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02. "JINETES EN CASA"
LALISA HYU MANOBAN.
Aquel hombre volteó revelando su identidad y nublando cualquier sentido de lógica y realidad que creía conocer. Así que no pude evitarlo, su aura era simplemente alarmante y dar un paso atrás, me hacía reconocer la fortaleza de aquel majestuoso hombre de ojos fríos. No podía creer que alguien de su categoría pudiese lucir así, tan parecido a nosotros y sobre todo, el disfraz en su cara luciera como alguien de razón, no como un ser que ha salido de los lamentos. Incluso, todo soldado resultaba vagamente vulgar a comparación del atractivo hombre de ojos azules y rasgos masculinos, ojos tan profundos y hermosos que reflejaban una soledad alarmante, tan vacíos e inquietantes.
De esa forma, podía comprobar que, en realidad, magistral ejemplar es uno de ellos. "El mismísimo príncipe del infierno", nadie en la sala tenía duda sobre su identidad. Sus impecables rasgos hacían imposible retirar la vista de él. Como si se tratase de un pecado, todo en él es atrayente convirtiéndolo en un peligroso depredador.
Las antiguas reliquias no mentían cuando hablan del mal tomar cualquier figura para corromper, francamente, ahora creía que ese hombre había sido creado para ese fin. Hijo del pecado, nacido del ángel más hermoso solo resultaría peligroso y tentador. Aunque no lucía como un demonio o al menos no como los libros narraban, tampoco podía creer que, frente a mí, el hijo de Lucifer no mostrara una pizca de vivacidad.
