cayó como si fuera piedra

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Es el líder de ATEEZ. El carismático, multitalentoso, atractivo y educado líder de ATEEZ. El que se preocupa por las fans, por las causas nobles, por mantener a su grupo en la cima creando las mejores canciones, trabajando en los conceptos, haciendo lo que todos y diez veces más y no le pesa y lo hace con una sonrisa.

Es el líder de ATEEZ. El perfecto, invencible líder de ATEEZ con los ojos rojos, las mejillas inflamadas y un hilo de saliva colgándole de la mandíbula mientras se mira al espejo respirando agitadamente, las manos sucias apoyadas en el lavabo, las piernas temblándole, y el agua cayendo en un chorro hasta la coladera.

"¡YunHo! ¿YunHo?" grita otra vez, esperando que acuda él y nadie más porque no es capaz siquiera de enjuagarse la boca, aunque a estas alturas el sabor de su propio vomito es más conocido que repulsivo.

Teme gritar de nuevo y atraer la atención de alguien más. Quizá YunHo ni siquiera está cerca. Pero sabe que YunHo sabe a lo que venía cuando se levantó de la mesa de golpe tras no parar de sacudir la pierna durante todo el almuerzo en la sala de ensayos. Los chicos querían comer esa pila de grasa y carbohidratos y no es que HongJoong siquiera necesitara hacer dieta, así que dijo que sí, primero en pequeños bocados y cuando el antojo le ganó y tomo uno de más, comenzó a embutirse todo lo que le cupo en la boca hasta casi atragantarse y esperar a que todos se distrajeran en lo suyo para correr al inodoro.

YunHo lo alcanza cuando la vista se le torna borrosa. Al más alto se le descompone el rostro ante el cuerpo maltrecho del líder y corre a sostenerlo por la cintura.

"¿Cuantos días llevas haciéndolo?" inquiere sorprendido ante lo ligero que se siente el mayor entre sus brazos, más de lo acostumbrado.

"Tres."

"Mentira."

"Sí, tres que no dejo que nada se quede adentro."

"Oh, eso deja las cosas más claras."

Así que no era algo de vez en cuando, de una sola comida al día. HongJoong se había quedado apenas con los residuos de energías que el vomito no podía desechar y le habían ayudado a sobrevivir.

"Pero he estado tomando las vitaminas." Le dice, como si eso fuera a tranquilizarlo, una vez le ha ayudado a lavarse las manos y la boca y se dirigen al estudio de HongJoong para que pueda descansar y reponerse en paz.

"Oh, claro. ¿Cómo no lo pensé antes? Si de eso vive el hombre", se mofa, resoplando para apartar el fleco de los ojos propios. Se sienta frente a HongJoong, con el teclado separándolos, abre las piernas desmesuradamente y cruza los brazos, severo.

"¿Qué quieres que hagas?"

"Que pares."

"Solo déjame morir y ya."

YunHo pega una patada al aire y se incorpora de golpe, tomando a HongJoong por el cuello de la camiseta. Choca sus frentes y mira al mayor directo a los ojos. Es tan pequeño, frágil, tembloroso. No es más que una hoja seca que el otoño ha tirado del árbol.

"Te recuerdo que tienes una responsabilidad como nuestro líder. No te puedes morir, así como así y dejarnos a la deriva." HongJoong ríe ante sus palabras, no le tiene miedo. Acaricia las manos que lo amenazan y se aparta lentamente, volviendo a tomar asiento. Apenas si ha puesto fuerza para liberarse, pero YunHo tampoco ejercía mucha presión, no cuando cualquier movimiento puede quebrarlo.

"Te recuerdo que un día, no importa que, yo ya no voy a ser su líder, y tendrán que aprender a pensar por sí mismos. Yo soy quien dirige, quien hace la mayor parte de trabajo, y lo hago con gusto. Pero un día no voy a hacerlo más. Puede ser mañana, puede ser en un mes, en un año, en diez, en cincuenta si nos va bien. Pero no siempre voy a estar ahí para llevar el mando y cuando ese día llegue, ¿qué vas a hacer?"

dynasty; hohongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora