Capítulo cuarenta y ocho.

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Aquella tarde de viernes la pasamos entre; ver aquella serie de terror en Netflix, plática, besos, caricias, risas y una video llamada con Owen...

–Dice que no quiere verlos –le informe a la pantalla en la que se mostraban Owen y Loopy.

–Cambia a la cámara trasera y enfoca a ese niño berrinchudo –pidió Loopy.

–De acuerdo... –presioné el icono de la cámara para cambiarla.

–No quiero saber nada de ustedes malditos traidores –dijo Bloo señalando hacia la cámara de mi teléfono y salió de la cocina donde habíamos corrido para responder la llamada.

–Ya hablaremos con él cuando regresemos a Corea –dijo Loopy refregando su rostro con notable cansancio.

–¿Y los demás? –cuestioné.

–Están hospedados en otras habitaciones –explicó Owen–. Loopy y yo estamos compartiendo esta habitación... –regresó la mirada hacia Loopy quien estaba a su lado–. ¿Puedes dejarme hablar con MI amiga? –pidió Owen.

–Bambi, también es mi amiga –sonrió Loopy–. ¿Verdad Bambi? –cuestionó acercando mucho su rostro a la pantalla.

–Por supuesto –respondí sonriente.

–Quítate... –Owen puso su mano en la cara de su amigo apartándolo.

No podía evitar reír, echaba de menos a todos los chicos, sus bromas, su ruido.

–Dame el teléfono... –Loopy forcejeaba sonriente, pero de repente se le escapó un bostezo y refregó una vez más sus pequeños ojos.

–Parecen cansados, chicos –dije con preocupación.

–Sí. Hemos estado bastante ocupados y en un par de horas tenemos que ir a un evento.

–Deberían dormir un poco antes de ir –aconsejé.

–Sí, creo que tienes razón –Owen también bostezó.

–Hablaremos en otro momento –sonreí–. Saluden a los demás chicos de mi parte –agité mi mano despidiéndome.

–Les diré que les envías saludos –Loopy sonrió mientras también agitaba su mano.

–Adiós chicos, y suerte en el evento.

–Gracias bro –Owen sonrió dulcemente y acercó un poco el teléfono a su rostro para susurrar–. Te extraño.

Mi corazón dio un vuelco y estaba segura de que acababa de sonrojarme.

–¡Yo también te extraño, Bambi! –gritó Loopy desde algún lugar porque ya no lo veía en pantalla.

–¡Dame algo de privacidad, hyung! –gritó Owen mirando hacia alguna dirección.

Escuché la risita aguda de Loopy de fondo y Owen puso en blanco sus ojos mientras suspiraba con cansancio, agitó su mano hacia la pantalla y me dedicó una sonrisa cómica.

–Bye –dijo por ultimó y cortó la llamada.

Suspiré al ver la pantalla de mi teléfono ponerse negra, la video llamada había durado tan poco y no pude hablar solo con Owen ya que Loopy interrumpía.

–Aggg... –Bloo imitó un suspiro sarcásticamente mientras ponía en blanco sus ojos–. Que suspiro –comentó mientras caminaba hacia mí.

–¿Estabas escuchando todo?

–Si. Quería escuchar como esos traidores hablaban mal de mí, pero acabé escuchando un cursi suspiro de adolescente enamorada.

Carcajeé y me puse de pie.

RUDEWhere stories live. Discover now