

Odd estaba frente a este señor bien vestido, sentados en sus sillones. Al entrar ambos estrechaban sus manos como si de "cerrar un trato" se tratara.

—Muy bien Señor Wallace, estaré al tanto. Con su permiso.

El abogado se levantó y se dirigió a la salida no sin antes despedirse de mí.

—Con su permiso Señorita.

Salió de la oficina dejándonos solos en silencio.

—¿Aún no sabes esperar que alguien te de la autorización de pasar?—Odd rompió el silencio reclamando mi entrada.

Se levantó y caminó hacia mi con las manos en los bolsillos.

—Odd, vine a decir algo respecto a la boda y todo esto del matrimonio...—Fui interrumpida por Odd.

—No hace falta Colette, de verdad no es necesario...

—Si es necesario Odd, vine a pedirte disculpas.

Odd sorprendido se quedó estático esperando que siga hablando.

—He venido a pedirte perdón por la forma en que me comporté anteriormente, no fue buena y dije cosas sin sentido.

—No te preocupes, solo has dicho que soy un maldito niño inmaduro que no sabe lo que quiere.

—Odd, sobre actué, no debí decir eso, es solo que estoy tan traumada de todo lo que ha pasado que siento que me harás daño con lo que sea que suceda.

—Estas en todo tu derecho de sentirte así Colette.

—No, no quiero que me apoyes en esto, vine a pedirte perdón porque quiero arreglar las cosas contigo, quiero que me des tu explicación, la parte de tu historia.

—Es muy tarde Stansonn. Tienes razón. No me merezco ni tu amor y mucho menos tu compañía, por eso he llamado al abogado. Colette, estoy pidiendo la anulación del contrato. Aunque fuera falso, preferiría perder las empresas antes que vivir un matrimonio frío con la mujer que amo, eso sería mucho más doloroso.

Mi garganta se cerró. A mi cuerpo se le había olvidado funcionar.

¿Anulación?

—Disculpa ¿Qué? ¿Y la boda?

—Solo falta que firmes estos documentos y nuestro compromiso y el contrato se absuelven. Tu dejaste ayer muy en claro, no confías en mi, no me dices como te sientes o lo que te sucede y no quiero estar manteniéndote sin libertad cuando no eres feliz conmigo así que Colette, ya no serás mi prometida y esta bien el camino que tú decidas tomar. La boda la cancelaremos y todo volverá a cómo antes, tu en tu trabajo y yo en el mío.

—Odd...—me detuve, ¿Como le decía que no quería anular el supuesto contrato? Como le digo que se olvide de eso y me pida matrimonio, que lo amo con todas mis fuerzas y ni quisiera estar en otro lugar que no sea con él?

—Está bien Stansonn—Caminó hacia el escritorio y tomó los documentos—fírmalos lo más rápido posible y me los entregas mañana por la mañana. El anillo de la familia me lo podrás devolver cuando gustes, no meteré presión.

Asentí con un gran nudo en mi garganta, el había tomado esta decisión. El tampoco quería estar a mi lado.

—Okay—dije tomando los papeles y fue hasta ese momento que estiré mi mano, que me di cuenta de lo mucho que estaba temblando.

Me aclaré la garganta y enderezándome sonreí leve.

—Está bien Señor.

—Oh Stansonn, también conseguí una lista de apartamentos en los que te puedes quedar.

—Gracias Señor Wallace, los tomaré en cuenta.

Avancé hacia mi oficina con mi respiración faltándome. ¿Porqué no podía ser valiente ahora mismo y decirle lo que siento? ¿Porqué es tan fácil decir las cosas hirientes y no las que en realidad sientes?

Cerré la puerta a mis espaldas y me recosté sobre la puerta. Mierda. Con mis ojos empañados miré los documentos en mis manos  y efectivamente era una lista de apartamentos decentes. El otro documento era un conjunto de páginas por firmar, la firma de Odd ya estaba en todas las páginas. Joder, este hueco en el pecho era abrumador.

Ya basta Colette, ve y dile. Debes arriesgarte, si no, no conseguirás nada.

Tragué fuerte, y tomando con fuerza los documentos en mis manos, salí a su oficina de nuevo encontrándola vacía.

Con el ceño fruncido avancé hacia afuera y me acerqué a la recepción donde Dina se encontraba.

—¿Donde está el Señor Wallace?

—Se ha ido, me ha dicho que llamara a Philip cuando usted desee irse para que venga a recogerla.

—No hace falta.

Sonreí a medias y entré de nuevo a la oficina.

Pura mierda.