PFM

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A.

El brillo del sol era intenso. Para los sensibilizados ojos del pelinegro, era mortal, por lo que unos lentes polarizados yacían cubriéndolos. Su mirada estaba perdida en algún lugar del parque mientras la voz de su hermano mayor sonaba demasiado lejana. Seguramente era algún sermón por otra travesura que se le había ocurrido realizar. Sonrió, seguramente valió la pena, aunque no recordase nada de la noche anterior.

Su bolsillo vibró, indicando que un mensaje le había sido enviado. No tardó en revisarlo en frente de su hermano, importándole poco estar interrumpiéndole.

—Lo siento, ¿podemos seguir con esta agradable charla más tarde? —rápidamente se levantó de aquella banca, disponiéndose a irse—. Quedé con Tae.

—No. Vas a quedarte y me vas a escuchar o destrozaré ese móvil sin piedad —exclamó seriamente, sin titubeos. No cabían dudas. Era capaz.

Miró la carriola que yacía en frente de su hermano. Era su sobrina, quien yacía babeando su mano mientras le miraba con atención.

Su hermano ya era un hombre hecho y derecho, se había casado y ahora tenían una pequeña y linda bebé. Tenía un muy buen puesto de trabajo y ganaba más de lo que su vida valía. Y él... JungKook tocaba con su banda en pequeños bares que siempre se situaban en las zonas más remotas de la ciudad, ganaba lo suficiente como para pagar el alquiler y le sobraba incluso para los alimentos, pero eso no quitaba que tuviera que tener otros pequeños trabajos de los cuales era despedido casi el primer día, junto con los préstamos que le pedía a su hermano.

Al menos tenía novia.

Y a Taehyung. Sí, sobre todo, tenía a su mejor amigo.






L.







—¿Y qué dijo?

Un suspiro fatigado salió de la boca del pelinegro mientras se aventaba a la cómoda cama de su mejor amigo.

—Que quiere que trabaje en la empresa. No quiere prestarme más dinero —un bufido molesto terminó su oración, el cual fue acompañado por la risa del castaño, recibiendo una almohada en el rostro.

Con la almohada en brazos, TaeHyung se recostó a su lado, no sin antes golpearle con la almohada, lo que causó una pequeña risa por parte del menor.

—¿Qué vas a hacer? ¿Trabajarás con tu hermano? —Recibió una negativa con la cabeza—. ¿Terminarás la universidad? —El menor vuelve a negar—. Eres un caso, Kook.

—Lo soy.

Sin querer hablar más del tema, gira su cuerpo hacia su mayor para rodearle con uno de sus brazos y una de sus piernas, ocultando su cabeza en su cuello.

—Durmamos, Tae.




E




El sudor lentamente caía por su rostro, empapando su cabello mientras que su respiración estaba sumamente agitada, así como su palpitar. Aquellas luces cegadoras seguían sobre su rostro y el de sus compañeros, quedándose sordos por los alaridos y los aplausos que su público, esta vez mucho mayor, brindaban para ellos.

La sonrisa de su rostro era deslumbrante, brillaba más que aquellas luces que pronto se apagaron, dejando el local en penumbras para que ellos pudieran desocupar el escenario. En cuanto bajaron de éste, unos delgados y finos brazos le rodean el cuello, robándole un ligero un tierno beso en sus labios.

—Lo hiciste genial, amor.

—Lo sé, linda. Se trata de mí —Admitió junto con un guiño, pretendiendo sonar arrogante, ganándose un pequeño golpe por parte de la rubia—. ¿Viste cuánta gente había? ¡El lugar se llenó! ¡Y los aplausos casi me dejan sordo! Esta es la mejor noche de mi vida —la emoción salía por cada uno de los poros del pelinegro mientras le daba un gran abrazo a su novia. No obstante, su mirada vagó rápidamente por el lugar en busca de una cabellera castaña—. ¿Y TaeHyung?

Play For Me | VKook | O. S. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora