Sixteen.

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Las agujas del reloj se movían y movían como si no quisieran darme un respiro.
Marcaban que eran las seis de la mañana pero para mi aún eran las once, estaba allí en la cocina junto a Daniel, enterándome de todo y rogando por que sea una vil mentira, pero no lo era.

Había desperdiciado tantas lágrimas, pero ya había calmado mi respiración. Tenía tres inhaladores junto a mi completamente vacíos que me había encargado de dejarlos en tal estado gracias a mis ataques de pánico y ansiedad.

Había sentido mi teléfono sonar un poco pero la verdad no quería contestarlo.

Me sentía usada por Daniel, le había dado todo y aún así había decidió hacer todo esto como si nada le importara, y a colmo había tenido el descaro de igualmente pedirme matrimonio como si nada le importara.

Me incorporé y caminé arrastrando los pies hasta la puerta. Al abrirla algo de luz iluminó mi rostro y cerré mis ojos con fuerza.

Caminé sin ganas y al pasar frente a la puerta de la habitación de Mía le di un pequeño vistazo confirmando que aún dormía y luego seguí mi camino hacía el baño.

Apoyé mis manos sobre el lava manos y me miré al espejo.
Mi cabello bajaba con delicadeza y se veía algo enredado hacía que su forma lacia sea algo nula, tenía unas grandes ojeras debajo de mis ojos los cuales estaban rojos en hinchados, mi nariz también estaba algo roja y a su par mi rostro en general.

Abrí el grifo y puse algo de agua en mis manos para luego pasarla por mi cara. 
Estaba segura que darme una ducha ahora mismo no me ayudaría, por lo que tomé mi maquillaje y comencé a hacer algo de trabajo con este cubriendo mis ojeras y las partes rojas de mi rostro, alisé  mis cabello y luego lo até en una coleta alta.

Cuando salí volví a mi habitación. Tomé un jean obscuro y me lo coloqué para luego tomar una blusa holgada e imitar la acción anterior, hacía algo de calor por lo que preferí colocarme unas sandalias en vez de mis zapatillas.

Luego salí de ahí y me dirigí a la habitación de Mía, tomé algo de su ropa y la dejé junto a su cama con un par de zapatos para que pudiera colocarse todo una vez estuviera despierta.

Bajé hacía la cocina y tomé el teléfono. ¿A quien llamaría? apenas podría cuidar de mi hoy, por lo que el bien estar de Mía me preocupaba, necesitaba llamar a alguien que pudiera cuidarlo.
Jack y Gabbie aún no volvían, sabía que Corbyn y Christina tenían trabajo por lo que no podía molestarlos, no tenía demasiadas ganas de hablar con Zach ahora mismo por lo que esa idea también fue descartada, mi hermano y Jack tenían cosas que preparar para sus conciertos y no podía interferir en eso con una niña y llamar a los padres de Daniel implicaría tener que explicarles todo.

Suspiré frustrada al notar que no tenía con quien dejar a Mía, pero luego recordé que hoy era miércoles y podría dejarla en la guardería; y así lo hice.

Luego de dejar a la niña en un lugar que sabía la cuidarían volví a casa para ahogarme en mis penas como la buena fracasada que era.
Me dejé caer en el sofá y miré el techo pensando, mi posible matrimonio se había ido al drenaje en segundos. Parecía una maldición, como si las infidelidades se sintieran a gusto viviendo conmigo y no quisieran dejarme sola.

Sin siquiera notarlo comencé a llorar nuevamente, me sentía tan tonta por ni siquiera haberlo notado ¿no pude por lo menos haberlo sospechado? 

Mi teléfono comenzó a sonar y me sacó por completo de mis pensamientos. Lo saqué de mi bolsillo y atendí sin ver quien era esperando que la persona al otro lado de la línea hablara.

-¿Hola? ¿Zoe?-suspiré al oírlo.
-Hola Jonah-por alguna razón el llanto volvió y no pude seguir hablando.
-Estaba pensando en que tal vez podríamos salir, puedes venir con Mía o invitar a Daniel si así se siente más tranquilo-él soltó una risa y lo único que di como respuesta fue un sollozó-¿Zoe? ¿estás bien?-negué aunque sabía que no me veía.
-yo...no no-mi voz se cortó.
-¿estás llorando? ¿quieres que vaya?
-Sí, por favor ven-sollocé.
-está bien, tranquila, llegaré allí en unos minutos ¿bien?
-Bien, gracias.

Finalizó la llamada y dejé caer el teléfono al suelo mientras me permitía seguir llorando para no tener que hacerlo con Jonah aquí.
Y tal como lo dijo en pocos minutos escuché el timbre, no me moví por lo que agradecí que él simplemente haya entrado.

-¿Zoe?-gritó cerrando la puerta.

Me senté en el sofá y limpié mi rostro.

-Zoe-escuché su voz en la habitación.

Lo miré e intenté regalarle una sonrisa pero mis ojos con rapidez se cristalizaron y sin poder evitarlo solté un sollozó. 

Él se acercó y yo me incorporé. Con delicadeza pasó sus brazos por mi cintura y yo rodeó su cuello, me atrajo a él y me permitió llorar en su hombro.

-¿que pasó?-se alejó un poco mirándome-ven, siéntate.

Se sentó en el sofá tomando mis manos para que me sentara junto a él.

-¿Quieres hablarlo? no necesitas contarme si no quieres.

-Daniel...él-solté otro sollozó y Jonah acarició mi mano con su dedo pulgar intentado darme ánimos-él me engañó-algunas lágrimas salieron.

-¿Aubrey?-asentí tapando mi rostro para intentar que las lágrimas pararan-¿Mía está aquí? ¿necesitas que la cuide?-negué.

-la llevé en un guardería-hablé con un hilo de voz-¿acaso el problema soy yo?-lo miré-no si no porque me gasto en preguntarte a ti, después de todo aún eres mi ex.

-Zoe, las cosas que hice fueron porque soy un idiota-habló tranquilo.

-tú siempre dices que Daniel es un idiota-hizo una mueca asintiendo.

-Pues lo es-se rió-¿cuanto tiempo?

-Antes de comprometernos-me miró esperando a que le diera más detalles-más de ocho meses-suspiró.

-que imbécil, seguro Zach le dará unos cuantos golpes en el rostro-sonrió pero yo negué-¿porque no? ¿ya está más tranquilo al respecto?

-Zach lo sabía-me encogí de hombros y Jonah me miró impactado.

-¿qué?-chilló-es imposible, no puedo creerlo.

-pues créelo, lleva meses cubriéndolo.

-¿porque estás tan segura? ¿él te lo dijo?-negué.

-Pero se que lleva mucho tiempo hablando con Daniel durante las noches, eran cosas que yo no podía saber porque siempre esperaba que estuviera dormida, aparte él me dijo que sabía sobre una chica-Jonah pasó una de sus manos por su cabello alborotandolo.

-que increíble, casi me corta el cuello cuando se enteró y con Daniel simplemente lo cubre-me encogí de hombros-creo que ambos necesitan una golpiza ¿eh?-picó mi brazo intentando hacerme reír pero lo único que consiguió fue una falsa sonrisa-¿que puede hacer uno en esta casa para divertirse?-preguntó incorporándose-Estoy en la casa de una prodigia, ¿donde demonios escondes los instrumentos?-logró hacerme soltar una risa por su tono de voz.

-Están arriba, donde siempre-asintió y luego se alejó seguramente dirguiéndose al cuarto de música.

Había extrañado demasiado a Jonah, y tenerlo aquí me hacía sentir completa de alguna forma, y eso me gustaba demasiado.

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°°°°°

El bebé Jonah siendo un bebé igual que siempre okno, ya me calmo.

Estoy feliz de que Jonah haya vuelto, siento que se vienen cosas buenas...o tal vez no, quien sabe.

o tal vez no, quien sabe

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•Don't stop loving me•  3°《Daniel Seavey & Jonah Marais》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora