El sonido estruendoso de la lluvia ese día de otoño era torrencial, nada se podía escuchar más que los truenos que hacían un ruido ensordecedor, a pesar de que la noche se encontraba en una renegrida obscuridad, las nubes se iluminaban en un destello blanquecino cada vez que un rayo lunar se reflejaba entre ellas.
En Shorpshire, Inglaterra, se encontraba una carretera que se vestía de rojo cada vez que la luz tocaba la copa de los árboles, más en la noche solo era penumbra al rededor, aunque ese día, las luces de los faros del Ford Anglia destellaban con rapidez debido a la alta velocidad a la que iba.
En el interior estaba una familia. El hombre, quien tenía una mirada llena de pánico, sudaba ante la terrible situación que estaba viviendo, sus manos fuertemente aferradas al volante temblaban tratando de esquivar cualquier obstáculo que se le atravesase; mientras la madre, trataba de mantener la calma, su corazón latía tan aceleradamente y aunque lloraba intentaba no emitir ningún ruido para no alterar más a su esposo, sus brazos rodeaban con firmeza el pequeño cuerpo de su pequeña bebé, cubriendo con cuidado su Cabeza pues la niña yacía dormida en los cálidos brazos de su madre ajena a la sitiacion atemorizante que vivían sus padres.
Hace varios kilómetros Wensell Granger se había dado cuenta que los frenos de su auto no funcionaban, al principio había mantenido la calma, intentado pensar una forma de resolver aquella situación sin asustar a su esposa, lamentablemente, habían llegado a una zona de la carretera en donde todo era cuesta abajo, la velocidad poco a poco empezó a aumentar y fue ahí cuando su esposa lo miró.
No hubo necesidad de que le dijera algo, las pupilas dilatadas y el rostro asustado de Wensell le indicó inmediatamente que algo no marchaba bien, al ver cómo los pies de su esposo apretaban repetidas veces y con desesperación el pedal del freno, entendió que la situación no terminaría bien.
La aguja del velocímetro ya marcaba los 130 km, ambos sabían que a esa velocidad sería imposible controlar el auto, habían entrado ya en zona de curvas así que los dos se miraron resignados, llegó un punto en el que el hombre soltó la palanca para tomar fuertemente la mano de su esposa, miró entristecido a su bebé, quien tenía apenas seis meses de nacida. Y rezó, a pesar de que nunca había sido una persona devota, rezó para que algún milagro pasara y pidió con todas sus fuerzas a ese ser todo poderoso que protegiera a su hija y simplemente la dejara vivir.
-te amo- dijo mirando los hermosos ojos cafés de su esposa
-te amo
Y fueron esas las última palabra que los dos adultos pronunciaron antes del inminente choque.
<...>
A las cuatro de la mañana el sonido del teléfono en la mansión Delacour sonaba insistentemente. Fue una hermosa mujer rubia quien atendió la llamada, aun adormilada intento entender lo que la persona al otro lado del teléfono le decía.
-¿es usted Apolíne Delacour?
Extrañada por el asentó inglés del hombre espabiló.
-Oui je sui
Por unos segundos el hombre calló.
-¿habla inglés?
-si- dijo dudosa
-háblamos del departamento de policía de Gran Bretaña- dijo con seriedad- ...lamentamos informarle que hace unas horas la familia Granger tuvo un accidente de auto
Ante la mención de sus queridos amigos sintió la falta de aire en sus pulmones.
-temo decirle que ellos han fallecido en el acto
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La Tentación De Lo Prohibido
FanfictionAnte aquel fatídico accidente, Hermione Granger perdió a su familia, el destino la lleva al resguardo de la Familia Delacour, en donde la reciben con los brazos abiertos y aunque todo pintaba de maravilla, los sentimientos que empiezan a surgir por...