-Makoto... ¿Qué es lo que sientes cuando amas a una persona?- Directo. No alcancé siquiera a darle los buenos días, cuando ya me estaba preguntando algo. Así muy Haru.... Sin rodeos. Si algo le incomodaba simplemente lo decía. Sin embargo era la primera vez que mostraba un interés tan repentino en cosas como esta.
-Pues... Te sientes bien a su lado... No sé, es como... Es como si a su lado dejas todo aquello que te molesta y solo te centras en disfrutar el momento con aquella persona especial, quieres cuidarlo y mantenerlo tu lado.- Traté de responderle de una manera sencilla.
-¿Es como cuando estoy en el agua?- Reí un poco ante su pregunta.
-Es una sensación parecida Haru. Sin embargo, tus sentimientos no solo van dirigidos a ti, sino que también a esa persona que quieres. No solo quieres sentirte bien tú mismo, también esperas que esa persona se sienta bien.
-¿Y cómo sabes si esa persona se siente bien contigo?
-Pues... Simplemente no lo sabes a menos que se lo preguntes.
Se quedó en silencio pensativo. Decidí no preguntarle nada, quizás estaba un poco incómodo, si necesitaba que le aclarase más dudas, simplemente me lo diría.
-¿Haz amado a alguien Makoto? -Por un segundo me miró directo a los ojos, para luego voltearse rápidamente con un leve y casi imperceptible rubor en sus mejillas.
-Si, si lo he hecho. Haru.- No quise darle más vueltas al asunto, no quería que supiera que hablaba de él.- Ya es tarde, creo que deberíamos irnos rápido a la escuela, sino llegaremos tarde.
-Y... ¿Es correspondido?
-No lo sé, Haru.. No lo sé.... -Suspiré. Haru se levantó de la tina y se puso frente mío. Sentí que se me subía rápidamente la sangre a la cabeza, pero al parecer el moreno no le dio importancia.
-Pues, si el amor, es como tú dices... Y se siente tan bien como estar dentro del agua, o comer una caballa. Deberás decírselo a la persona que quieres.
-A veces las cosas no son tan fáciles, a pesar de que queramos mucho a alguien. Vamos.
Le puse la toalla en su cabeza, esperando que él hiciera lo mismo. Me senté en la mesa, esperando que Haru se vistiera rápido. Minutos más tarde ya estábamos en la escuela.
Pude notar que Haru estaba bastante pensativo a lo largo de la jornada de clases, prestando menos atención de lo normal a cualquier cosa, incluso al club de natación, donde no acató ninguna de las ordenes que Gou nos dio con el fin de mejorar nuestros tiempos para el relevo que se acercaba a finales de este mes; solo se dedicó a nadar libremente por la piscina de orilla a orilla sin descanso. Llegó la hora de irnos, Rei y Nagisa nos acompañaron hasta la entrada de la escuela. Nagisa me jaló del hombro y me obligó a correr con el hasta detrás de una pared a unos pocos metros de allí. Miro a ambos lados para comprobar que nadie nos hubiera seguido, y que ambos, tanto Rei (con cara de no entender nada), como Haru (sin siquiera cambiar la expresión), seguían esperando en la entrada. Hizo con su mano un gesto indicándome que me acercara. Me arrodillé para estar más cerca de él.
-¿Le haz hecho o dicho algo a Haru? Esta muy raro el día de hoy, aún más de lo normal.
-No le he dicho nada extraño que yo recuerde... A excepción de la conversación de la mañana.
-¿Te confesaste? ¿Le dijiste al fin que lo amas? -No me dejo terminar lo que estaba diciendo, cuando emocionado comenzó a bombardearme de preguntas.
-¿Eh? ¿Qué? ¿Confesarme?... ¿Haru? ¿YO? ¡Nagisa! -
-¡¡¡Te pusiste nervioso, además... Estas rojo como un tomate, o sea que si le dijiste!!!