Parte I

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Miércoles 15 de Julio de 1848.

09:12 am

Todos mal miraban al señor Tom, nadie quería cruzarse en su camino, todos desconfiaban de él. El señor Tom era uno de los más antiguos residentes de aquella aldea, cuando el nació eran 25 habitantes al momento de este relato ya eran más de 400 personas. Tenía 75 años, era alto, un metro noventa quizás, de ojos negros, barba blanca y ya poco quedaba de aquella cabellera que lucio en su juventud. Tom vivía en una cabaña de madera, con una gran chimenea de piedra, vivía lejos a no menos de 200 metros del resto del pueblo, nadie lo quería cerca, tenía un lindo jardín y una hermosa vista a las montañas del norte. No le gustaba mucho vivir allí, estaba solo, lo obligaron a mudarse lejos de los demás, a una pradera en medio del valle. El pueblo estaba sobre una gran loma, es decir más alto que cualquier lugar del valle, así que desde cualquier punto del pueblo se podía ver la casa del "viejo Tom".

Durante las noches de invierno su casa era azotada con los vientos que venían con fuerza desde el sur, debía tomar un largo camino hasta el pueblo para comprar sus cosas. Tom fue sacado del pueblo hacia 6 años atrás, principalmente porque el humo de su chimenea y el sonido de él trabajando en el taller incomodaba a muchos vecinos, sin mencionar que le gustaba trabajar de noche, hicieron una moción que presentaron al alcalde todos votaron a favor y fue obligado a mudarse.

Era un pueblo muy bonito, con niños, mercados llenos de frutas que daban color a las calles. Escuela, iglesia, y muchas cabañas. Desgraciadamente hacía ya 8 meses que eran azotados por una sequía y la desesperación ya era evidente, los sembradíos estaban secos, los animales estaban bajando de peso, todo se iba tornando color de hormiga, la economía se desplomaba, los alimentos eran traídos del pueblo de Kunzell, al oeste, era la única opción para no morir de hambre.

_¿Crees que el viejo Tom sea un brujo? .Dijo Jimmy a Ruhl mientras caminaban por el mercado de camino a la escuela

_No, si que es raro y siempre esta callado pero no creo que sea un brujo. Respondió este

_Es lo que dice mi papá. Respondió Jimmy mientras mordía una manzana

_... si, mis padres dicen lo mismo.

Ruhl veía como Tom contaba unas monedas al momento que añadió. _Recuerda lo que se dice en la maderera.

_Es verdad... supongo. Acabo diciendo Jimmy. Los dos chicos retomaron la marcha

Allí acabo aquella corta charla entre esos dos niños que iban con demora a la escuela. Jimmy tenía 11 años, era hijo de uno de más grandes chismosos e idiotas del pueblo, cuando no era un arrogante y lame botas del Alcalde Kruller, el cual nunca estaba en su despacho en el pueblo, Jimmy era blando de cabello rubio y ojos azules. Ruhl tenía 10 años y tanto, era hijo un humilde leñador, arrogante también, por alguna razón los adultos de este pueblo tenían dos cosas en común, eran arrogantes y despreciaban al viejo Tom, Ruhl era más alto pero también menos vivo que Jimmy, blanco de cabello castaño y ojos igual de castaños. Pero quizás esos rumores de que Tom fuese brujo cobraran sentido cada vez más, muchos leñadores que trabajaban en la maderera del pueblo habían visto a un viejo alto adentrarse al bosque, el único viejo de un metro noventa en todo el pueblo era Tom, y las horas en que lo veían entrar eran considerablemente sospechosas, siempre eran pasadas las 6 de la tarde, muchas historias se contaban pero la más famosa, esa a la que se refería Ruhl fue contada por uno de los leñadores más viejos del pueblo que ya había fallecido hace un par de años.

"Una tarde vi a Tom entrar al bosque, no me saludo, y fue extraño, siempre lo hacía, nos conocimos cuando este pueblo tenía menos de 100 habitantes. No le di importancia, quizás no me haya visto, dije, termina de afilar el hacha para talar un árbol que había marcado ayer con pintura para no perderlo, al cabo de 40 o 50 minutos faltaba poco para hacerlo caer. Di mi último golpe, y el crujir empezó rápidamente, por costumbre y también al saber que Tom estaba dentro del bosque grite "FUERA ABAJO" El tronco choco y se sacudió con fuerza contra el suelo, algunas aves volaron de los alrededores , al terminar de medir el gran troco de 53 pies escuche un grito que venía dentro del bosque, pensé rápidamente en Tom, sin dudarlo me adentre gritando el nombre de Tom, pensando que quizás se había herido con alguna trampa o que se yo, al cabo de un momento me encontré unos cientos de metros más adentro pero los gritos habían desaparecido, al pasear mi mirada note que una fogata estaba encendida, me acerque y no vi nada más que esa fogata hasta que al ver a mi izquierda había una mujer ahorcada en un árbol, estaba de color blanco y lo poco que se podía ver de su rostro estaba de color azul o morado, mis piernas se durmieron y sentí un vacío en el estómago, mi corazón se detuvo cuando ese cadáver empezó a moverse y dar alaridos de dolor, solo empecé a correr, mis manos estaban congeladas mientras yo sentía la necesidad de ver atrás, así lo hice, esa mujer venia tras de mi corriendo también, con gritos tétricos y espantosos, dando zancadas para alcanzarme, me tropecé con el mismo árbol que minutos antes había cortado, me golpee la cabeza y me desmaye, al día siguiente me desperté y mentí diciendo que había acampado en el bosque, ese mismo día en el pueblo me entere que esa mujer era una de las chicas del pueblo que había desaparecido hace tres meses, yo la vi, era Mary Müller, guindada en un árbol, muerta, un frio subió por mi espina. Jure nunca más regresar a ese parte del bosque, sin embargo jamás volví a ver el bosque de la misma manera"

El ultimo grito de NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora