Antes del amanecer

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- aahhh –suspiro- Otra vez lo mismo, estoy sentado en mi escalón sin nada nuevo que hacer.

Dijo el demonio en voz baja mientras veía el infierno desde una pirámide gigantesca en el centro del mismo, veía hacia el horizonte y a lo lejos solo se observaban demonios bajos y almas siendo torturados, nada del otro mundo... bueno, nada del otro, otro mundo.

-El infierno es asqueroso y aburrido, además, esos dos idiotas de arriba siempre me quieren dar órdenes, pero un día, un día haré que se arrepientan de todo lo que me dicen, y no son solo ellos, mi señor es muy desesperante, siempre dando órdenes y nosotros no podemos hacer nada para evitarlo ya que somos sus esclavos he hijos según él dice -¡¡¡ESTO ES UNA MIERDA!!!- y una escoria que amerita morir, yo detesto que me den ordenes, simplemente no lo soporto, nunca lo he hecho desde el día de mi creación... 

Un breve y nostálgico recuerdo atravesó la mente del demonio y lo hizo sentir un poco triste, pero al mismo tiempo lo lleno de furia y arrojo un enorme rugido que retumbo en todo el infierno.

-Estoy decidido, esta noche lo destruiré, lo matare y gobernare el infierno y así nunca nadie más me va a dar órdenes. - Pensó el demonio en su mente.

-¡¡Hey, número tres!!, deja de joder quieres, que quiero descansar y me molestas. –Gritó otro demonio desde la parte superior; era de su mismo tamaño y tenía unos ojos amarillo-verdoso muy fuertes que en cuanto los observabas te provocaban un escalofrió y miedo intenso, claro que a nuestro demonio no le causaba nada de eso, al contrario, él se enfrentaba contra el otro.

-Mira, número dos, si no quieres morir vete de una vez.

- ¿Morir?... ¿Yo? Jajajajaaj no me hagas reír estúpido, soy más fuerte, rápido y audaz que tú, así que no me molestes.

- No lo sabremos hasta que lo comprobemos- Frunció el ceño mientras apretaba los puños y sacaba sus garras, las cuales eran tan poderosas y fuertes que podían cortar montañas enteras, aunque no hiciera esfuerzo alguno.

- Jajaja -rio número dos- deja de andar con tu mierda, si por mi fuera ya estarías muerto cabrón.

- No sabes lo que dices hermano estúpido.

-¡¡CALLA YA!!, si no quieres que te mate...

El demonio detuvo el parloteo para evitar un conflicto antes de lo planeado.

- Eso pensé, te has callado.

-Solo no quiero pelear.

-Bien pensado hermanito, bien pensado, creo que es la mejor decisión que has tomado desde que decidiste ser creado.

-tsk -dijo con la boca- me iré a vigilar.

El demonio alzó sus alas para enseguida lanzarse al vació y salir volando.

-Maldito, pero ya verás que ahora mismo te arrepentirás- pensó el demonio- Iré con mi viejo amigo, el me dará armas para enfrentarlos.

El demonio giro con una vuelta asombrosa y se dirigió hacia un lugar en las profundidades más oscuras del infierno; era un sitio tan solitario y oscuro así como sucio, si de por si el infierno era horrible, ese sitio era aún peor.

Una vez que el demonio bajo, se acercó a lo que parecía ser un puente roto en el medio, el cual llevaba a una caída horrible, pero una vez que el demonio cruzo el puente y llego a ese punto dijo un conjuro:

-Sarevious estredemen, oblacare prismatic infinitee.

Y una vez que recito el conjuro una puerta un poco oscura apareció frente a él por encima de la ruptura del puente.

Zatanael. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora