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Narra Baron

Llevo una hora dando vueltas sin parar en la cama, con Ace profundamente dormido a mi lado, dándome la espalda.

— No puedo creer que duerma como si nada malo ocurriese —murmuro para mi mismo, incorporándome —no puedo dejar que duerma con Lou.

Salgo de la cama, andando lo más cuidadoso posible aunque se que Ace no despertará ni aunque camine un elefante por la habitación, saliendo, entrecerrando la puerta, acercándome a la de mi hermano pequeño, abriéndola cuidadosamente, observando a través de la oscuridad que les rodea por estar la persiana cerrada, acercándome, deteniéndome a una distancia prudente, viendo como mi hermano está envuelto por los brazos de Ayno, vestidos al menos, dormidos profundamente los dos como si realmente fuesen una pareja.

Acerco mi brazo hacia ellos, rozando casi a mi hermano para despertarle, deteniéndome cuando escucho unas risas cerca, fuera de la casa pero perfectamente audibles. Salgo de la habitación, acercándome a la ventana más próxima, viendo como Jacob acorrala a BamBam, quien está abrazándole con sus largas piernas, besándose los dos. Frunzo el ceño, sintiendo la bilis subiendo hasta mi garganta, acercándome hacia la escalera, abriendo la puerta donde guardo las cosas de limpieza, atrapando entre mis dedos la escoba, dispuesto a poner a alguien en su lugar, siendo detenido por mi novio, quien me abraza con fuerza por la cintura.

— Suéltame Ace —procuro no alzar la voz —mis hermanos pequeños están desmadrándose demasiado y no puedo consentirlo.

Narra Ace

Desperté sin ver o sentir a Baron a mi lado. Nada más salir de la cama primero miré en el baño, sin dar con él, saliendo entonces de la habitación, encontrándole a punto de bajar con la escoba en la mano, deteniéndole, forcejeando unos segundos con mi novio, llevándole de vuelta a la habitación y a la cama, sentándome sobre su pelvis, besando sus labios cuando veo que va a protestar y a apartarme, introduciendo con decisión mi mano en su ropa interior, moviendo mi mano acompasadamente, sacando su miembro erecto, tragándome sus gemidos sin dejar de mover la mano, bajando mis labios por su cuello, mordiendo, lamiendo, dejando alguna que otra marca, dándole la vuelta después de soltar su pene, bajando completamente su pantalón, abordando su entrada con mi propio miembro, notando la tensión abandonando su cuerpo tras la primera embestida.

— Ace deja que me de la vuelta —me pide, negando, entrando más profundo.

Muevo mis caderas con ritmo pero con calma, saboreando sus suplicas, gemidos, entrelazando nuestras manos sobre la almohada, mordiendo el lóbulo de su oreja cuando levanta las caderas, pudiendo penetrarle más profundo, rozando su próstata, presionando con fuerza, acariciando su abandonado miembro, mandándose mi mano con su esencia, notando la tensión en su cuerpo y el mio, llegando minutos después al orgasmo, besándole, alargando el suyo, su orgasmo lo máximo posible, embistiendo, enredando nuestras lenguas, dejando a mi novio dormido cuando el segundo e intenso orgasmo le llega, tumbándome a su lado, sin dormirme, apoyándome de lado en un brazo, mirando a mi precioso y relajado novio.

Acaricio con cuidado su espalda desnuda, abrazándole mejor con el mismo brazo, pasando los dedos por su cabello, sonriendo cuando se mueve, arrastrándose hasta quedar sobre mi.

Miro con cuidado de no moverme mucho mi móvil, viendo que casi son las once de la mañana, dejándolo cuando escucho voces fuera y la puerta de esta habitación se abre, asomándose Lou por ella.

— ¿Lleva mucho dormido? —pregunta en voz baja, mirando a su hermano.

— Solo unos minutos. ¿Dónde vas?

— A casa de Ayno así no molestamos —juraría que la forma en la que sonríe tiene cierta picardia —si Baron despierta y se da cuenta cubreme por favor.

— Está bien pero Lou..

— Dime Ace —habla un poco más bajo pero de forma audible.

— Usar protección —intento no reír al ver su expresión.

Lou cierra la puerta sin responderme, escuchándole hablar con Ayno aunque no se bien sobre que. Yo vuelvo a centrar mi atención en Baron, quien se remueve entre mis brazos, viendo como sus parpados se separan, sonriendo cuando sus labios se curvan hacia arriba, atrapándolos con los míos en un beso lento, cálido, lleno de todo mi amor por él, dibujando círculos en su espalda, mimándole, calmándole aunque está muy tranquilo ahora, queriéndole de la mejor forma que se y soy capaz.

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