capítulo 4- Me gustas

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*Max Stevenson en multimedia*

Ya era lunes, a penas había empezado la semana y había amanecido con el pié izquierdo.

Eran las 7:10am, han pasado 10 minutos desde que empezó la clase y aún no estoy ni vestida. Lo bueno es que hoy era lunes y tenía que llevar puesto el uniforme. Consistía en una falda gris, con una camisa blanca.

En cuanto terminé de alistarme me fui lo más rápido que pude a la preparatoria. Le pedí a mi mamá que me trajera, y gracias al cielo aceptó.

Estaba entrando a la preparatoria cuando me encontré con Damián, estaba arrimado a una taquilla. Tenía una postura relajada, pero se lo notaba tenso, estaba con los ojos cerrado.

Mi taquilla estaba cerca de donde el estaba, y era imposible abrirla sin hacer ruido para evitar que el me viera allí. Me acerqué con cuidado y en cuando iba a abrirla el habló.

- Sé que estás ahí Lucía- aún tenía los ojos cerrados, no me explicaba cómo sabía que era yo, el no me había visto.

-¿Cómo sabías que era yo? -Estaba curiosa por saberlo.

-Tus pasos son inconfundibles, tienes un caminar único, mejor que el de una modelo, cada paso que das es con determinación y perfección. Te conozco completamente Lucía Boss. -Abrió los ojos y me miró fijamente, como si estuviésemos en un concurso de miradas.

-Me alegra que sepas ese dato, y no cariño, no me conoces del todo. -Eso era cierto, creo que nadie me conocía del todo. Inclusive ni yo misma me conocía.

-Bueno, tal vez no te conozca del todo. Las personas no terminamos nunca de conocer a los demás, todos somos unas cajas de sorpresas. Tú Lucía, eres la caja de sorpresas más linda que llegó a mi vida, no te quiero perder.

Parecía decirlo en serio, pero no quería nada con Damián.

-Tú nunca me tuviste, sólo nos enrollamos un par de veces Damián. -Lo dije con una frialdad única.

-¿Qué tienes? Tú no eres la Lu que conozco, tu eres dulce, amable, siempre dando amor e iluminando cada vida en la que apareces. -Lindo comentario.

El tenía razón, yo no soy así. El hecho de que el me haya hablado como aquella vez me molestó mucho, yo perdono, pero no olvido.

-Las personas somos cajas de sorpresas, ¿No es así?. Que tengas un lindo día, bye. -Me di media vuelta y me fui. Escuché suspirar con cansancio a Damián, pero ni siquiera me molesté en mirarle.

¿Por qué me pasa todo esto? Estoy llegando tarde a clases, y a parte de eso me acabo de encontrar con Damián, sólo para estresarme más y ahora lo más probable es que la maestra no me deje pasar a clases.

Llegué a mi curso, pedí permiso a la maestra para pasar y me dejó, lo cual fue una sorpresa, aunque más sorpresa fue entrar y ver quien estaba sentada en mi mesa.

-Tiffany Palacios, cuanto tiempo sin verte, aunque no te extrañé en absoluto.- Mi querida amiga Tiffany había llegado al colegio y estaba sentada en mi mesa, maldita sea.

¿Ahora que sigue? Creo que ya es suficiente mierda para un día, justo cuando pensé que no podía seguir empeorando, todo sale peor.

-Hola Boss, ha pasado un año desde que no nos vemos, pero tranquila, ahora estaré aquí por mucho tiempo.- Sonrió de la forma más falsa posible.

-Veo que ya se conocen ¿Señorita Boss podría tomar asiento?- interrumpió la maestra.

-Claro maestra Flores, pero hay un problema, Tiffany tiene mi asiento. -Sabía que la maestra me iba a defender, pues soy su favorita y la mejor estudiante de mi curso. Aunque faltaba a las clases de las tarde, pero no era dificil reponer eso.

-Señorita Palacios, porfavor tome otra asiento. Ese es el de la señorita Boss.- Que se vaya enterando mi querida Tiffy quién manda aquí, mi apellido lo dice "Boss" soy la jefa, nací para hacer las reglas, no para seguirlas.

Tal vez digan que soy una egocéntrica de mierda, pero así me crió mi madre. Nadie me intimidaba, bueno, sólo una persona.

-Joder, así que te has vuelto la reina de este colegio, he?- Odiaba falso intento de acento español.

-Claro, ahora te crees muy españolita. Pero bueno, no importa, y sí Tiffy yo soy la maldita reina de este colegio.- Ella ya había tomado sus cosas y yo tomé asiento.

La clase siguió con naturalidad, y le agradezco a Dios por no haber tenido otro encuentro con Tiffany .

Tocó el timbre para el receso, estaba tomando mis cuadernos para ir a guardarlos a mi taquilla cuando Crystal se acercó a mi.

-¿Esa es Tiffany?¿La que está enamorada de tu hermano?-Preguntó enarcando una ceja.

-La misma, ve conociéndola. Es una arpía, mira Cris yo sé cuanto quieres a Adrián, por lo tanto no creo que te vayas a dejar por esa idiota. Además tienes la ventaja de que a mi hermano ella no le gusta. -Dije mirando fijamente los verdes ojos de mi amiga.

-Bueno, si. Aunque no podemos negar que ella es muy linda. -Odiaba eso de Crystal, ella muchas veces podía ser egocéntrica, pero era fácil bajarle el autoestima.

Crystal era una grandiosa persona, podía alegrar el día de cualquiera. Tenía palabras correctas para todo, costaba verla triste, aunque yo la conocía cuando ella lo estaba pero intentaba ocultarlo para no preocuparme.

Realmente amo a mi mejor amiga, sin ella mi vida en este pueblo sería una basura.

-Si Cris, es linda. Pero tu eres muchísimo más linda, eres hermosísima. ¡Mirate! Pareces una muñeca, esos ojos verdes tan hermosos, una carita de porcelana, mirate amiga, tienes un cuerpo hermoso el cuál Tiffany ni en mil años tendrá y aunque lo tuviera, nada le quita lo hija de puta que es.

-Gracias Lu por tus palabras. Vamos, tenemos que ir a desayunar.- Ella estaba sonriendo de nuevo y eso me hacía feliz.

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Faltaban 10 minutos para salir del colegio, estaba realmente muerta de aburrimiento.

La profesora estaba algo ocupada haciendo unos trámites así que me di la vuelta para hablar con Crystal.

-Hey zorra, ¿Qué haces? -Pregunté mientras veía que anotaba algo en su cuaderno.

-Estaba haciendo algunos apuntes respecto al tema.- Dijo sin despegar la vista de su cuaderno.- Me había olvidado de contarte algo.

Ese simple comentario llamó mi total atención, estaba curiosa de saber que me iba a contar mi amiga.

-Dime, dime, dime, dimeeeee. -Dije riendo.

-Ya cállate, te diré. Pero para, pareces una pinche loca.- La mamá de Crystal era Mexicana, por eso ella tenía ese acento.

-Ok, ya. Ahora dime.- Dije aguantando la risa.

-Le gustas a Alguien- ¿Qué?- ni te imaginas quien es el vato.

-Dime de una vez, me mata la curiosidad.- Suelo ser muy curiosa.

A lo largo de mi vida he descubierto muchas cosas, tanto buenas cómo malas, sólo por mi curiosidad.

-Estuve hablando con Max ayer, dijo que últimamente ustedes hablan seguido, me comentó que le parecesuna chica muy tierna, amable, divertida, y con un toque de perversidad, dijo que ama la forma en la que ves la cosas siempre le encuentras algo bueno aunque las cosas sean malas.

Wao, jamás había escuchado hablar así de mi a alguien.

-No lo puede creer ¿Estás jugando conmigo?- No imaginé que le guste al ex novio de mi prima.

-Pues creelo amiga, así es.

Vaya, me era raro que yo le llegue gustar al ex de mi prima.

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Holaaa, aquí yo; Mela.

que el capítulo ha sido algo corto, pero prometo compensarlo con el próximo. 🤗❤

Reinando en la mafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora