Capítulo IV

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Steve POV

¿Jugar billar? ¿Con un Tony completamente ebrio? Definitivamente disfrutaré esto. Con el estado en el que se encontraba seguramente sería muy fácil ganarle; con tantos tragos de alcohol en su sistema, le era muy difícil mantener el equilibrio e incluso las palabras que salían de su boca no sonaban del todo coherentes y su tono de voz había cambiado. A decir verdad yo creía que Tony Stark tendría la tolerancia al alcohol en un nivel más alto del que estaba demostrando actualmente, parecía que se había puesto ya muy borracho. 

—  ¿Estás contando mis copas? Vaya, te veía más masculino como para que actúes como mi madre. —tocó con su dedo mi nariz— Venga ya, te ganaré.

Ignoré su bromita infantil y caminamos hacia las mesas de billar que estaban al final del bar, no sin antes ver que Tony pedía otra botella de licor completa al bartender y la llevaba consigo hacia la mesa. Comenzamos una partida y me sorprendí, jugaba bastante bien a pesar de ya no estar en sus cinco sentidos por culpa del alcohol. Terminamos la primera partida rápidamente y claramente yo le gané. Noté que hizo una pequeña rabieta cuando él entendió que sin importar qué hiciera en las siguientes dos jugadas, su derrota era inminente, eso me causó mucha gracia, ¿de verdad creía que podía ganarme así?

—  Muy bien rubiales, me ganaste esta vez, pero necesito la revancha. Además, para hacerlo más interesante, no jugaremos una simple partida de billar. —señaló la botella de licor que hasta ese momento estaba intacta— Para divertirnos un poco, por cada vez que uno falle un tiro, le tocará beber un shot de vodka, ¿juegas?

—  Jajaja, parece que no te cansas de beber. Suena bien para mí, disfrutaré ver caer a mi jefe por culpa del alcohol.
—  Eso jamás, guapo.—me guiñó y le dio un trago a la botella.—Oh perdón, tengo que entrar en calor.

Comenzamos a jugar y noté que él realmente estaba dando su mejor esfuerzo para intentar jugar bien esta partida. Íbamos empates, llevábamos tres bolas metidas cada uno y hasta ese momento, nadie había perdido aunque Tony estuvo muy cerca de perder. Como prediciéndolo, en el siguiente turno, al tirar, su fuerza le jugó una mala broma y terminó lanzando la bola blanca directamente hacia la esquina en que se encontraba la bola negra, si metías la negra perdías automáticamente sin importar cuántas bolas llevabas metidas anteriormente. Vio asombrado con la boca abierta como yo reía a carcajadas disfrutando haber visto eso, sabía que su buena racha no iba a durar mucho.

—  Has perdido de una magnífica manera Stark, te toca cumplir. —le extendí la mano con la botella— A menos que admitas que ya estás lo suficientemente ebrio y aceptes tu derrota. En ese caso, te perdonaré y dejaré que no bebas para no empeorar tu situación.
—  Debes saber algo importante Steve, yo jamás me rindo.

Tomó la botella y la llevó a sus labios con determinación, le dio un buen trago. Se detuvo unos segundos, parecía que el líquido le había molestado un poco la garganta, estaba en su límite. Luego sacudió la cabeza para disipar el dolor y continuó jugando. Este tipo nunca se daba por vencido.

Seguimos jugando y con tiros fallados y bolas metidas, ambos estuvimos bebiendo un poco más hasta llegar al punto de acabarnos la botella. Por mi parte, aún no me sentía tan ebrio como debería estarlo luego de haber ingerido esa cantidad de alcohol, me sentía muy bien a decir verdad. Tony, cada vez podía mantener menos el equilibrio pero no quería separarse del licor ni siquiera por un momento. Inconforme con ver la botella vacía y, decidido a continuar con una nueva partida, se dirigió a la barra a pedir otro licor. 

Mientras yo esperaba riendo apoyado en la mesa de billar, un hombre se acercó tranquilamente. Lo reconocí, cuando recién entré al bar, Tony estaba hablando con él pero se alejó antes de que yo llegara a la barra y pudiera conocerlo.

Empleado del mes (Stony)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora