yourself hurt

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-          Nunca me gustó pasar mis vacaciones en casa de mis abuelos, ellos Vivian en una pueblo apartado de cualquier muestra de civilización y el aparato tecnológico que tenían era un teléfono de cabina que estaba en el centro del pueblo, desde Ámsterdam, tomaba 3 horas llegar en automóvil al lugar, la última vez que había entrado al lugar fue el verano pasado, siempre los pocos niños del lugar – los cuales eran extremadamente raros para mi gusto – colocaban calaveras en las cercas de madera cercanas a la calle principal, los espantapájaros, que parecían más espanta humanos que otra cosa, estaban en cada campo de cultivo y el mal tiempo de los países bajos siempre se hacía presente con una tarde totalmente nublada, lo único que me iba a tranquilizar iba a ser la música a todo volumen de pierce the veil siendo reproducidas desde mi móvil.

-          Hijo – traté de ignorar la voz de mi mama que estaba en el asiento del conductor con ansiedad palpable en su rostro pálido – hijo, ya llegamos por favor quítate esas tonterías de los oídos y sal del auto, tus abuelos te esperan – mordí mi labio y me quité un audífono para observarla por última vez, sabía que no estaba alegre conmigo, luego de descubrir mi colección de navajas las cuales había conseguido desarmando sacapuntas – te veré en enero, ya tendré todos los papeles para que pases a la universidad

-          Sabes que lo hubiera podido haber hecho yo cierto? – encendí la pantalla de mi móvil y fingí escribir algo – adiós madre – abrí la puerta trasera de la camioneta de mi mama y traté de alejarme lo más rápido que pude del auto azul, cuando lo escuche acelerar detuve un poco mi pasó hasta que llegué al porsche de la descuidada casa de madera, parecía una cabaña, de no ser por la madera podrida, suspiré cansado por el viaje y toque la puerta tres veces

-          Pase! – escuche la voz de mi abuela, giré el picaporte desgastado y abrí la puerta con un horrible chirrido agudo – oh, Adam, pero como te ha ido? – pregunto mi abuela levantándose del sofá principal para abrazarme

-          Oh, muy bien, queriendo alejarme del estrés llamado ciudad – suspiré

-          Bueno, entonces toma asiento, dentro de unos pocos minutos vendrán algunos amigos del pueblo para celebrar este día – enarque una ceja, porque alguien quiere celebrar este día, la última vez que busque información sobre el 31 de octubre leí que era el día en el que los puentes entre mundos eran más fáciles de cruzar

-          De acuerdo – sonreí forzado y me senté en el sofá principal volviendo a poner en reproducción algo de mi agrado, busque en mi lista y dejé que sonara Ultraviolence tratando de no pensar en nada.

-          No me había dado cuenta cuanto tiempo había pasado dormido, pero cuando abrí los ojos la sala de mis abuelos estaba llena de personas, desde adultos mayores hasta niños correteando con disfraces por todos lados, me quité los audífonos y los guarde con mi móvil en mi bolsillo lateral, me levanté de mi asiento y empecé a caminar rodeando a varias personas que estaban charlando con un vaso en sus manos, mordí mi labio tratando de buscar una salida, pero solo pensé en algo “el patio trasero” suspire y empecé a empujar a personas que estaban en mi camino hasta que llegue a la puerta que daba al patio trasero, la abrí y cuando por fin estuve afuera la cerré aliviado... hasta que escuché unas risas no muy lejanas, abrí los ojos lentamente y me di cuenta de que había una fogata y alrededor de esta varios jóvenes de mi edad, dos chicas que parecían mellizas y dos chicos, primero me miraron expectantes de que hiciera algo, hasta que se volvieron a reír y me hicieron señas para que me acercara

-          Vamos no somos zombis – sonrió una de las chicas – bueno hasta donde yo sé – y todos volvieron a reír, suspiré otra vez con una sola idea mental – idiotas – sonreí y me acerque a ellos sentándome en el círculo improvisado que tenían – y bien... no vas a hablar- fruncí el ceño – soy Rachel – la chica extendió la mano, correspondí su saludo algo apenado, su cabello era oscuro y rizado, igual que la otra chica, parecían mellizas.

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⏰ Última actualización: Oct 31, 2014 ⏰

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