Carta número 17.

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No puedo más con este dolor, ha pasado todo un día y no consigo saber si he hecho bien o no. Por eso esto no será una carta, sino una página de un diario, porque necesito desahogarme. 

La dejé, me sentía tan encerrada con ella, me sentía tan perdida, sentía que cuando estaba con ella podría volar y todo era perfecto... pero al estar en las sombras de mi cuarto todo se volvía real y veía que no es oro todo lo que reluce. Me odio en estos momentos más de lo que cualquiera puede imaginarse, ella no se merecía que acabáramos así, no se merecía ser dañada más y menos por mi culpa, pero no puede retenerme más. 

Estallé de la peor forma posible, con ella, con mis amigas, con gente que me importa, pero su única respuesta fue que no es justo porque ella salía peor parada que los demás. 

Me siento mal al decirlo, pero es la verdad. Hoy ha sido uno de los días más tranquilos que he tenido desde hace muchísimo tiempo pero me duele, me duele mucho. Lloro por nada, por una canción, por una foto, por un vídeo, por un mensaje suyo.... 

No me parece justo que ahora intente hacerme sentir peor de lo que ya lo hago, se cree que todo para mí es fácil pero no lo es, ojalá que lo fuera así por lo menos no dolería tanto el decirla que llegué hasta aquí. 

Me siento la peor persona del mundo, y quizás lo sea. A lo mejor si hubiera hablado con ella antes esto no habría llegado a estos niveles, pero me siento tranquila por una parte de haberlo hecho. Quiero poder sentirme libre de hablar con quien quiera sin miedo a cómo se lo pueda tomar, de ponerme lo que yo quiera sin que me diga que no es apropiado por la gente que pueda verme. 

Yo la quiero, pero puedo más con sus dramas y sus celos. 

Si tan solo pudiera dejar sus dramas de nuestras vidas y poder tenerla únicamente con la cabeza centrada en lo que tiene en el momento y no en lo que tuvo en su pasado todo sería mejor, incluso podría vivir con sus celos. Pero no, ella vive anclada en el pasado y se está perdiendo todo su presente para luego venir llorando y lamentándose por lo que pudo haber o no haber hecho.

Mientras tanto, yo, que solo intento seguir hacia delante como puedo, recordando ciertos días cosas de mi pasado como todos hacemos, me encuentro llorando desamparada a oscuras pensando en que hice daño a una persona que me quería de verdad. O lo que yo creía que era de verdad. 

No vale la pena seguir luchando por alguien que no quiere vivir su vida y te arrastra continuamente hacia su pasado cuando siempre te ha aislado de él desde el principio. No quiero perderme a mí misma por encontrarla a ella. 

Y siento que me perdí demasiado en dos simples meses. 

Es hora de volverme a encontrar, de quererme. 

Es hora de limpiarse las lágrimas y seguir intentándolo, será duro, pero puedo conseguirlo. Solo tengo que creerme en mí misma, porque nadie más lo va a hacer. 

Mientras seguiré siendo una flor que florecerá después del invierno, viviré todo minuto a minuto. 

Cartas para él.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora