Mi Cumpleaños

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Me levanté temprano, muy temprano, si no me apuraba llegaría tarde a clases....sí, de nuevo.
Aún me costaba levantarme temprano sin que mi mamá me pegará un grito al otro lado de la puerta de mi habitación o que me sarandeara como un trapo viejo intentando despertarme; es que parecía muerta cuándo estaba dormida.
Corrí lo más rápido que pude desde mi amplia habitación hacia el baño, ¡uhhh, a veces siento que el baño está tan lejos que debería tomar un taxi para llegar a él!. Aún no entiendo por qué mi habitación no tiene un baño dentro de ella.
Ya en el baño me quite la piyama casi rasgándola por la rapidez que llevaba, el agua estaba tan fría que estuvo a punto de darme la taranta ¡ahhh!, voy a matar a Lucia, ¿Tenía que gastarse toda el agua caliente? 
Salí del baño y cruce la sala visibilizando a lo lejos a Diane en la cocina, estaba caminando de un lado a otro mientras preparaba el desayuno. La cocina es muy espaciosa y acogedora al mismo tiempo, tiene un gran mesón de color gris y paredes pintadas de un azul apastelado, habían gavetas blancas que por lo general estaban llenas de muchos alimentos que Diane, por supuesto no dudaba en utilizar de forma exagerada cuándo preparaba las comidas. Aún me parece ridículo que prepare tanta comida cuando casi siempre termina comiendo solo ella y Lucía ; mi padre se la pasa casi todo el día metido en la iglesia, yo nunca cómo con ellos y mi hermano mayor, pues... Él está lejos.
Seguí caminando por la casa hasta llegar a mi habitación. Ví la hora en mi celular y me quedaban 20 minutos para terminar de arreglarme y llegar hasta la universidad; tenía más de 10 llamadas perdidas de Caroline, mi mejor amiga, había quedado de encontrarme con ella una hora antes de la clase para estudiar para el parcial.
Eran las 7:50am y debía apurarme, baje las escaleras corriendo, casi olvido mis apuntes, me regresé desde la sala hacia mi habitación, tomé mis apuntes y salí casi volando de mi casa, apenas y me despedí de Diane y Lucía que estaban sentadas en la mesa de la sala. Alcancé a ver el desayuno servido y estaban servidos tres platos en la mesa, supongo que uno era para mí, porque mi padre se encontraba en un congreso fuera de la ciudad.
El desayuno se veía muy rico, habían huevos revueltos, fruta picada, tostadas con mantequilla y chocolate caliente; debo admitir que todo se veía delicioso, pero no tenía tiempo para comer y además tampoco tenía ánimo para hacerlo. No pude evitar sentir un poco de culpa al ver la cara de desilusión de Diane al ver que salía despavorida de la casa sin siquiera mirar el desayuno.

Me bajé del autobús lo más rápido que pude, aún debía caminar una cuadra más porque el autobús no llegaba hasta la universidad.
Llego a la entrada del salón y respiro profundo preparándome para inventar una excusa coherente que justificara mis 20 minutos de retraso.
- Señorita Laila, ¿Cree que tiene privilegios por sobre sus compañeros?-  escuché cuando intentaba entrar desapercibida al salón de clases; la pregunta la formuló mi profesora de Psicobiología.
- Claro que no, maestra Johnson, sé que dijo que si llegábamos tarde no podríamos presentar el parcial, pero por favor déjeme presentarlo, le aseguro que no volveré a llegar tarde y  que tengo un motivo grave por el cual he llegado tarde- dije casi que rogándole de rodillas.

...

¿Adivinen quien está sentada sola en una banca mientras el resto de sus compañeros realizan el examen parcial?
Sí, soy yo (Nótese el sarcasmo).
La maestra Johnson dijo que me dejaría entrar a la clase, solo después de que mis compañeros realicen el parcial. Después de rogarle por un buen rato aceptó darme la oportunidad de recuperar el parcial la próxima semana, no sin antes advertirme que sería mucho más difícil ya que estaría incluida la temática que explicaría hoy.
¡Jaa, y dicen que estudiar psicología es fácil!

