Capítulo 10: Dex aprende a surfear (Parte 2)

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El rostro de Dexter fue invadido por una enorme sonrisa y luego la determinación de conseguir más. Le daba igual que Mitch no tuviera suficiente experiencia, un sólo roce de sus labios era suficiente para erizar su piel y era justamente por eso que no quería rendirse. Esa mierda se encontraba una sola vez en la vida o algo así decían todas las películas románticas. ¿O sería Alex? Bueno, seguro ambas cosas.

Continuó con sus intentos, bastante bien hasta que le vino una sensación de vértigo por no poder ver la arena bajo sus pies y se cayó encima de Mitch, terminando ambos en el agua. Quizás fue la adrenalina del momento que impulsó a Dexter a buscar al otro chico, sumergido aún, y llevarse un beso que no ganó "legalmente". Afortunadamente Mitch lo dejó pasar, poniendo una mano en su cuello, como para evitar que la corriente los separara; sintió una extraña mezcla entre lo salado del mar y los labios de otra persona. Disfrutaron cuanto pudieron, separándose antes de que se les terminara el aire.

Respiraron a bocanadas, agitados por todo y Mitch vio de reojo que flotaba el parche de Dexter, apresurándose a atraparlo. Se acercó al chico, dándole un beso en la ceja que siempre estaba cubierta y lo puso entre sus manos.

—Se cayó... —murmuró. No quiso mirar demasiado hasta que vio a Dex encogerse de hombros y guardar el parche en uno de sus bolsillos. Su párpado exhibía una cicatriz y su pupila era de un color diferente a la otra.

—Tuve un accidente de niño, no veo con ese ojo... El parche es para no causar impresión —explicó la pregunta que Mitch no quiso hacer. —Da igual, no quiero andar preocupado de eso. Supongo que esto es suficiente —sonrió, cubriéndose con un mechón de pelo mojado.

—Ni siquiera se nota, te ves lindo igual. He visto heridas peores —contestó, también con una sonrisa. —Una vez Luke se fracturó la pierna en skate y el hueso casi se salía. Ah y Randy se rompió un diente jugando rugby... ¡Y Scotty casi pierde una oreja en fútbol!

Dexter parpadeó, dejando que el chico siguiera hablando, hasta que tuvo que ponerle un dedo en los labios para poder saborear el momento. Se acercó a él, tomando sus manos para ponerlas en su cintura y aprovechando lo poco que pesaba en el agua se colgó de su cadera con las piernas.

—Me dijiste lindo. ¿Te diste cuenta?

—Uhm... sí —respondió, con la cara roja. —Es verdad...

—Bésame. Ahora.

—Dex... —murmuró, sin saber qué contestar a eso, nada más que volver a besarlo e intentar hacerlo mejor, aunque en realidad ni pensaba, sólo intentaba comerse a besos al chico que lo hacía estremecer cada vez que lo miraba.

No entendía cómo podía sentir tanto calor si estaban en el agua, pero era posible, porque le estaba pasando. Los trajes eran tan apretados que así de juntos, era como si no estuvieran. Y cuando Mitch se dejaba ir, Dexter se sentía increíble, porque tenía tanta pasión encima con sus gestos que no podía evitarlo, simplemente se aferraba a ella con toda su voluntad. En ese momento apretó el amarre de sus piernas y brazos alrededor de su cuerpo fuerte y se dejó besar devolviendo con intensidad. En cuanto Mitch sintió el movimiento, contestó de inmediato bajando ambas manos a tocar su trasero, apretándolo contra él, sin medirse porque no podía, no sabía cómo hacerlo y esos gestos sólo lo alentaban a más.

Estaban hasta casi la mitad del pecho en el agua y el baterista se movió contra él, pegando su pelvis a su estómago ligeramente, como invitándolo a tocarlo más. Levantó el rostro y lo atrajo a su cuello con una mano en su nuca.

—Sí, así... —susurró. —Sigue...

Separó los labios y recorrió con la lengua el cuello de Dexter, saboreando la sal del mar en su piel. Era lo más extraño y excitante que hubiera hecho alguna vez. Lo único comparable era eso que también había hecho con Dexter en esa fiesta.

La banda: El inicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora