-¡Jane, despierta!-me gritó mi prima.
-Ya voy…-dije medio dormida.
-Venga, te están esperando abajo.
Y dicho esto se fue.
¿Quién me estaría esperando?
Me vestí y me fui a la cocina todavía medio dormida.
-Hola Jane.-dijo mi tía cuando llegué.
-Hola.-dije bostezando. Me senté en la mesa y cogí una tostada.
-Te están esperando.-me dijo mi prima entrando en la cocina con una cesta de ropa sucia.
-¿Quién?
-Averígualo tú misma.-dijo Mabel sonriendo. Cosa que hizo que me incomodara más.-Está en el salón.-me dijo antes de marcharse.
Fui hacia el salón y allí me la encontré sentada en el sillón con la mano sujetándose la barbilla y expresión aburrida.
-¡Hola Kelly!-exclamé sorprendida.-¡Qué sorpresa!
-Por fin has venido.-se levantó corriendo en cuanto me oyó.-Mira que eres dormilona.
-¿Por qué has venido?-pregunté.
-¿Quieres ir de excursión?-preguntó con una sonrisa.
-¿De excursión?-pregunté extrañada.
-Si, vamos a ir Tony y yo y quería saber si querías venir. Se lo pregunté también a tu prima pero dice que tiene demasiado trabajo aquí.
-¿Pero tan pronto?
-¿Cómo que tan pronto? Si ya son casi la una de la tarde.
-¿Ya?
-Si, ya. Bueno, ¿te vienes?
Me lo pensé unos segundos. No tenía nada más que hacer.
-Si.-dije.
-¿Tenemos que andar mucho más?-pregunté cansada.
-No pensé que fueras tan exagerada.-me dijo Tony.
-No soy exagerada.-dije.
Cuando me dijeron que íbamos de excursión pensé que era a un prado o algo así pero no en una montaña donde solo hay árboles y bichos.
Al final habíamos ido Tony, Kelly, Mabel y yo. Había logrado convencer a Mabel para que viniera. Lo cierto era que no me sentía muy cómoda con dos personas que solo conocía de un día aunque Kelly y yo ya fuésemos como amigas de siempre.
-¿Queda mucho?-pregunté. Tenía las piernas muertas y llenas de arañazos. Odiaba el campo.
-Pero si solo llevamos andando una hora.-me dijo Kelly.
-Pues a mi me han parecido cientos.
-Con razón es de ciudad.-dijo Mabel.
La lancé una mirada de odio y ella se echó a reír.
-Venga, ven.-dijo Tony mientras me daba la mano. Tenía una sonrisa en su rostro y yo volví a sentir un escalofrío recorrer mi espalda.
Le di la mano.
Mabel y Kelly se nos quedaron mirando.
-La verdad es que las vistas son preciosas.-dije yo mientras cogía una patata frita de la bolsa y me la comía.
-Ves, al final merecía la pena.-me dijo mi prima.
Me reí.
-Si.
Estábamos en lo alto de la montaña en un mirador comiendo unas patatas fritas que llevaban Tony y Kelly en la mochila.
-¿Soléis hacer estas excursiones?-pregunté.
-Si, nos gusta venir aquí. Las vistas son preciosas.-dijo Tony.
Yo solo me limité a sonreír.
-Si que lo son.-dije.
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Una chica de ciudad en un pequeño pueblo
RomanceSoy Jane Palmer, tengo dieciséis años y vivo en Los Ángeles pero ahora mismo estoy en un avión rumbo a un pueblo en medio de ninguna parte en el que me quedaré con mis tíos y mi prima todo el verano. Me parece que estas vacaciones van a ser muy larg...