Nine.

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Jinhyuk corría, no tenia un destino pues no pensó en estar en esa situación, sabía que tenía que proteger a Wooseok por qué el creador le había dicho que esa era su misión y si todo salía bien obtendria sus alas.

Pero no entendía nada, ni siquiera el por que debía protejer lo.

Igual en este momento no tenia que pensarlo mucho estaba huyendo de aquellos que eran sus amigos y no tenía sentido que huyera de ellos si estos solo querían "protegerlo", pero no era una buena forma de hacerlo y tampoco necesitaba de su protección.

–¡Deja de correr!.

–¡Ustedes están locos!.

–¡Solo queremos protegerte!.

Dobló en una esquina, sus piernas empezaban a dolerle, no era fácil huir de ellos pues estos podían desplegar sus alas y alcanzarlo en menos de un minuto.

Aunque algo le resultó extraño, los únicos que n perseguían eran Wonjin y Sejin.

¿Dónde estaba Tony?.

Se supone ellos debían cuidarlo es su aprendiz, no sabía nada de la tierra y algo podría pasarle, sabías que sus amigos demonios no le harían nada, pero no sabría de los demás e incluso de los humanos, había aprendido a que no todos son fieles a la palabra de Dios y estaban en una camino incorrecto, esos podrían hacerle algo.

Era el deber de Wonjin y Sejin proteger a Tony, no a él, si algo llegará a pasarle dudaría mucho en perdornarlos.

Si bien puede recordar su vida pasada en su mente no le cuadra que el haya sido así, un creyente de Dios, si bien cuando aún tenía diez años creía en el aún sabiendo por que le inculcaron una religión, seguía asistiendo a esa iglesia hasta que los...

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Si bien puede recordar su vida pasada en su mente no le cuadra que el haya sido así, un creyente de Dios, si bien cuando aún tenía diez años creía en el aún sabiendo por que le inculcaron una religión, seguía asistiendo a esa iglesia hasta que los escuchó.

Wooseok solo estaba buscando a su madre dando otra vez con aquella habitación donde el chico le hizo recordar su vida pasada, curioso pego su oreja a la puerta, escucho la voz de un hombre y la de su madre pero no era nada agradable lo que decían.

"Tu hijo es peligroso, cuando crezca y sepa de lo que es capaz acabará con todo"

"Es mi niño, se que es especial pero él no haría eso, por eso está aquí"

"Cambiara de opinión Sunmi, debemos hacer algo"

"¿Qué debería hacer con él, Yein?"

"Matarlo, antes de que Wooseok nos mate a nosotros"

Desde eso dejó de asistir, le mentía a su madre para no ir y en esos tiempos extrañaba a su padre, pues se había separado de su madre y fue el quien se quedó con Eunsang, aunque cierto tiempo lo veía que era las veces que su hermano quería ver a su madre.

Claramente su madre notó el cambio de su hijo, de pronto ya no le interesaba nada que tuviera que ver con Dios incluso llegó a verlo llorar frente a la imagen de Jesús que tenía en su sala, preocupada Sunmi recurrió a Yein pero la respuesta siempre era la misma, amaba mucho a su hijo como para verlo morir.

Hasta que Wooseok cumplió los diesiseis años.

El pequeño niño que hacía todo lo que su madre dijera había cambiado, ahora se revelaba ante su madre diciéndole que aquella religión que tanto sigue era estúpida, que no tenía que seguir escuchando mentiras de la iglesia, pero hubo algo que la molestó.

"Dios no existe, y si en verdad existe, ¿por qué me hizo esto?, él es un monstruo"

Vagamente recuerda como su expresión cambio y sus manos se dirigieron a su cuello, ahorcando lo, intento quitarlas pero la respiración empezaba a fallarle.

La mujer hablaba con enojo mientras lágrimas decendian por sus mejillas, aún defendiendo su región.

"Tuve que matarte antes"
"En verdad eres peligroso"
"¡¿Cómo te atreves a decir eso!?"
"No puedes hacer nacido de mí, tanto que te proteji para que nada te pasará..."
"Muérete Wooseok por qué el monstruo eres tú"

Todo fue tan rápido ahora era Sunmi quién estaba siendo ahorcada por su hijo, este la miraba con furia.

" Se perfectamente lo que soy y de lo que soy capaz, pero puedes estar tranquila, hay alguien incluso más fuerte que yo, madre."

Después de haber dicho esas palabras cayó al suelo.



La mujer esperaba una reacción de su hijo quien estaba estático, no había llevado una buena relación con él cuando era un niño por su priorizar a Wooseok, era tarde para arrepentirse.

Eunsang podía entender algunas cosas sobre su hermano ahora.

–Ellos ya se encontraron.

Los ojos se Sunmi se abrieron en sorpresa, no fue por mucho tiempo pues no era como si ella pudiera hacer algo.

–¿Eso es una profecía?.

–Nadie sabe con exactitud que es, quién la supo, nadie sabe–suspiro–Dios ama a todos, ama tanto a sus creaciones que decidió hacer especiales a unas, los ángeles se enfurecieron al saber que serían unos simples mortales los que tengan ese poder, estos no dejarían que se encuentren ya que juntos causarían una gran catástrofe.

–¿Qué son ellos exactamente mamá?–pregunto.

–Ellos no debieron nacer, no deben existir, no debió nacer de mi, no es mi hijo, Dios se equivocó–Sunmi comenzaba a alterarse–¡Tiene que morir!, Matalo, matalo, matalo, ¡Matalo Eunsang!.

–Llamare al doctor mamá.

–No, no, no, no lo llamas no me creen, por favor matalo Eunsang, matalo.

Camino a la salida de la habitación para buscar al doctor que atendía a su madre, mientras está volvía a perder la poco cordura que le quedaba.

–¡Mata a Wooseok, Eunsang!.

Fue lo último que escucho por parte de su madre antes de encotrar al doctor e irse de aquel psiquiátrico.






No sabia que nombres poner ):
Yy no olviden la "profecía".

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