traición

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- que te sucede, sabes lo que has hecho, nos has puesto en peligro a todos -

Sólo podía estar en silencio. Rodeaba de viejos ineptos que solo sabían quejarse de todo.

- gracias a Dios pudimos arreglar todo; sacrificamos a más o menos de treinta de los nuestros pero ningún costo es alto para ti, ¿verdad?-

Es molesto estar así, sólo escucharlos sin opinar, maldita impotencia.

- y tienes algo que decir -

- si, sinceramente si, primero que nada, se me acusa de un sinsentido; sobre todo para seres de nuestra naturaleza...

- ¿nada más? -

- uh, si que hay mas -
Mi tono era cada vez más retumbante, y mi cólera ardía en mis venas. - ustedes, lo que se quedaron estancados en la etapa clásica, siempre consideran más importantes las leyes que sus propias vidas. Pero se trata de sus iguales, sólo entra en consideración ustedes mismo; y los otros somos olvidados. Ustedes no son nada más que el cáncer de nuestra sociedad. -
Sabía que todo lo que decía sería usado en mi contra, pero habían liberado la furia que he tenido calmada.

- ok... Usted debe saber porqué existe esa ley -

- lo se, pero... -

- ya declaraste, así que permite proseguir - lo sabía. Sabía que diría eso si tenía la oportunidad. - tu, que estas entre los mejores en su tipo. No ha hecho nada más que producir problemas, y para que, para sentir un poco de rebeldía. Si quieres acusar a alguien, debería ser a tu maldita naturaleza corrupta. -

La cólera volvió a ser impotencia y vergüenza, sabía que tenía razón, aún así no quería admitirlo, sólo podía agachar la cabeza.

- ¿ya es todo lo que tenías que decir? - 

- si -

- listo, ah, por desgracia, eres la preferencia para este trabajo, por lo que se te dejará libre; claramente no podemos cambiar lo que hisiste, por lo que dejaremos de protegerte, cualquier cosa te afectará. Encendiste -

- entendi -

Sólo mire el suelo, el camino de vuelta a mi lugar estuvo entre miradas ajenas, empujones y maldiciones dirigidas a mi persona. Ya enfrente de una puerta, una destacada voz me interrumpe, llamando mi atención.

- ¿que quieres? -

- creo que tienes la razon, sólo falta cambiar esa mentalidad tan anticuada - quien me hablaba era una mujer de aparente juventud. Su repentina aparición y la declaración me dejó fuera de lugar.

- ¿a si? -

- si, por ello te puedo asegurar que siempre tendrás apoyó por parte de este lado. -

Dicho eso, la joven sale corriendo, no sin antes darse la vuelta para despedirse de mi.

Pasada una puerta para llegar a mi destino me encuentro con desalentadora imagen, la única persona que desearía ver: mi superior.

- superior, disculp... - si poder terminar la frase, me encontraba arrodillado en el suelo; claramente sin aire. Y todo por parte de un solo golpe al estómago de mi superior.

- te maldigo, enserio. - se notaba la frustración en su voz - desde que llegaste estuviste brillando, y todos te consideran como prodigio. No eres nada más que uno de los preferidos de esos ancianos, maldicion, no eres nada más que rebeldía sin sentido. - ya, ya no se puede, no puedo ir para atrás, sólo el silencio era seguro, aunque ya sabía que eso solo lo empeoraría todo.

- sólo... Largate, quieres -

Sólo me levanté, aún cabizbajo me retiro y sigo mi camino.
Sólo unos pasos y ya estaba en mi destino, sólo faltaba que el encargado de permitir el paso hiciera su trabajó.

- regresarás, eh -

- si, pero creo que ya no lo deseo -

- no te pongas así, - dice sin despegar su mirada de su escritorio - hemos usado algunos recursos para equilibrar lo que sucederá, y dudo realmente que estés en peligro; eres de los mejores recursos de la Asociación. Además, dudó que no hay personas aquí que te apoye.

- podrías dejar de hablar -

- entiendo, sólo te digo algo, vienen cosas duras, mejor prepararte para lo que sea. Todo está en peligro. -

- lo se, también lo presiento -

- si de verdad es así, mejor quedarse en ese lugar, allá estarás fuera del peligro - parece que decir todo esto le pesa en su interior - cuidare, TEa Aderline.

Ahora que mi camino al fin está abierto, sigo con mi trabajo, intentando sobre pasar todo lo que acabo de suceder

deseo de la estrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora