El curioso hilo rojo del destino II

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(O de cuando Kim Junmyeon casi muere por amor literal y metafóricamente)

—Kyungsoo ¿Qué carajo traes puesto?... ¿Estás demente?

El chico lo miró de arriba abajo con el ceño fruncido, detallando la ridícula y estrafalaria vestimenta que su amigo llevaba encima. Tenía puesta una túnica negra con grabados rojos que formaban patrones extraños y aparentemente incongruentes a contra luz, una banda de tela oscura con velas a ambos lados de la cabeza y un antifaz decorado con purpurina también negra y roja.

—¿Qué quieres, Junmyeon? —preguntó el otro mientras lo observaba irritado, tamborileando los dedos sobre el marco de la puerta con impaciencia— Estoy ocupado.

—¿Haciendo qué? ¿Recreando una escena de la jaula de las locas? ¿O piensas audicionar para The Rocky Horror Show?*

Kyungsoo bufó ofendido y se cruzó de brazos. —Si has venido a joderme la paciencia, estás más que invitado a dar la vuelta y desaparecer de mi vista.

—No vine a eso.

—Entonces ¿Qué coño haces frente a mi puerta?

Junmyeon levantó una ceja. —Soo, estamos en el muelle, esta ni siquiera es tu puerta.

Kyungsoo resopló hastiado y le mostró el dedo medio. —Listo, terminamos —le dijo antes de empezar a cerrar la puerta.

—¡Noooo! Necesito hablar contigo... tienes que escucharme.

—Ya escuché suficiente.

Junmyeon miró a su alrededor, desesperado. No estaba dispuesto a irse, al menos no todavía.

No sin respuestas

Le había tomado alrededor de tres horas encontrar al pendejo de Do Kyungsoo. Estuvo en su casa más temprano ese día y sus excéntricos padres alegaron no tener un hijo con ese nombre.

¿Qué carajo?

Espantado, corrió hasta la casa de Baekhyun para preguntarle si sabía algo respecto a eso. No obstante, al llegar a la residencia de los Byun, descubrió que el muy infeliz llevaba tres noches quedándose con sus nuevos vecinos, y cuando por fin dió con el muchacho (quien parecía muy a gusto sentado sobre el regazo de otro chico) éste le respondió tan pancho como quien comenta el estado del clima: —Ahhh, sí hombre, él ya no vive allí. Lo expulsaron de su casa hace días. Fue una cosa muy turbia. Los vecinos llamaron a la policía por el escándalo. Está ¿Cómo se dice? ¡Ah! Sí, sí, desheredado... se dice desheredado ¿No? —le preguntó al joven sobre el que estaba sentado.

Éste asintió efusivamente y lo envolvió cálidamente entre sus brazos. —Sí, así se dice.

Acomodándose mejor sobre el pecho ajeno, Baekhyun volvió a mirarlo a los ojos y agregó. —Le ofrecí alojamiento en mi casa, pero dijo que prefería estar por su cuenta. Ya sabes cómo es Kyungsoo.

Estresado, Junmyeon se sujetó el puente de la nariz y exhaló con brusquedad. —¿Y en dónde rayos puedo encontrarlo ahora?

—En el viejo cobertizo junto al muelle, ese que usábamos para ensayar cuando quisimos formar una banda ¿Recuerdas?

Afortunadamente lo hacía. —Sí, lo recuerdo. Está bien. Gracias, Baek. Nos vemos luego.

—Nos vemos... ¡Oh! ¿Su?

—¿Sí?

Baekhyun dudó un segundo antes de hablar, luego volteó a ver al chico que lo sostenía y le preguntó. —Yeolie ¿Puedes buscarme un poco de agua?

We Can Call It: "Extra" «I Call It Series 3.5»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora