Capítulo 4.

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La expresión asombrada en el rostro de Jeno le dijo a RenJun todo lo que quería saber. Con su mandíbula apretada y, antes de que tuviera la oportunidad de comentar algo, salió de la sala y se dirigió hacia la sala del club. Maldita sea. Sabía que no debería sentirse tan enojado. Estaba acostumbrado a que las personas lo subestimaran. Pero por alguna razón, le molestaba mucho más este tipo.

No podía oírlo siguiéndolo por encima de la sala, pero podía ver su sombra flotando sobre el piso negro, acercándose a la de él. Luego la figura se arrastró a lo largo del lado de él.

—Estás lleno de sorpresas, ¿no es así?

RenJun giró para enfrentarlo, empujando las manos sobre sus caderas.

—¿Por qué es tan sorprendente que sea un instructor de artes? ¿Porque soy extranjero?

—No debería serlo —admitió—. No después de verte investigar el motor de mi camioneta. Haces de todo.

El cable rígido de ira sosteniendo sus músculos tensos se aflojó por su admisión inesperada. —Bien. Trata de no subestimarme de nuevo.

Jeno levantó su mano, dos dedos levantados en una promesa de Scout.

—Te lo prometo.

Él se dio la vuelta y comenzó a caminar de nuevo.

—Espera. —Jeno se puso a caminar a su lado—. Me gustaría preguntarte una cosa más antes de volver.

Se detuvo y se volvió hacia él. —¿Qué es?

Él sonrió y RenJun se encontró mirando sus hipnotizantes ojos.

—¿Ya has decidido acerca de la cena? 

Demonios. Pensó que había eludido con éxito la cuestión de la cena.

—Ya te dije que no.

La calidez de sus ojos se intensificó y el sol dorado de su mirada amenazaba con derretir su resolución.

—No, me dijiste que no era una buena idea. —Entrelazó sus dejos con los de RenJun—. Y no estuve de acuerdo.

Su mano se sentía cómoda ubicada en el refugio de la de él, a pesar del destello de preocupación haciendo corto circuito en su sistema nervioso. Una parte de RenJun quería aceptar ir con él, sabiendo que disfrutaría de una agradable velada con este tipo encantador, pero al mismo tiempo, sabía que sería intenso. La chisporroteante conciencia que sentía cada vez que se acercaba lo tentaba a olvidar la lógica y arrojarse en sus brazos. Ya había terminado allí demasiadas veces. Ni siquiera quería pensar en lo que podría pasar en una cita.

—Jeno, lo siento. Viniste hasta aquí para nada, pero...

—Uh-oh. Siento un rechazo viniendo.

A regañadientes, RenJun retiró su mano de la de él. ¿Cómo podía decir que no de una manera que no hiriera sus sentimientos y, aún así convencerlo de que dejara de perseguirlo?

—Es sólo que... no eres el tipo correcto para mí.

—¿No el tipo correcto? —Su sonrisa se desvaneció, apagando el brillo en sus ojos—. ¿Qué es exactamente lo que quieres decir con eso?

RenJun cambió de una pierna a la otra. No podía decirle que pensaba que era un cerdo xenofóbico. Después de todo, él no había hecho nada peor que cualquier otro tipo. De hecho, todas las personas que alguna vez hubiera conocido. Y no podía decirle que no saldría con él porque estaba preocupado de adónde los llevaría su atracción. Entonces nunca conseguiría librarse de él.

Virgin Wanted ; hrj + ljnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora