Empleado del mes (Stony)

Capítulo VI

Tony POV

Salí de la oficina de Steve y al cruzarme con Peggy en la puerta, inconscientemente le miré feo e hice una mueca. Sé que no era su culpa, pero ¡¿En serio tenia que buscar a mi Steve cuando comenzaba a convencerlo de tener sexo?!. Igual no pude evitar ver con enojo a Steve, prácticamente me estaba echado de la oficina sabiendo que ambos habíamos terminado calientes. Maldito provocador.

Durante el resto del día no logré calmarme y seguía pensando en Steve. Estaba contando ansiosamente los minutos para que terminara el turno de Steve e ir a buscarlo para terminar lo que dejamos pendiente. Reprimí mi deseo de ir a buscarlo varias veces porque siempre lo veía ocupado hablando seriamente con Peggy u otros trabajadores, ¿dejará de trabajar alguna vez? Anteriormente me había sorprendido lo mucho que este chico le dedica al trabajo, siempre lo vez realmente involucrado en todo referente a la empresa y el bienestar de la misma, siempre. No digo que eso no me guste, después de todo soy su jefe y verlo tan trabajador me encanta  en gran parte me beneficia... Pero me gustaría que algunas veces logre entender mejor las situaciones y que supiera cuándo detenerse para lograr tener tiempo libre. He considerado que la empresa no se va a derrumbar por un día que Steve no haga su trabajo y se tome tiempo libre para estar sólo, o mejor conmigo. 

Después de una eternidad, el ansiado fin de la jornada había llegado y me preparé para ir a buscar al rubiecito. Me costó un poco encontrarlo porque al ir a su oficina no lo encontré y tampoco estaba hablando con Pepper o con  Peggy, no sabía dónde se había metido. Luego de un buen rato buscándolo lo encontré y le propuse salir, disfrutar esta noche. Había pensado un poco en los momentos que habíamos tenido juntos, en sus últimos besos, algo había cambiado drásticamente. Se sentían más liberados y no negaré que yo muy gustosamente los disfrutaba cada vez más.  Ese cambio me iluminó la vida y ahora que lo he descubierto, quiero pasar todo el tiempo posible a su lado, descubriendo nuevas cosas sobre él.

Le propuse una gran noche, podíamos ir a donde quisiéramos, no había límite. Quería que de verdad aprovecháramos esta noche. Pero, aunque sea difícil de creer, ÉL ME RECHAZÓ, me dijo que tenía planes con un amigo llamado Bucky.

Esto no puede ser, ¿qué tan malo he sido para que el universo me juegue bromas tan pesadas? Cuando por fin encuentro a un tipo super sexy que obviamente también se sintió atraído por mi, resulta que no puedo hacer nada con él porque siempre surge algo más... ¿Qué te he hecho yo universo? ¡Déjame tener sexo con mi hombre en paz!

...

Ya era la mañana siguiente y yo no podía haber despertado de peor humor. Llegué al edificio con una vaso gigante de café para intentar contrarrestar mis ojeras , tal vez hacer desaparecer mi enojo y así levantarme el ánimo. Si mi desvelo se debiera a que Steve me tomó toda la noche, estaría más que satisfecho, pero no, me mantuve toda la noche despierto sin señales de sueño las cuales se dignaron a aparecer cerca de las seis de la mañana cuando el despertador sonó. Para colmo todos en la oficina lucían radiantes, con sonrisas gigantescas y eso empeoró notoriamente mi humor. No sé por qué, pero al ver a todos tan felices a mi alrededor sólo me irritaba más. 

Por suerte hoy tendría todo el día libre. Pepper había organizado un evento con todos los empleados y los mantendría entretenidos por bastante tiempo. Por lo que sé, a Pepper se le ocurrió organizar días fuera de la rutina para que los empleados los disfruten y se sientan un poco más cómodos, sería como una recompensa para todo el trabajo duro que han prestado para la empresa. Sinceramente no podía importarme menos, últimamente las estadísticas mostraban un incremento en la productividad y valor de la empresa, si eso se mantenía, felizmente podrían organizar esos eventos cuando se les dé la gana.

Además, eso me beneficiaba en este día que sólo quería simplemente no estar con nadie. Mi mal humor se había materializado en una horrible jaqueca que me estaba matando. Me encerré en mi oficina y bajé todas las persianas para quedarme a oscuras. Me recosté levemente en mi asiento dispuesto a tratar de dormir un poco cuando alguien llamó a la puerta e inmediatamente entró sin esperar aprobación alguna.