Quien iba a creer hace años atrás, cuando ella era una pobre ladrona, que ella terminaría viviendo en una enorme mansión y esperando por el día de su boda con el cotizado soltero Bruce Wayne...
Seguramente nadie. Mas de uno de sus conocidos la hubieran catalogado como loca en ese entonces.
Pero la vida daba tantas vueltas inesperadas, algunos de sus antiguos conocidos ahora estaban muertos o ingresados en el asilo de Arkham. Mientras ella, ella por fin había terminado de jugar al gato y al ratón con Batman. Un juego que termino con un enorme anillo de diamantes adornando su dedo.
Todo inicio cuando Selina coqueteó con él en aquel barco donde se conocieron por primera vez, unas pequeñas palabras en su oido lo hizo detenerse lo suficiente como para que ella pudiera escabullirse con todas sus joyas de su motín sin terminar arrestada.
Fue así como un circulo vicioso comenzó entre la felina de Gotham y el caballero de la noche. Aun recordaba sus primeros encuentros en los cuales le costaba bastante trabajo lograr hacerlo sucumbir a su pequeñas tácticas para huir de él sin un castigo.
Selina comenzó a sentir entre un odio y una admiración por el Caballero de la Noche.
Tardo poco para que ella comenzara a gozar también del juego, él era un hombre tan secreto y solitario que tanto Selina Kyle como Catwoman se sentían completamente atraídas por él.
Batman trabajaba solo, alejado de todos por igual, O eso fue de él hasta que un inesperado día lo encontró con un nuevo compañero por su lado.
Selina se llevo una gran sorpresa al ver al oscuro protector de la ciudad junto a un pequeño pajarito energético llamado Robin. Un compañero muy colorido y hablador para el gran caballero de la noche. Ella se rió ahí enfrente de él, mientras la pequeña ave revoloteaba feliz a lado de un irritado Batman.
El corazón de la joven ladrona se lleno de calidez al ver como el hombre solitario era al fin acompañado. Esa misma noche Selina olvidó su plan por robar al museo de Gotham para pasar parte de la noche escuchando las historias del pequeño Dick Grayson y riendo del malhumorado Bruce Wayne.
Cuando Dick creció salió de la vida de Bruce con el fin de buscar su propio camino en otra ciudad. El caballero de la noche de nuevo se encontraba solo. En ese entonces la relación entre Catwoman y Batman logro pasar a otro nivel mas allá de simple caricias o coqueteos en los tejados de la ciudad gótica. A ella le toco conocer la mansión de todas las maneras posibles sin la necesidad etiquetar su aventura con el murciélago como algo 'exclusivo'.
Aun así, a ella nada le impidió escurrirse por los jardines de la mansión Wayne e invadir la cama del hombre varias veces al mes.
En una de sus tantas 'pijamadas', ella se encontró con un nuevo bulto llenando el espacio vacío de la cama a un lado de Bruce. Por un momento pensó salir corriendo de ahí sosteniendo el dolor en su pecho y nunca volver, pero se detuvo justo cuando unos inocentes ojos azules la miraron con curiosidad desde la cama.
Jason Todd, otro protegido. Un niño del callejón del crimen con una trágica historia y recién adoptado por Bruce Wayne. Ella de inmediato sitio una conexión con el menor al tener una historia tan similar a la de ella misma cuando era niña.
Las visitas de Selina a la mansión se volvieron mas frecuentes desde ese día.
Luego, un día, la tragedia los golpeó. El mundo les había quitado a Jason Todd de sus vidas.
Presencio como el fuerte hombre que ella comenzaba a amar se rompía en cuerpo y alma. La culpa lo consumió y lo hizo convertirse en un hombre que ella ya no pudo reconocer.
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¿Quien iba a creer?.
FanfictionSelina hace un recuento de su vida mientras Damian solo quiere golpear a alguien.