Mamá estaría orgullosa de mí, de ver que me gradué del colegio, que entré a la universidad... Si ellas estuvieran aquí...
-Te extraño mucho mamá, y a tí también hermanita de mi corazón-  susurré mientras que un par de lágrimas bajaban por mi rostro; aún estaba sentada en aquella banca, y había mucha gente caminando en ese bloque de la universidad, pero aún así, en ese momento sentí como si estuviera sola en el mundo, como si la gente que pasaba caminando por aquél pasillo hubiera desaparecido.

Sequé mis lágrimas rápidamente al ver que la maestra Johnson salió del salón y me hizo una seña con la mano indicando que ya podía entrar a clases.
Entre y me senté en una de las últimas sillas del aula, vi el rostro de enojo y al mismo tiempo de preocupación de Caroline cuando pasé por su asiento, ella siempre acostumbra a sentarse en las primeras sillas para no perderse ni un detalle de la clase; debo reconocer que es muy aplicada académicamente y además ama estudiar psicología.

La clase trascurrió de manera tranquila, de hecho creo que la temática estaba un poco fácil.

- Bien, es todo por hoy jóvenes, recuerden llegar puntuales la próxima semana, sobre todo usted señorita Brown-  dijo la maestra Johnson con un tono un poco autoritario.

Salí inmediatamente del salón, me sentía cansada, apenas era lunes y ya sentía como si fuera viernes, siempre me han parecido super pesados los lunes, es como un choque con la realidad después de un fin de semana de descanso, bueno de "supuesto descanso", a veces dejan tantos tareas que el fin de semana se convierte en dos días mas de clases.

-¿Como te atreves a dejarme esperando?-. Escuché la voz de Caroline a mi espalda.

- Lo siento, sé que quedamos de estudiar juntas antes del parcial pero...- 

- Pero te quedaste dormida, ¡Wao, que gran acontecimiento!-  dijo arqueando una ceja.

- Lo sé... ya no sé qué hacer para levantarme temprano, ¿Me disculpas?, Te aseguro que la próxima pondré mil alarmas para levantarme temprano y no dejarte plantada- dije haciendo pucheros y juntando las manos en señal de súplica.

- ok, estás disculpada esta vez, pero es la última vez, sabes que odio esperar. Pero solo te disculpo porque es...-

- Adiós Caroline, hablamos después, te quiero-Prácticamente la dejé con la palabra en la boca cuando me despedí para irme a casa; recordé que mi hermano había quedado en ir a nuestra casa, solo se quedaría una noche, él vivía en otra ciudad que queda un poco  lejos de aquí, él vive con su esposa y sus dos hijas( unas gemelas de 2 años). Mi hermano es 8 años mayor que yo, tiene 30 años.

Caminé desde la universidad hasta la parada de autobús, tomé ansiosa el autobús que me dejó cerca de mi casa. Estaba muy emocionada por ver a mi hermano, lo amo mucho, el fue mi apoyo cuando mamá y Leila... Bueno cuando mamá y Leila ya no estaban. Mi hermano David y yo sufrimos juntos el dolor de la partida de mi hermana y de mamá y fuimos de apoyo el uno al otro. Bueno, hasta que se casó hace tres años. Aún seguimos siendo cercanos pero entiendo que él tiene una familia ahora y me alegro mucho por él, por lo menos él ha logrado ser feliz.

Abrí la puerta de manera apresurada esperando ver a mi hermano en casa, pero no.

- ¡Feliz cumpleaños!-  Gritaron todos; todos menos mi hermano, él brilló por su ausencia.

Esperen...¿Hoy es mi cumpleaños?

¡HOLA!  💙
Les dejo por aquí la primera parte de esta historia, espero la disfruten tanto como yo disfruté escribiendola.
Gracias por leerla.
Dejen sus comentarios, estoy dispuesta a recibir sus correcciones si así desean hacerlo.
Dios los bendiga, gente bonita.

¡Fighting!
💮

Mi Destino *Novela Cristiana*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora