La castaña estaba sentada frente a su manager con una guerra de miradas, tratando de averiguar que era lo que pensaba el otro.
—Tienes unas semanas de descanso, el grupo dos, tres y cuatro estarán trabajando.—Habló el hombre rompiendo el silencio.
—No tengo ningún problema.—Respondió la chica.
—No causes problemas, ni escándalos.—Digo el hombre en todo de suplica.
—Esta bien.—Respondió con una sonrisa.
(...)
—Quiero un vodka.—Pidió la chica al hombre detrás de la barra.
—Uno igual.—Hablo una voz a su lado.
Al voltear vio un chico rubio, labios gruesos y algo rosados, sonrisa bonita, ropa costosa, un celular para ser exacto un Iphone X, varios anillos en sus dedos pequeños y una mirada hermosa.
—Hola, Soy Jimin.—Se presento con una sonrisa que hizo que sus ojos desaparecieran y se convirtieran en pequeñas rayas.
—Hola, Soy París.—Le Respondí de la misma manera.
—París en Francia.—Dijo algo divertido.
—¿De donde eres?—Le dije soltando una risa tímida.
—De Corea del Sur.—Respondió.—¿Y tu?—preguntó.
—Soy de New York.—Le sonreí.
—Eres de New York, Te llamas París y viven en...—Dejo de hablar para que contestara.
—Los Ángeles.—Dijo mirandolo con una sonrisa.
—Eres linda.—Solto.—¿A que te dedicas?—Pregunto curioso.
—Soy modelo de Victoria Secrets, Gucci y Versace.—
—Tienes una buena vida.—Dijo el rubio.
—¿Y tu?—Pregunto tomando de su vaso de vodka que tal vez tenia minutos ahí.
—Soy cantante de una banda.—Dijo el.—BTS, ¿los conoces?—Pregunto.
—Claro que si, no soy una fan obsesiva, pero me gusta mucho su musica.—Dijo con una sonrisa.
Luego de varios minutos, ya la castaña estaba lo suficientemente borracha como para manejar, caminar o hasta hablar.
—¿Quieres bailar?—Pregunto ella.
—Claro.—Dijo este dando un ultimos sorbo a su trago.
Estaba sonando Que más pues remix. Ahí estaban bailando y la chica cantando mientras meneaba su trasero en la entre pierna del chico sin recibir quejas.
Luego de unos minutos ya se estaban comiendo a besos en el apartamento de la castaña, mientras se llevaban quien sabe que por su camino.
Estaba bien los dos, no recibían quejas algunas, estaban basándose luego de tantos toques sobre y por debajo de la ropa, bailes provocativos y miradas deseadas.
(...)
Ahí estaba la chica cantandole al rubio, con su cabeza sobre su pecho, las sabanas blancas cubrían sus cuerpos, mientras que el le acariciaba el cabello.
Qué más pues bebé
Sigo aquí pensando en ti otra vez
Ya me fui de Medellín pero sé
Que prontito estoy de vuelta otra vez.La chica tomo su celular y comenzó s grabar su rostro y la mano del rubio cubriendo su rostro mientras cantaba.
Lo que no sabia es que ya el estaba grabando desde su celular, su mano acariciando su cabellos suave y largo.Es que no paro de pensar, en qué rico fue
La cama cómo chocaba con la pared
Tu diciéndome al oído maltrátame
Como si no hubiera nunca una segunda vez baby.—Cantas muy bien, me gusta tu voz.—Dijo el chico aún acariciando su cabello.
—¿Enserio?—Se extraño, para ella cantaba como un pato en medio de dar a luz.—Gracias.—Dijo mirandolo esta vez.—Eres muy hermoso.—Soltó tímida luego de darse cuenta de lo que había dicho.
Este se río al ver el ligero sonrojo de la chica mientras cubría su rostro en su pecho. Sus ojos se convirtieron en unas lunas pequeñas y su sonrisa bonita apareció.
—No te rias.—Canturreo la chica avergonzada.
—Eres adorable.—respondió.