NxtWave: El ejército de la montaña.

Capítulo 1: Acorralada

La serpiente se arrastra por toda la habitación, aguarda cautelosamente por su víctima. El animal está seguro de que no tiene caso desesperarse, por lo tanto, se toma su tiempo para acechar; observa a su presa y se convence de que ha ganado.
Dana está paralizada, no tiene la fuerza suficiente para hacerle frente a su enemiga; permanece inmóvil sentada en su cama. Su apariencia descuidada y su rostro acabado reflejan dolor y soledad.
La joven prefiere cerrar los ojos para escapar mentalmente así sea por unos segundos de aquel horrible momento.

- Llegó el día de terminar contigo- habla la serpiente con arrogancia.

El reptil se desliza lentamente por el suelo disfrutando de su presunta victoria. Dana piensa en elevar un grito de auxilio, sin embargo, no lo hace; cree que no servirá de nada, al fin y al cabo está sola en casa. Medita por un momento y se arrepiente de haberle cedido su vida a la depredadora.
Y es que la serpiente está allí porque Dana prefirió morir. Su tarea de años agobiando a la muchacha llegara a su fin esta noche.

- ¡Dios, si eres real, no me dejes morir!- clama internamente Dana. Es su última esperanza.

Pasado un corto lapso de tiempo no se escucha ruido alguno. Un breve vistazo a la habitación que al parecer ha sido abandonada por la serpiente, le da las agallas a la joven y se dispone para salir.
Camina despacio debido a lo agotada que esta, se mantiene alerta y da pisadas suaves cuidando mantener el silencio. La llegada a la puerta le parece eterna y el suspenso aumenta cuando se asoma al pasillo para ver si la serpiente la espera afuera. No ve a nadie y sale de la habitación.

- Je, je, je, je-

La risa malévola desestabiliza a Dana. Su corazón se acelera y el miedo penetra hasta lo más profundo de su ser. Vuelve su mirada al cuarto y se encuentra con unos ojos amarillos que la intimidan.
Sacando fuerza de sus adentros, la muchacha se lanza a correr gritando desesperada por ayuda. La serpiente, que se había ocultado en forma de juego, va tras ella destruyendo por el camino lo que obstaculiza su paso.
La joven baja como puede las escaleras, llega hasta la puerta y logra salir de la casa. No cesa de gritar.

- ¡Ayuda! ¡Por favor! ¡Algui… -

No ha terminado cuando siente el cuerpo de la serpiente pasando por ella derribándola. No es un animal pequeño, tal vez siete metros.
Dana ahora llora y se arrastra por el pavimento. La serpiente lo disfruta y se toma su tiempo para moverse por la calle asediando.
Nace un poco de fuerza y valentía en la muchacha para elevar un nuevo clamor de auxilio, no obstante, el reptil interviene, esta vez con una mordida.
De forma rápida la serpiente envuelve a Dana. Hay un cruce de miradas, y esta vez la presa se da por vencida ante su depredadora, perdiendo toda esperanza asume la idea de que morirá, después de todo, esa fue su elección desde un principio. La serpiente comienza  a apretar asfixiando a Dana.
Cuando parece que ya ha llegado el fin para la chica, de algún lado aparece un rayo que alcanza al animal, el impacto permite que Dana sea liberada para poder respirar, aunque aún sigue envuelta.

- ¡Pitón, sueltala, o atente a las consecuencias!- se escucha una voz femenina.

La serpiente, que termina de recuperarse, se apresura a buscar a aquella que se atreve a retarla. Se encuentra con una joven de piel blanca, de ojos y cabello púrpura, viste un gabán del mismo color. Su mirada es desafiante y sonríe con tal confianza que fastidia al diabólico reptil.

- ¿Y tú quién eres?- pregunta la serpiente.
- Llámame Static Wave, vine a acabar contigo- le responde la chica de cabello púrpura.

Una risa burlona sale del animal.

- Dana es mía y una simple niñita no me la quitara-
- "La niñita", no vino sola- se escucha la voz de otra joven que viste un traje lila, rosado y rojo.
- Parece que estás en problemas serpiente inmunda- habla una tercera joven, su vestuario está adornado con figuras alegóricas al fuego- Flaming Wave presente, también he venido a destruirte-
- Y yo también- replica la joven de lila y rosa- Nuclear Wave, me presentó, por cierto-