A la mala...

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— Sabes qué, mi amor, me dicen por ahí que estás empezando a recuperar la memoria, ¿es eso cierto?

Chile, estás exagerando. No son necesarias tantas cadenas, no me iré.

Sin importar lo que hiciera no podía dejar de temblar, tenia mucho miedo, dos tintineos acompañaban a mis piernas cuando las movía, ambas muñecas me ardían y cuando Chile puso una última cadena en mi cuello me sentí...morir en vida.

— Y dime ¿ya recordaste...que yo era tu amante?

— ¡¿Qué?! Yo jamás le sería infiel a mi esposo.

La infidelidad era algo que yo nunca me perdonaría, la despreciaba, la aborrecía. Para mí era la muerte del amor mismo, la vida sin sol y cubierta de niebla, eran mentiras que destruían la pureza del amor...era algo que yo, no haría jamás.

Pues a tus ojos no fue infidelidad, yo me encargué de eso. Fue más fácil manejarte después de que perdieras al bastardo ese. Ni siquiera a los tres meses de que Rusia entrará al hospital perdiste a su bebé...que inservible...pero fue tu culpa después de todo. —Chile lanzó una sonora carcajada, una que se me hizo...muy familiar— ¿No podías ver a ambos lados antes de cruzar la calle? Muy mal, Bolivia~, muy mal. Pero hoy sí tengo corazón para decirte esto...o ¿tal vez nunca lo tuve? Ya da igual, el punto es que estás conmigo, a la mala...pero conmigo.

No tengo corazón para decirte esto.

Era muy poco lo que yo sabía, no sabía más que los demás, pero tampoco sabía menos. De todas formas; era muy poco. El hospital, la gran avenida, un automóvil de color negro...una risa; no sabía más que eso.

— Hola, weón. A la mierda, ¿sigues llorando?

— Chile, ¿qué haces acá? Vete, quiero estar solo, ¡no me molesten! ¡quiero estar solo! ¡vete!

Chile se acercó a cama y me abrazó, a pesar de lo que hiciese para quitárselo de encima, no podía. Estaba muy débil, tanto física como emocionalmente. Al final dejé que me abrazara y me abracé a él y comencé a llorar en su pecho, la pérdida de aquello que debía cuidar con mi vida entera...el fruto del amor que tuve con Rusia.

— Ya, ya, ya, tranquilo.

— ¿Qué voy a hacer ahora? Me...yo...

— Bolivia, no tengo corazón para decirte esto.

Algunas gotas calientes comenzaron a caer sobre mi cabeza y al levantar la mirada, lo ví a él...llorando. Chile, no era de los que lloraba con facilidad, debía ser algo sumamente grave, algo que el considerase importante...algo malo, muy malo.

— ¿Qué pasa? ¿Qué es lo que no puedes decirme?

— Rusia, despertó.

— Debo ir con él, ahora, por favor llama a una enfermera. Necesito hablar con él...mi poste andante despertó al fin. ¡Enfermera! ¡Enfermera!

— Es muy tarde, Bolivia. Él no quiere verte dice que está seguro de que perdiste a su bebé a propósito. No quiere volver a verte jamás.

Empecé a reirme por la suposición de Chile, sí como no. Rusia, mi amado Rusia  pidiendo no volverme a ver nunca más...eso debía ser mentira, tenia que serlo.

— Sabía que no me creerías, pero toma estos papeles, te los envía Rusia. No abrí la carta, dijo que debía entregartela a ti...que sólo tú podías leerla.

¿Esto era el infierno? Porque así lo sentía yo, sentía mi cuerpo entero doler, mi corazón se hacía añicos con cada oración que leía. 《Papeles de divorcio》《Orden de restricción》《Bolivia, ¿cómo pudiste hacerme esto? Seguro y lo hiciste a propósito para ir a revolcarte con el primero que te pase en frente》《¿Tan urgido estabas?》《Si vuelves a aparecerte en mi vida, Bolivia, juro que te mataré》.

No, Rusia, esto es un malentendido.

Baje de la cama y comencé a correr hacia la salida, pero antes de salir Chile me tomo entre sus brazos levantandome hacia él y llevándome nuevamente a mi cama.

— No, él te matará.

— No puede hacerme esto, no puede creerse todo eso, yo jamás perdería mi bebé a propósito solo para irme con otro. ¡Yo lo amo!

— ¡Pero él no a ti! ¿Qué no entiendes? ¡Solo estaba jugando contigo!

¿Y qué pasó con lo que nos juramos en el altar? ¿Con el amor que nos juramos eternamente? Esto está mal, necesito aclarar las cosas, no puede dejarme...yo lo amo y siempre lo haré.

Mi mejilla comienza arderme y después las manos de Chile toman con fuerza mis brazos y empieza a moverme de atrás hacia adelante.

¿Estoy perdiendo la cordura? Sí, porque lo he perdido a él y a  su amor que me da vida y me mantiene en pie. Empiezo a marchitarme como las flores cuando pierden la calidez de la primavera y muero lentamente porque al invierno le complace ver que muera de poco en poco.

¿Cómo pudo dejar de sentir ese amor de un día al otro?

— Reacciona, Boli, él no te ama, pero hay alguien justo frente a ti...que sí lo hace y haría lo que fuera con tal de recuperarte.

Es escaso tu brillo comparado con el de él, es diferente tu mirada pues no expresa el amor puro y noble que expresa la de él, no, no hay amor en mí que pueda darte porque todo es de él.


Pero ya me harte de hacer planes complejos, para que al final...termines con él una y otra vez, una y otra vez...sin importar cuantas veces te atropellen o manipule. Siempre...vuelves con él.

Su risa me da miedo, la carcajada que lanza esta llena de una sola cosa; locura.

— ¿Por qué, Chile? ¿Por qué me atropellaste cuando estaba embarazado? ¿Por qué me mentiste?

— ¿No es obvio? No iba a dejar que tuvieses ese bebé, porque los únicos que vas a llevar en tu vientre y los únicos que vas a tener...son los míos. Y ahora, de una vez por todas, me aseguraré de tenerte solo para mí.

—No te me acerques estás enfermo.

— Tal vez...pero tú eres la cura.

El amor en su naturaleza adquiere distintas formas lo sé, pero hay quienes sienten un tipo tan puro de amor que lleva en sí algo de enfermizo.

Creo que la oración era "si vuelves a desaparecer de mi vida, Bolivia, juro que te mataré".

El perdón. [RusiaxBolivia] [ChilexBolivia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora