👑 Capítulo 18: La Verdad.

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—¡Quiero que la encierren!—Ordeno a los guardias para que se encarguen de Morgana.

—No puedes hacerlo, no tienes pruebas para que hagan tal cosa, su padre es un noble importante—Leticia quiere hacerme entrar en razón, pero no puedo arriesgarme.

Felipe suelta un bufido.

—Eres la reina madre, puedes hacer lo que quieras con tu castillo—Felipe le habla.

—No puedo pasar por encima de los nobles, de ellos también dependemos—Se explica.

Felipe y yo nos miramos un momento.

—Llévensela, amenazó a la futura reina—Ordena.—No sabía que por esta razón estabas preocupada, hubieras comunicado esto cuando sucedió.—Habla Felipe dirigiéndose a mí.

Me quedé pensándolo un poco.

Luego de que Felipe entró al salón donde me probaba el vestido cubrí con rapidez mi vientre y no pudo notar nada.

Tenía que cubrir el tema del que estábamos hablando así que le conté a Felipe que Morgana en mi primer viaje había amenazado mi vida y mi corona, así que se lo creyó por completo, más aún cuando Leticia apoyó mi versión.

Mi boda en Irlanda se planeó como estrategia, este reino estaba casi al colapso por reclamos protestantes, así que una boda la más rápido posible y de dos gobernantes católicos hacían la fuerza en este reino, y no solo en Irlanda; España e Inglaterra se apuntaban.

Como no, Francia igual.

La boda fue planeada durante meses por mis suegros, y será algo fantástico porque vienen demasiados gobernantes de otras naciones y nobles, aquí es donde se vienen más tratados.

La política aún no me concierne ni a Felipe, estando vivos aún los reyes nosotros solo somos futuros gobernantes.

Somos el futuro de nuestras naciones.


(...)



Estoy en mi tina de baño mientras Jacinta me limpia; tengo demasiados sirvientes pero no quiero que nadie vea la transformación por la cual está pasando mi cuerpo, quiero que sea secreto hasta que vuelva a Francia.

—Dile a Edward que lo necesito—Ordeno a Jacinta.

Planeaba quedarme más tiempo en Irlanda para encargarme de asuntos como Morgana pero ahora dadas mis circunstancias debo irme lo más pronto posible.

Necesito a Edward, es mi consejero y secretario más leal, aparte de Jacinta y mis damas.

Quiero llegar lo más pronto a Francia y darle la noticia a Carlos, debe saberlo.

Jacinta se levanta del suelo y se dirige a la puerta, al salir me hundo en el agua intentando encontrar paz.

Pero pocos minutos después siento que abren la puerta de mis aposentos.

—Creí que demorarían más—Pronuncié girándome para encontrarme con Jacinta y Edward.

Pero no eran ellos.

Morgana con una daga afilada entró y me aprisionó contra la tina, diluyendo una extraña mezcla de color verdoso y a simple vista viscoso.

—Ya verás que sí no tengo a Felipe, nadie lo hará—Gruñó cerca de mi oído presionando la daga en mi garganta.

No podía moverme, tenía la daga apretando mi cuello y a su vez cortándolo un poco.

Vi como un hilo de sangre recorría mi vientre un poco abultado hasta llegar al agua que se estaba volviendo más y más verde.

Dos Reyes Una Reina ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora