Un último sueño

En un apartamento cualquiera de Nueva York de color rojo vino con textura de ladrillos y grandes aires lavados saliendo por las ventanas, de entre todas las personas comunes que se ven a través de las ventanas había una excepción, esa excepción es Amelie. Ella es una chica de catorce años, un poco tímida, de tez blanca y con una coleta castaño oscuro que medía metros de longitud, desde el último piso del apartamento que es en donde vive, hasta la acera. Y a varios pisos debajo de ella vive Allen, un niño poco común.

***

Ya no podía más, estaba muy cansado, apenas se mantenía de pie, se sentía como un muñeco de trapo. Allen había estado entrenando demasiado. De prontro se abre la puerta de su habitación y entra un dragón del tamaño de un humano adulto promedio.

—¿Cómo vas Allen?

—Bien, pronto... podré... derrotar... a tu hermano.- Responde Allen con la respiración agitada de tanto ejercicio.

—Hoy es la última luna llena del año, tu última noche para rescatar y conquistar a Amelie de ese sucio dragón.

—Lo haré Draco.

***

Son las 10 de la noche. Allen escala por fuera del edificio llevando consigo una espada mágica de madera. Comenzó a llover. Escuchó gritos de Amelie y rugidos del dragón provenientes del edificio. Allen comenzó a escalar más deprisa aquella pared resbaladiza ayudándose de los aires lavados.

Allen por fin llegó hasta la cima del apartamento donde ya lo esperaba aquel dragón. El dragón abrió su enorme hocico para escupir fuego, pero se había resfriado y en cambio solamente tosió. Allen al ver esto, sin pensarlo corrió en dirección al dragón al final dando un gran salto para después golpearlo en la cabeza con su espada mágica dejando al dragón dormido en el suelo.

"Todo se ha terminado" pensó Allen al mismo tiempo que escuchó un fuerte grito agudo y exasperado. Allen de inmediato voltea hacia atrás y casi vomita al ver como Draco mastica el corazón de Amelie a la vez que ella lo mira con lágrimas en los ojos.
Allen empieza a sentirse mareado, no puede respirar, siente un gran dolor en el pecho.

Allen despierta desconcertado recordando su sueño mientras se retuerce del dolor y respira agua. Seguido de esto siente una inmensa tranquilidad, empieza a perder conciencia y muere de un paro cardíaco en lo profundo del mar.