Óxido atornilla mis muñecas.
Óxido oprime mis piernas y ellas tiemblan.
Óxido tortura mi mente.
Óxido susurra sus quejidos, atendiendo mis oídos.
Óxido no parará hasta no dejar basto.
Volveré en la mañana a ser yo otra vez.
Corre el líquido, haciendo caminitos por mí piel, enloqueciendo mi ser, aturdiendo mi padecer de éste triste amanecer.
¿Podría yo pedir algo mejor?
El dolor remueve mi pecho, provoca estremecer mi cuerpo contra el suelo y partir en dos de nuevo.
Algo tan jugoso con qué comenzar el día, y ya una sonrisa se comienza q dibujar bajo la sombra de las cortinas.
No sé cuanto tiempo he esperado para éste momento, donde por fín encuentro el amor eterno y la desesperación de otra ronda para bajarme los tragos de la noche pasada.
Porque no he encontrado mejor manera de quitarme al mundo de encima.
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Tinta Carmesí.
Poetry¿Quién decide cuál es la manera correcta de amar? No hay corrección en un una palabra que abarca tanto que querer, tanto que desear, tanto que codiciar. Quizá a vos te fascinen las caricias suaves de la mañana; y en cambio yo muera por algunas velas...