–¿Qué te pareció la película?
–Estuvo muy buena... –respondí con una vaga sonrisa.
–No fue tan graciosa, te dije que no deberíamos elegir esa comedia.
–Era la única disponible en este horario.
–Es cierto... ¿Quieres ver otra? Compraré más palomitas –sonrió como un niño.
–No tengo ánimos Jimin, discúlpame.
–Está bien, no importa. ¿Entonces qué quieres hacer ahora?
–Quiero ver a Owen –pensé para mí misma mientras miraba hacia la nada.
–Hemos comido solo golosinas. ¿Qué te parece si vamos a comer algo de comida que nos alimente de verdad?
Ni si quiera tenía hambre, pero Jimin parecía esforzarse tanto por hacerme pasar un buen rato que empezaba a sentirme mal por él.
–¿Bien y que tipo de comida va a alimentarnos de verdad? –sonreí.
–Sushi –sonrió ampliamente y pude notar que uno de sus dientes de abajo estaba ligeramente chueco, no era tan perfecto después de todo.
No me arrepentí en absoluto de haber aceptado la invitación a comer, el sushi estaba tan delicioso y como dice el dicho: "barriga llena, corazón contento". me había puesto de mejor humor.
Después de comer nos dirigimos al subsuelo del centro comercial donde se encontraba la sección más frecuentada por los jóvenes; la "Play Zone"
–Despacio despacio –supliqué intentando alcanzar el paso acelerado de Jimin.
–Te llevaré a mi juego favorito –regresó por mí para tomar mi mano y me obligó a correr para hacer fila detrás de varios adolescentes con uniforme de colegio.
Jimin se había convertido en uno más de esos adolescentes emocionados por las máquinas de juegos.
Tras esperar unos cuantos minutos finalmente subimos a los «carritos chocones»
Me divertí bastante, no había ido a esa clase de sitios desde que acabe la secundaria, todo en mi vida había sido un caos y responsabilidades por lo que no había tenido tiempo para divertirme como una niña y lo estaba haciendo con Jimin.
Las horas pasaron sin que siquiera me diera cuenta, mi teléfono vibro en mi bolsillo y lo saqué para encontrarme con una notificación en la pantalla; trece llamadas perdidas de "El chico rudo" nombre de contacto que le había dado a Bloo. Bloqueé la pantalla sin darle importancia.
–Tu teléfono a vibrado toda la tarde, deberías responderle.
–No es importante –musité mientras extendía mi tarjeta hacia el dependiente que atendía el mostrador de entrega de premios.
–Tiene trece mil puntos –me informó el dependiente–. Puede elegir un premio o seguir acumulando sus puntos.
Examiné la vitrina llena de golosinas y cada una tenía etiquetas fluorescentes con la cantidad de puntos necesarios para obtenerlas, levanté mi mirada hacia la pared donde había varios osos de peluche, gorras, camisetas e incluso una bicicleta, este último era el premio mayor.
–Creo que los voy a acumular –respondí sonriente y regresé mi mirada hacia Jimin–. Rápido, dale tu tarjeta al señor –arrebaté la tarjeta de sus manos–. Quiero saber cuántos puntos tienes.
Miré ansiosa la pantalla mientras el dependiente pasaba la tarjeta por el lector.
–Tiene veintiún mil puntos –informó el dependiente a pesar de que yo ya había visto los números en la pantalla.
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RUDE
Short Story"Sé que no soy buena para ti, ni tú lo eres para mí, pero ¿Qué debo hacer si te amo? Y tú... ¿Me amas?" ----------------------------------------------------------------- Una historia original y completamente escrita por GabyO Todos los derechos rese...