Min Yoongi no era el tipo de persona que intentaría suicidarse. Aunque pensó en hacerlo, después de haber sido forzado a dar su primer beso después de la escuela y quizás decir abiertamente que era homosexual.
Pero el no lo hizo. La alarma sonó y...
Yoongi despertó sólo porque su madre vio que no se había levantado y entró para hacerlo. Algo poco usual en su hijo, quién incluso se dio el lujo de estirarse y disfrutar su cama tibia.
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¿Cuál era la prisa? Sí es que no tenía su mochila.
Soltó una risa.
Diez minutos después bajó. Su padre estaba preparándose y su madre esperaba por él en la cocina. Ellos ya habían desayunado y estaban por irse.
-Buenos días -dijo Yoongi terminado de ponerse su jersey gris sobre una camisa blanca y vaqueros negros.
-He tomado un pan y un poco del humus que hiciste ayer -confesó su madre sorprendida de que Yoongi había dejado rastro de que había comido un poco.
-Está bien. Por eso he hecho muchos -respondió Yoongi con una sonrisa.
-¿Dónde has aprendido a hacerlo?
-Un canal de Youtube -recordado que eso era lo que Jin le había dicho.
-Pues tienes buena mano -tomando un poco más de humus en su pan.
Volvió a sonreír al ver la bolsa abierta, no había agarrado uno y eso Jin se lo había advertido: El pan no permanece mucho dentro de una bolsa...
Se sirvió un poco de té y pellizcó la tortilla de espinacas que su madre le había preparado. Regó sus plantas y sonrió.
Inusualmente sonrió. Parecía que estaba anestesiado, no penado en nada.
-Bueno. Nos vamos -avisó su madre dado el último sorbo a su café.
-Se te ha hecho un poco tarde -aseguró su padre -, ¿no quieres que te acerquemos a la escuela?
Su mandíbula se tensó. Pensó que sería divertido inventar un juego: que tanto tiempo estaba en un día sin tensar la mandíbula.
-No. Estoy bien. No quiero que ustedes los que lleguen tarde.
-Bien. Entonces nos vamos -dándole un beso en la frente. Seguido de su madre quién le dejó un poco del carmín que llevaba en la mejilla.
Pensó en no ir de nuevo, pero sí no, llamarían a su casa... y nadie respondería, nadie se enteraría. Incluso se le cruzó por la cabeza llamar a su hermano para preguntar por Jin. "¿Y tú qué quieres hablar con él?" Le preguntaría su hermano y no sabría qué responder, ¿qué tal sí se ponía celoso de que sí amigo pasaba tiempo con él?
Cuando la puerta de su casa, el frío calaba entre su jersey, tanto que volvió dentro y se puso algo más abrigador. Volvio a cerrar la puerta, pero sintió su celular pero no sus audífonos, maldiciendo bajito volvió a entrar a por ellos. En la tercera vez estaba seguro que nada se le olvidaba así que cerró decidido, pero sus orejas...
