3) Noches oscuras

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Esa noche estaba cansado, pero me costaba dormir, era una pesadilla, porque siempre qué conciliaba el sueño sentía como si me resbalase de algún lado. Luego de estar la noche entera pensando en que cuando me levante me sentiría aliviado de haber pasado esa noche ya, logré dormir, pero, no fue tan bueno como pensaba, ya que de repente me di cuenta qué me encontraba en una habitación que no conocía, en una cama qué tampoco conocía, mientras veía que lentamente se abría la puerta y empezaba a sentir un escalofrío recorriendo por mi espalda, mientras mi piel se erizaba, y ya sabía qué algo malo ocurriría. Un ser comenzó a entrar desde la puerta, aún recuerdo su mirada, su mirada estaba fija en mí, mientras su pálido rostro no ayudaba en nada, se notaba una sonrisa con dientes amarillos, parecía un muerto. En su mano cargaba algo, una cabeza, la cabeza del hombre que murió cuando regresaba del trabajo. De repente, empezó a acercarse cada vez más a la cama, mientras que, yo no podía moverme, y tampoco podía gritar.

Por un momento sentí qué esa noche iba a ser la última de mi existencia, pero, me encontraba en mi casa, después de todo, solo fue una pesadilla, le temo a morir, aunque la vida me aburra. Una pesadilla bastante extraña, qué me despertó, y como no pude conciliar el sueño, me mantuve ocupado.

Me encontraba ahí, en la cocina, bebiendo un vaso de leche, mientras estaba anonadado por la pesadilla qué tuve, de hecho, mientras volvía a la cocina sentía cómo que alguien me estaría observando entre la oscuridad de las afueras de la casa, pero, debía ser solo mí imaginación. En ese momento, se me ocurrió prender la televisión, y ver alguna película, probablemente estaba demasiado estresado, y debía relajarme.

Encendí la televisión qué tenía, una muy pequeña televisión, la qué podía pagar, ya que con el aumento de las cosas, no podía hacer mucho. En la cocina se escuchaba levemente la gotera, proveniente del grifo roto qué tenía, y por fuera era puro silencio, parecía un mundo perdido, cómo si toda la gente hubiese desaparecido de repente, ya que habitualmente se suele escuchar aunque sea, los leves murmullos de la gente qué pasa por la calle, o los vecinos discutiendo. Probablemente tenía muchas cosas en la cabeza para pensar en ello, pero la vida me ha construido para pensar.

El silencio dominaría la casa, de no ser por el sonido de la televisión, y de la gotera qué se sentía desde donde estaba. ¿Cómo iba a superar el día en el trabajo, si es qué no había dormido bien?, en esos momentos siempre solía pensar en mi vida en el campo, cuando era niño, con mi amigo Jorgito, cosa que me trae gran nostalgia, pero, no quiero sonar tan repetitivo. La gente suele considerarme bastante negativo, tal vez, fui así desde la muerte de mi madre, hace unos 5 años, y la despreciable soledad fue mi única compañía desde entonces. Ella desde qué mi padre se fue cuando era niño, estuvo siempre ahí, orbitándo a mi alrededor, intentando evitar que a su hijo le ocurra alguna situación mala, y no pueda enfrentarse a ello, también estaban mis tías, qué siempre venían de visita, según recuerdo, siempre hacían chismes de los vecinos. Mis tías eran mujeres de ciudad, La tía Clavel, y la tía Margarita, eran mujeres bastante agradables conmigo, cuando tenía 7 años me llevaron a una feria del pequeño pueblo en el que vivía, y ese día la pasé cómo nunca antes, estuvo muy divertido, ¡Qué recuerdos!.

Un rato después, a las 6:00 am, sonó mi despertador, pues, era hora de levantarme a trabajar, un arduo día de trabajo me esperaba. En el trabajo, mis compañeros estaban más insoportables qué nunca, bueno, probablemente estaban cómo siempre, pero mi falta de sueño me ponía mucho más tenso qué cómo de costumbre estaba. ¿Qué podía esperar?, nada nuevo iba a pasar, pero no importa. El paso del tiempo se me hace insoportable, con lo estresado qué estoy, y lo poco qué dormí, no me sentía para nada bien.

Al llegar a casa, aquella otra noche tuve la misma pesadilla, el monstruo se acercaba lentamente, mientras arrastraba el cuerpo de aquél occiso, era terrible. Esa noche tampoco dormí bien, pero algo cambió al día siguiente, y era qué el paso del tiempo me hacía temblar, no quería tener que volver a casa y dormir otra vez, porque sabía, qué cuando eso ocurra, volvería a verlo, y en algún punto de la vida, me iba a agarrar a mí, e iba a ser la peor noche de mi vida.


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